El pueblo venezolano tiene una decisión tomada, basada en la conciencia y en el amor profundo por esta tierra, es indudablemente el amor a la patria. Contra este muro moral y espiritual se ha estrellado el imperio y sus lacayos en el mundo y en nuestra república. ¿Qué quieren nuestros enemigos jurados? Que se entregue el país, nuestros recursos, su territorio a los saqueadores del planeta. Según ellos debemos rendirnos, aceptar el chantaje y la imposición de sus sanciones, de su bloqueo económico. Debemos ceder ante la guerra económica inclemente y despiadada contra nuestra gente. Quieren castigarnos por no aceptar sus órdenes y por no permitir que esta clase elitesca y fascista nos dirija y haga en nuestro país lo que les venga en gana.
Ante esta evidente guerra contra nuestro pueblo debemos levantar sin miedo alguno la tesis de Fabricio Ojeda, la guerra de todo el pueblo contra sus enemigos. Esta propuesta del gran trujillano significa que en este momento la respuesta es la movilización integral de todas las fuerzas creativas, revolucionarias y antimperialistas contra el modelo capitalista de la muerte. El plan y programa del gobierno revolucionario con todo su basamento político y jurídico debe moverse en toda su dimensión acompañada del poder originario de los pueblos en lucha. Entendamos que nos hacen la guerra para aplastarnos, para dominarnos, para someternos. El pueblo de Guaicaipuro, Bolívar y Chávez no se somete, no acepta colonización ni dominación alguna. Se rebela contra el viejo orden civilizatorio y clama, pelea y batalla por una nueva civilización de emancipación, independencia y soberanía. No hay otro camino, es el camino de la liberación total.
El programa y el plan de acción política que debe anunciarse contra la guerra económica y política contra nuestra patria deben contar con la fuerza arrolladora histórica del pueblo venezolano. Desde Trujillo nos corresponde dar el ejemplo como se ha hecho en la honorable historia de nuestras luchas. Camarada Rangel Silva convoque la dignidad revolucionaria de las trujillanas y trujillanos y demos un firme ejemplo a la patria y al mundo. Somos la provincia del Decreto de Guerra a Muerte, de la Campaña Admirable. Somos un pueblo de gloria y honor.
Vamos entonces sin miedo con la gran Fibra Revolucionaria de la que nos habló Bolívar. Vamos Nicolás Maduro a escribir la historia del combate por la patria emancipada.