Jose Rojas / joserojastrejo68@gmail.com
«Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.» Ellos entonces, después de amenazarlos, los soltaron, no hallando ningún modo de castigarlos, por causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad tenía más de cuarenta años. (Hechos 4:20-22)
El Versículo 20 continúa con las respuestas de Pedro y Juan a las órdenes del Sanedrín de que permanecieran en silencio sobre Jesús, “no podemos evitar hablar sobre lo que hemos visto y oído.” Existen tres aspectos principales en esta declaración: el primero es la efectividad de tu propio testimonio personal (lo que tú has visto y oído), en otras palabras, el trabajo que Dios ha hecho en tu propia vida y a aquellos cercanos a ti; el segundo, que así habían sido instruidos de tal forma por Dios y llenos del Espíritu Santo, ellos no podían “detenerse” a sí mismos de hablar sobre ello; el tercero está en la expresión “nosotros” – dar testimonio es tanto más fácil cuando lo hacemos con otras personas.
Un testigo solitario ante cualquier evento no causa tanto impacto como múltiples testigos. El testimonio de un testigo único puede ser disputado (percepción, fiabilidad, exactitud, motivación), pero en ese momento de pie ante el Sanedrín no sólo resultó una evidencia del milagro (el paralítico sanado), sino que todos tres (Pedro, Juan y el paralítico) daban crédito a Jesús y utilizaron esta oportunidad para predicar el evangelio. Resultó muy persuasivo, especialmente debido a que también “todo el pueblo estaba alabando a Dios por lo que había sucedido”.
Muchas veces podemos sentirnos solos, aislados y atacados. Pero nuestro testimonio puede ser un tanto más efectivo cuando estamos acompañados y tomamos fuerzas unos de otros, ya que nuestro testimonio encuentra apoyo. ¿Quién te Acompaña? ¿Quién ha sido testigo de los Milagros que tú has experimentado? ¿Puedes mencionar a otras dos personas que hayan experimentado y testimoniado milagros en tu vida así como tú has testimoniado lo mismo en la de ellos? Si no es así, quizás debas considerar el desarrollar con otros, la clase de relación que Pedro y Juan disfrutaban entre ellos, y que compartieron con el paralítico.
Fuente: Liga del Testamento
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