Kiev/Moscú, 14 nov (EFE).- Ucrania busca desesperadamente armamento de cara a la campaña del próximo año justo cuando la industria militar occidental muestra síntomas de agotamiento, mientras sus tropas avanzan al sur del río Dniéper y se defienden con uñas y dientes ante el empuje ruso en el Donbás.
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitró Kuleba, admitió hoy que, debido a su «lamentable estado», la industria militar europea no podrá suministrar a Kiev el prometido millón de proyectiles antes de marzo de 2024.
Un ejército sin munición a la vista
«Es verdad. Hay problemas», aseguró durante un programa de televisión el jefe de la diplomacia ucraniana, quien negó la falta de voluntad política comunitaria y sí el exceso de burocracia en el seno de los Veintisiete.
Al mismo tiempo, aseguró que Kiev aprecia el esfuerzo de Bruselas, pero insiste en que tiene que actuar con mayor celeridad, «por lo que le meteremos prisa».
«Y es que, insisto, ante mis ojos hay un soldado ucraniano que necesita munición», afirmó.
Recientemente, el ministro de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, admitió que la UE había entregado hasta ahora a Kiev 300.000 proyectiles, con lo que había cumplido sólo con la primera parte del plan.
Por ello, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, instó este martes a los Estados miembros a impulsar los contratos con la industria para cumplir el compromiso con Ucrania.
“No hay falta de capacidad de producción, es que se envía el producto a otros mercados. Así que quizá lo que tenemos que intentar es mover la producción a la prioridad uno, que es los ucranianos”, afirmó Borrell.
Mientras el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, resaltó que la capacidad de producción de munición ha aumentado «cerca de un 20-30 % desde febrero», el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, subrayó que “el millón no se alcanzará, hay que partir de esa base”.
Alemania acude al auxilio
Al mismo tiempo, Alemania anunció el envío de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, que incluye una decena de tanques Leopard 1A5.
Además, Berlín ha proporcionado a Kiev un millar de proyectiles; 1,4 millones de balas; una treintena de camiones; cuatro radares; 14 orugas todoterreno; una máquina de desminado Wisent y diez drones de reconocimiento, entre otros equipos.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, destacó que el único modo de lograr una solución negociada «es el apoyo militar a Ucrania».
Por ahora, no hemos visto una voluntad real de (el presidente ruso, Vladímir) Putin, de negociar una solución aceptable para Ucrania, así que el único modelo de llegar ahí es convencer al presidente Putin de que no ganará en el campo de batalla. El único medio de lograrlo es fortaleciendo la capacidad militar de Ucrania proporcionando apoyo», dijo.
Stoltenberg, quien subrayó que los países aliados están aumentado la producción armamentista, proclamó: «No podemos permitir que el presidente Putin venza».
En un intento de reducir el potencial de la industria de armamento ruso, la prensa independiente informó hoy sobre dos ataques ucranianos con drones de ala fija contra una planta de misiles Kinzhal e Iskander en la región de Moscú, y una fábrica de explosivos en la región fronteriza de Briansk.
Cruzando el río
En cuanto a la situación en el frente, el epicentro de la contraofensiva ucraniana es ahora el río Dniéper, que divide en dos a la región sureña de Jersón, considerada la puerta a la anexionada península de Crimea.
Después de dos semanas de rumores, el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrí Yermak confirmó que las tropas ucranianas se han asentado en posiciones al sur del río.
“Contra todos los pronósticos, Ucrania ha establecido un puesto de avanzada en la orilla izquierda (oriental) del Dniéper”, dijo en un discurso pronunciado el lunes en el Instituto Hudson de Washington y reproducido hoy por la página web de la presidencia de Ucrania.
Yermak agregó: “Paso a paso, vamos desmilitarizando Crimea”, de cuya anexión se cumplirán diez años en marzo próximo.
A su vez, el comandante en jefe del Ejército ucraniano, Valeri Zaluzhni, reconoció el martes que la situación «es complicada, pero controlable» en los bastiones de Avdivka, Márinka y Kúpiansk, las dos primeras en la región de Donetsk y la tercera en Járkiv.
De hecho, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fue informado hoy durante una reunión con la plana mayor del Ejército sobre un incremento de los ataques enemigos en esos tres sectores del frente, aunque las lluvias han ralentizado el avance de las unidades motorizadas.