Layisse Cuenca/DLA
Un nuevo control de registro y emisión de guías de movilización para la producción vegetal y animal podría estar próximo a ser instaurado, sin la consulta ampliada de los productores y comercializadores y cuya aplicación afectará a los consumidores finales por el aumento en los costos de la cadena de comercialización
Antonio Escalona, presidente de la Unión Agrícola y Ganadera de los Andes (Unagandes) alertó ante la inminente aplicación de este nuevo control del Sistema de información y Estadística de Salud Agrícola Integral (SIGESAI).
“Se pretende encasillar en un estricto formato burocrático toda la dinámica de un proceso de producción y comercialización que posee incontables variables imposibles de estandarizar por sus características propias de desempeño, pero que además, responden a una situación de inestabilidad económica que atraviesa el país desde hace más de una década, donde se ha venido agravando por el profundo deterioro del salario real del venezolano, por un sistema eléctrico colapsado y por la avería recurrente de nuestro complejos de refinación lo que ha generado la falta de combustible que nos limita de manera determinante en nuestras labores productivas”.
Productos perecederos vs Tiempo de espera
Ante todo, -expresa Escalona- debemos considerar que nuestro trabajo se basa en la producción, manejo, transportación y comercialización de productos altamente perecederos que tienen un ciclo natural estricto e impostergable, y que en la mayoría de los casos no se dispone de servicios de refrigeración que puedan atenuar su deterioro. El tiempo entre el momento de la cosecha y el de poner el producto en la mano del consumidor debe ser breve y de extremos cuidados de manejo, con el fin de preservar su calidad y prestaciones nutricionales, procurando su resguardarlo saludable desde los centros de producción hasta los centros de consumo, esto nos obliga a que nuestra labor sea sumamente dinámica y que cualquier retraso operativo pueda significar la perdida parcial o total de lo cosechado.
Para el presidente de Unagandes este nuevo sistema posee muchos vacíos en los procedimientos e incongruencias con la realidad para su aplicación, sobre todo para los micro y pequeños productores, por lo engorroso y costoso que le significa cumplir con los numerosos recaudos que se exigen para su registro.
Las inspecciones mensuales a fincas y locales de acopio y despacho son del todo inviables por varios factores, entre ellos, la escasa disponibilidad del personal técnico autorizado para efectuarlas, no poseen medios de transporte y desplazamiento y la falta de disponibilidad de combustible condiciona esas visitas.
Las vías rurales están en tan mal estado que solo se puede transitar por ellas con vehículos de alta rusticidad o animales de carga. Las distancias de los predios a inspeccionar además de lejanas son en su mayoría de acceso difícil y accidentado, no podemos aspirar a que dicha labor de inspecciones pueda ser aplicada y mucho menos eficiente, esto sin contar con la voluntad de los referidos técnicos de cumplir con tan titánica labor tomando en cuenta los miserables sueldos que devengan y los muy limitados recursos con los que cuentan para tal fin, indicó.
Bajo la lupa
Pongamos un caso típico: Un productor de los andes posee una pequeña y remota finca sembrada de zanahoria, al término del ciclo del cultivo debe solicitar una inspección de un técnico el SIGESAI cuya localización mas cercana se encuentra a unos 80 km de distancia para que certifique el origen y los datos de producción del referido cultivo para poder sacar su cosecha, son 160 kilómetros que este técnico debe recorrer por vialidad en deplorable estado y que le implicaría invertir un día de trabajo y sus respectivos viáticos, que en la mayoría de los casos corre por cuenta del productor.
Esa inspección llega a la oficina y es cargada al sistema de registro y estadística y supongamos, para pensar en positivo, que se le otorgan sus guías de movilización a tiempo, por supuesto esto genera el pago de un impuesto, de allí es trasladada la cosecha a un centro de acopio o despacho que también debe haber sido registrado, inspeccionado y autorizado por el INSAI, el SIGESAI, Sanidad, Alcaldía, etc. con el pago de sus respectivos aranceles e impuestos, estos centros deben solicitar sus guías de movilización por rubro, cantidad, procedencia y dirección de destino, esta dirección también debe estar registrada, inspeccionada y al día con impuestos y aranceles.
Traspalando esto a la realidad ¿Qué pasará con lo que comúnmente se hace con los despachos y ferieros, que cargan en un mismo vehículo productos procedentes de diferentes fincas, de diferentes rubros, en diferentes acopios y son trasladados a diferentes destinos?
¿Qué valor hemos de declarar los que trasladamos productos para comercializarlos en los mercados mayoristas si el precio varía en minutos de acuerdo a la oferta y la demanda y como trasladaremos los remanentes de esa actividad para buscar venderlos en otra plaza distinta a la que figura en el destino de la guía?
¿Bajo qué premisa se instituye unilateralmente este sistema sin la consulta ampliada a los productores y comercializadores que somos los que conocemos en detalle y profundidad las características de esta actividad?
¿Los puntos de control vial tales como Guardia Nacional Bolivariana, Policía Nacional Bolivariana, etc., estarán debidamente preparados para la correcta interpretación de las nuevas guías?, ¿Les será suficiente la comprobación de la información por el código QR de la guía o ante la incertidumbre que genera este nuevo sistema se verá incrementada la extorsión y la matraca?
¿En qué nos beneficia? y lo más importante, ¿tomaron en cuenta a consumidores finales que serán los mas afectados al ver que la escasez y el aumento en los costos de la cadena de comercialización incide directamente en el precio que han de pagar?
Para Antonio Escalona los agricultores y ganaderos de la región andina se encuentran ante un método de control sin ningún propósito que promueva el proceso productivo y mucho menos el comercializador del sector agroalimentario, “lo que demuestra un gran desconocimiento de la real situación que atraviesa el campo venezolano y su importancia insustituible para alimentar al país”.
Unagandes estará atento al desarrollo del proceso de aplicación de este nuevo sistema en resguardo de sus afiliados y del sector agropecuario en general.
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