Hebert Carrizo
DLA.-“Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, y tendrán quien haga”, una frase del ilustre educador venezolano Simón Rodríguez, quien de manera muy acertada habló sobre la importancia de la educación en la sociedad y es que el futuro de un país depende en gran parte de su sistema educativo.
No es casualidad que los países desarrollados cuenten con una educación de alto nivel y así lo revela el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) denominado Programa Internacional para la Evaluación Estudiantil (PISA, por sus siglas en inglés), el cual enumera las naciones con mejor sistema educativo en el mundo. En esa lista figuran en los diez primeros puestos:
- China
- Singapur
- Macao
- Hong Kong
- Estonia
- Canadá
- Finlandia
- Irlanda
- Corea
- .Polonia
Precisamente en estos países, los programas académicos están diseñados con visión de futuro en distintos ámbitos del conocimiento, esto con el objetivo de formar a estudiantes con un perfil integral con capacidad para ocupar las áreas profesionales según los retos y exigencias del momento.
Tampoco es casualidad que los países subdesarrollados no figuren en los primeros sitiales del listado de la OCDE, de hecho, Latinoamérica aparece a partir del puesto 43, justo en esa posición sale a relucir Chile, seguido de Uruguay y Costa Rica, ocupando los lugares 48 y 49, respectivamente.
Cuestionable proceso educativo en Venezuela
Como Venezuela no participa en el informe de PISA no aparece en la lista, sin embargo, hay quienes cuestionan el actual sistema educativo de Venezuela, el cual está a cargo del gobierno nacional.
En los años de gestión oficialista, a través de la Ley Orgánica de Educación aprobada en agosto de 2009 y diferentes resoluciones administrativas, modificaron los pensum de estudio y las metodologías aplicadas.
Como parte de estas medidas, otorgaron participación a personas ajenas al sector educativo, mediante los Consejos Educativos que ahora pueden estar integrados por voceros de las organizaciones comunitarias.
También permitieron impartir clases didácticas que pudieran ser consideradas como adoctrinamiento, de la política actual, por citar algunos, la Colección Bicentenario y la Constitución de Venezuela ilustrada, en esta última sale a relucir en 12 oportunidades el exmandatario Hugo Chávez, en ocho Simón Bolívar y en tres el presidente Nicolás Maduro, e incluso, imponen tareas, en las cuales piden dibujar la figura de Chávez.
Necesario innovar y reivindicar
Si bien, la historia contemporánea es importante como cátedra de estudios, también es necesario impartir enseñanzas en otras áreas del campo profesional, por ejemplo, en China, Estonia, Singapur y Reino Unido desarrollan proyectos para enseñar a los niños a programar y hasta abordan la robótica.
Claro está que son programas diseñados de manera visionaria por parte de gobiernos interesados en transformar al país en un referente mundial, precisamente para lograr ese objetivo, valoran a sus educadores a quienes ofrecen significativas remuneraciones, entre otros beneficios laborales.
De acuerdo a un estudio de la OCDE, Luxemburgo, Alemania y Canadá son los tres países con mejores sueldos para educadores, quienes llegan a ganar más de 70 mil dólares al año.
Sin ánimos de descalificar en Venezuela ocurre lo contrario y es algo que se evidencia en los diferentes planteles educativos, los cuales se rigen por pensum y métodos de estudios considerados obsoletos, pues los contenidos impartidos son los mismos de hace años, aún y cuando, la sociedad y su dinámica es cambiante producto del proceso evolutivo.
Solo por citar un caso, se pueden puntualizar las clases de informática, una catedra que se aborda de manera generalizada, pero poco se profundiza en temas tan importantes como la programación o la inteligencia artificial, e incluso, el internet, una herramienta de gran relevancia hoy en día en la educación, todavía es limitada en las escuelas y liceos.
Poca valoración al educador
Otro factor es la desmotivación de los educadores, producto de las desmejoras salariales y es que el poder adquisitivo de estos profesionales se ha venido abajo, en la actualidad sus ingresos rondan los 30 dólares, lo que ni siquiera le permite cubrir sus gastos básicos.
Las consecuencias no se han hecho esperar, en los últimos años se registran renuncia masiva de docentes, al punto que en algunas regiones del territorio venezolano hay carencia de profesores en el área de matemáticas, física, biología e idiomas.
Quienes persisten en las aulas de clases, actualmente protagonizan huelgas para exigir reivindicaciones laborales, pero todavía no han obtenido una respuesta gubernamental contundente, salvo la asignación de un bono adicional de 500 Bolívares mensuales, lo cual no convence al gremio educativo, el cual amenaza con mantener las protestas hasta conseguir mejoras salariales.
Rezagados
Mientras tanto, los estudiantes venezolanos permanecen con un sistema educativo rezagado que perjudica a las nuevas generaciones y sitúa en riesgo el futuro del país aunado a la precaria condición intelectual desarrollada.