Brasilia, 12 jun (EFE).- El técnico de la selección venezolana de fútbol, el portugués José Peseiro, y el capitán Fernando Aristeguieta defendieron este sábado la celebración de la Copa América en Brasil, a pesar de los problemas del combinado vinotinto con un brote de covid-19 que afectó a ocho jugadores.
«Si el fútbol está siendo disputado en todo el mundo, en lugares ya con hinchas, si jugamos la Libertadores y la Sudamericana, no tendría sentido poner en duda la Copa América», declaró Peseiro en rueda de prensa previa al partido inaugural de este sábado ante Brasil y que marcará el inicio del torneo en Brasilia.
No obstante, el estratega portugués admitió los problemas para alinear el equipo que enfrentará a los dueños de casa por el Grupo B, después de que once miembros de la delegación, entre ellos ocho de sus jugadores, dieron positivo para covid-19 a su llegada a Brasil.
«Esto va a afectar mucho a nuestro equipo. Del equipo que jugará mañana solo dos estarían si el resto no tuviese covid. Pero por eso no vamos a despreciar a los jugadores que estarán mañana, porque si están aquí es porque confiamos ellos», declaró Peseiro.
«Por más que sepamos que Brasil puede armar tres o cuatro equipos para jugar la Copa América con poca diferencia entre los jugadores y que nosotros no tenemos tantos jugadores así, vamos a jugar con dignidad y entrar con todo mañana», añadió el técnico, que convocó de emergencia a 16 jugadores.
Sin embargo, uno de los jugadores convocados, Óscar González, del Monagas de Maturín, no pudo embarcar para Brasil porque su pasaporte estaba próximo a vencer y así Peseiro espera solo a quince futbolistas para completar la nómina.
El capitán Aristeguieta, del Morelia de México, coincidió con Peseiro y manifestó que desde que el fútbol retornó en medio de la pandemia: «sabemos que estamos expuestos. Es una realidad y pienso que si tomamos las medidas necesarias podemos jugar. Puede pasar lo que nos pasó, pero estoy de acuerdo con la disputa de los torneos».
El partido entre Brasil y Venezuela de este domingo en el estadio Mané Garrincha de la capital brasileña, por el Grupo B, dará inicio a la presente edición del torneo de selecciones más antiguo del mundo que se disputará con diez equipos en las ciudades de Brasilia, Río de Janeiro, Goiania y Cuiabá hasta el 10 de julio.
Brasil, que cumplió este sábado quince meses de su primera muerta por coronavirus, con más 17,3 millones de casos confirmados y 485.000 fallecimientos, aceptó realizar la presente edición del torneo, después de que Colombia, por problemas de orden público, y Argentina, por la crisis sanitaria, desistieron del mismo.
La aceptación para acoger el torneo por parte del Gobierno del presidente, Jair Bolsonaro, despertó críticas de diversos sectores de la sociedad, movilizó pedidos ante la Corte Suprema para la cancelación del mismo -que fueron negados por el máximo tribunal- y llevó a que los jugadores locales manifestaran su descontento.