Este miércoles los comedores de la Universidad de Los Andes abrieron sus puertas pero con serias deficiencias en el menú que presentan, pues no cuentan con los proteicos que deben ser suministrados por parte de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu), dependencia del Ministerio de Educación Superior.
José Carrero, dirigente estudiantil del Movimiento 20 de la ULA, señaló que ante la irresponsabilidad del Ministerio de Educación Superior en no enviar oportunamente la carne, el pollo, pescado y otros proteicos, se vieron en la necesidad de abrir los comedores sin este suplemento alimenticio, para prestarles el servicio a más de 18 mil estudiantes que se benefician del mismo, pero que actualmente no recibirán las cargas calóricas necesarias que requiere un ser humano.
Para Carrero, los estudiantes de la ULA están condenados a seguir bajando de peso y a correr los inminentes riesgos que representa la falta de alimentación balanceada y completa, lamentando a su vez que sean los profesionales del futuro quienes paguen las consecuencias de las malas políticas públicas implementadas desde el Presidente de la República, pasando por el ministro de Educación Hugbel Roa, y terminando por la directiva de Opsu.
“Vemos como de forma irresponsable, un merideño, formado en nuestra casa de estudio, como es Carlos León, encargado de la Opsu, anunció que desde el pasado martes se enviarían los proteicos a las distintas casas de estudios y que la primera beneficiaria sería la ULA y todo resultó ser mentira”.
Falta de planificación
El líder estudiantil explicó que con los pocos vegetales y con los pocos recursos con los que cuenta la ULA, tomaron la decidieron de diseñar un menú para atender a la población estudiantil.
Aludió que esta situación se debe a la falta de planificación de la Opsu, “desde que comenzaron a distribuir el proteico a las casas de estudios, en reiteradas oportunidades le hemos solicitado un cronograma, también les hemos entregado otras propuestas, para corregir esta situación, pero hasta el momento nos han hecho caso omiso y ellos siguen enviando la comida a su conveniencia”.
Otras dificultades
Aparte de las dificultades que atraviesan los estudiantes por la crisis económica, también se le suma el pago del pasaje estudiantil, complementar la deficitaria alimentación del comedor y la comida de los fines de semana, fotocopias, adquisición de textos académicos, entre otros aspectos, lo cual ha traído como consecuencia que más del 50% de la matrícula haya abandonado las aulas, pues deben gasta entre 400 y 500 mil bolívares mensual para cubrir estas necesidades.