Las virtudes del Dr. José Gregorio Hernández se explican en gran parte por esa formación lugareña de hogar y comunidad íntima, que luego de su tránsito por la capital y por Europa, se traducen en ese hombre admirable y excepcional, con temprana aura de santidad, que es y se percibe como una persona de carne y hueso.
El desarrollo local, con base al principio de subsidiariedad, es otra de las lecciones que debemos aprender de la vida de este hijo de la provincia venezolana.
EL TRABAJO COMO ÚNICA FUENTE LEGÍTIMA DE RIQUEZA
Desde pequeño trabajó para generar ingresos que le permitieran vivir modestamente, sin mayores apremios. Cuando estudiaba se desempeñó como ayudante de la escuela, trabajó en algunos oficios y en la universidad como preparador de cátedras. Luego ejerció la medicina, fue investigador y profesor universitario. Sus ingresos le permitieron pagar las posadas donde vivía o el alquiler de la casa, hasta que compró la propia y allí se llevó a vivir a varios familiares cercanos.
También le permitieron una vida cómoda, sin lujos, realizar algunos viajes y, sobre todo, ayudar a su familia y socorrer a muchas personas, sin que estas se enteraran, aunque se corrió la fama de persona caritativa. El Dr. José Gregorio Hernández se preocupó por mantener una economía familiar sana, procurando la generación de recursos para atender a los suyos, y para asegurarles de no pasar atribulaciones futuras, pero no acumuló fortunas ni bienes.
Era un hombre moderno y actualizado, y su vida social activa, sobre todo en el círculo intelectual relacionado con las ciencias médicas y la práctica de sus compromisos religiosos.
LA PAZ
El domingo 29 de junio de 1919 el Dr. José Gregorio Hernández estaba feliz porque se acababa de enterar que el día anterior se había firmado el Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial. En el reposo luego del almuerzo un amigo fue a saludarlo por el aniversario de su graduación y al verlo tan contento le preguntó las razones. “- ¡Cómo no voy a estar contento! – Respondió Hernández – “¡Se ha firmado el Tratado de Paz! ¡El mundo en paz! ¿Tiene usted idea de lo que esto significa para mí?”.
Entonces el médico acercándose le dijo en voz baja: “- Voy a confesarle algo: Yo ofrecí mi vida en holocausto por la paz del mundo… Ésta ya se dio, así que ahora solo falta…”.
HOMBRE EXCEPCIONAL GRACIAS A LA ADQUISICIÓN DE UNA FILOSOFÍA DE VIDA
El Dr. José Gregorio Hernández fue un personaje excepcional. No sólo para recordarlo o para venerarlo, es fundamentalmente para conocerlo e imitarlo y tenerlo como ejemplo. Su pensamiento y su obra nos sirve de modelo tanto personalmente como para fundamentar las bases axiológicas de una organización, una sociedad y, como lo planteamos en este trabajo, de Venezuela, un país cuya crisis tan extensa y profunda ha tocado gravemente las bases mismas sobre las cuales está construida la nación.
La personalidad de este hombre solo es posible entenderla si se estudian las razones profundas que mueven su admirable voluntad. José Gregorio Hernández adquirió desde temprano unas bases éticas, una cultura espiritual, unas motivaciones axiológicas que fue aquilatando a lo largo de su vida, y que luego escribió en sus “Elementos de Filosofía”, como el compendio de la guía que orientó su inmaculado tránsito vital.
“Ningún hombre puede vivir sin una filosofía. La filosofía es indispensable para el hombre, bien se trate de la vida sensitiva, de la vida moral y particularmente de la vida intelectual”. “…publico hoy mi filosofía, la mía, la que yo he vivido; pensando que, por ser yo tan venezolano en todo, puede ser que ella sea de utilidad para mis compatriotas, como ha sido a mí, constituyendo la guía de mi inteligencia.
También la publico por gratitud.
“Esta filosofía me ha hecho posible la vida. Las circunstancias que me han rodeado en casi todo el transcurso de mi existencia han sido de tal naturaleza que muchas veces, sin ella, la vida me habría sido imposible. Confortado por ella he vivido y seguiré viviendo apaciblemente. Más si alguno opina que esta serenidad, que esta paz interior de que disfruto a pesar de todo, antes que, a la filosofía, la debo a la Religión santa que recibí de mis padres, en la cual he vivido y en la que tengo la dulce y firme esperanza de morir: Le responderé que todo es uno”.
Así comienza su libro Elementos de Filosofía. (Hernández, 1912). Para la nación venezolana el Dr. José Gregorio Hernández representa un tesoro que aún está por ser conocido y plenamente aprovechado. Y en esta hora de profunda y extensa crisis total todos debemos ir al encuentro de este hombre, cuyas virtudes pueden servir de base y guía para la Venezuela posible que es capaz de existir, si la diseñamos y la construimos como un gran proyecto nacional.
Para asumir el desarrollo y la cristalización de ese proyecto se requiere gente educada y trabajadora. Personas de talento y probidad, preparadas y honestas, de pensamiento y acción. Venezuela los tiene, sin lugar a dudas. Gente competente y honesta que están aquí o en el exterior que aportan y seguirán aportando lo mejor de sí en esta tarea de enormes dimensiones.
Y también tenemos las referencias del pasado, personas que, desde los remotos tiempos coloniales, los días de los sueños fundacionales de la república y en los azarosos años vividos y sufridos en los avances y retrocesos de la historia reciente, nos dieron lecciones de grandeza.
Venezuela ha dado grandes valores humanos, pero entre ellos existe uno que es muy conocido y querido por casi la totalidad de los venezolanos. Un personaje popular que reúne lo más alto del prestigio como persona de talento, y del cariño de la gente por su talante bondadoso: El Dr. José Gregorio Hernández. ¡Qué mejor personaje para tenerlo como referencia de esa Venezuela soñada por las grandes mayorías! José Gregorio Hernández fue un hombre excepcional la adquisición de una filosofía de vida.
Por: Alexander González
Con información aportada por Francisco González Cruz
Fuentes consultadas:
- Caldera, Rafael. “Tres discursos sobre José Gregorio Hernández”. Ediciones de la Presidencia de la República. 1996
- Castañeda, Raúl Díaz. Novela “Un Milagro Histórico”.
- Fondo Editorial de la Universidad Valle del Momboy. Valera, 2014
- Castellanos, Rafael Ramón. “El milagroso médico de los pobres en Isnotú”. Italgráfica. Caracas, 1994
- Diócesis de Barinas. Gobierno Superior Eclesiástico. Carta pastoral conmemorativa del centésimo quincuagésimo tercer aniversario del nacimiento del venerable Dr. José Gregorio Hernández Cisneros”. +José Luis Azuaje Ayala. Obispo de Barinas. Barinas, 26 de octubre de 2017.
- Yaber Pérez, Miguel. “José Gregorio Hernández”. Ediciones Trípode. 5ª Edición. Caracas, 2009. Reproducido en Hernández Briceño, 1958.
- Yaber Miguel. “José Gregorio Hernández. Hombre de Dios y Siervo de los enfermos”. Caracas 2010
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