Teherán, 23 feb (EFE).- Irán restringió desde este martes las inspecciones internacionales a sus instalaciones nucleares, aunque el acuerdo logrado a última hora por la agencia atómica de la ONU suaviza la limitación del acceso y otorga tiempo a las negociaciones políticas.
Esta controvertida medida de limitar el acceso de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) está recogida en una ley aprobada por el Parlamento iraní el pasado diciembre con el objetivo de defender los derechos nucleares de Irán y presionar a Estados Unidos para que levante sus sanciones.
«Obligados por la ley, detuvimos la implementación voluntaria del Protocolo Adicional. Totalmente compatible con el artículo 36 del JCPOA (siglas en inglés del acuerdo nuclear de 2015) ya que aún no ha cesado la violación de EE. UU.», escribió hoy en Twitter el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.
El citado Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación nuclear (TNP) permite acceso sin previo aviso a los inspectores a cualquier instalación nuclear de Irán, civil o militar, por lo que su fin supone un varapalo al trabajo de verificación que el OIEA lleva a cabo desde la firma del pacto nuclear.
CONTINÚA LA COOPERACIÓN CON EL OIEA
Esto no implica, no obstante, el fin de todas las inspecciones, ya que se mantienen aquellas en el ámbito del acuerdo de salvaguardias.
«La implementación de la ley del Parlamento no significa el cese de la cooperación de Irán con el OIEA (…) Nuestra cooperación con el OIEA continuará», afirmó el jefe de la diplomacia iraní.
Además, el domingo 21 de febrero Irán y la agencia nuclear de la ONU llegaron a un pacto técnico bilateral temporal mediante el cual el OIEA continuará con las actividades de verificación y seguimiento necesarias hasta tres meses.
Zarif calificó en esta jornada de «éxito diplomático único» este arreglo, que despertó las críticas del Parlamento por considerarlo una violación a la ley, y aseguró que muestra «la buena voluntad» de Irán.
También explicó que lo acordado implica que las grabaciones del desarrollo del programa nuclear, que se entregaban a diario o semanalmente a la agencia de la ONU, van a seguir realizándose, pero las imágenes «de ahora en adelante no se proporcionan al OIEA».
En caso de que EE.UU. retire las sanciones en ese plazo de tres meses, Irán entregará al OIEA las cintas con las grabaciones y, en caso contrario, borrará todo el material.
Aunque la situación es delicada, por lo menos permite ganar tiempo para que Irán y la nueva Administración estadounidense de Joe Biden, que tiene voluntad de regresar al JCPOA, lleguen a un entendimiento que salve el maltrecho pacto.
LA POSIBLE REUNIÓN INFORMAL CON EE.UU.
Por ahora, sin embargo, Biden ha asegurado que no regresará al pacto hasta que Irán cumpla con sus obligaciones, mientras que Teherán exige que sea Washington el que dé el primer paso y levante las sanciones.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, reiteró ayer que su país sigue comprometido a usar principalmente la diplomacia con el fin de garantizar que Irán no disponga de armamento nuclear: «Si Irán vuelve a cumplir estrictamente el JCPOA estamos dispuestos a hacer lo mismo», agregó.
Para tratar de desatascar la situación, el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, ha propuesto que EE.UU acuda como invitado a una reunión informal con Irán y los otros signatarios del pacto nuclear (Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania).
Esta opción «está bajo revisión» pues Washington ya no es miembros del JCPOA desde su retirada en 2018, indicó Zarif, quien aclaró que lo que es seguro es que Irán no mantendrá una reunión formal con Estados Unidos.
Las negociaciones con EE.UU. son un tema controvertido en Irán, cuyo líder supremo, Alí Jameneí, ha prohibido un diálogo directo, aunque existe la opción de mantener conversaciones multilaterales en el marco del acuerdo nuclear si Washington regresa al pacto.
DUDAS SOBRE LAS INTENCIONES DE EE.UU.
Aunque el Gobierno iraní ha denunciado que Biden sigue con la política de «máxima presión» contra Irán aplicada por el anterior presidente Donald Trump, parece que alberga cierta esperanza, pero son muchos en Irán los que dudan.
«Cuando Estados Unidos dice que negociemos, eso significa que no van a cumplir con sus compromisos y están al mismo tiempo insultando a las negociaciones ya hechas» en el pasado para consensuar el JCPOA, aseveró el analista Mohamad Marandí, decano de la Facultad de Estudios del Mundo de la Universidad de Teherán.
Marandí dijo a Efe que si los estadounidenses piensan que «de ahora en adelante pueden obtener ventajas o imponer algo que vaya más allá del JCPOA están cometiendo un gran error».
«Irán desarrollará con firmeza su programa nuclear y después ellos decidirán si quieren adherirse a sus compromisos o seguir pensando que pueden acosar y no cumplir», señaló.
Sobre el alcance del programa atómico, ayer el líder supremo aseguró que su país puede no limitarse a enriquecer uranio al 20% y llegar a una pureza del 60 %, muy por encima del 3,67 % permitido por el JCPOA y cercano al 90 % necesario para fabricar una bomba nuclear.
Artemis Razmipour