Madrid, 1 may (EFE).- Las manifestaciones del Día Internacional de los Trabajadores volvieron este sábado a recorrer las calles en España, después de que el año pasado no pudieran celebrarse por la pandemia, aunque de forma atípica por la limitación de participantes y con una inusual presencia de representantes del Gobierno.
Bajo el lema «Ahora toca cumplir. Un país en deuda con su gente trabajadora», la principal marcha en Madrid tenía un aforo máximo de mil personas por las restricciones ante la covid-19, mientras que el año pasado ni siquiera se pudieron celebrar manifestaciones al estar el país bajo confinamiento.
A esta marcha asistieron siete ministros del Gobierno de coalición entre el partido socialista PSOE y la formación de izquierda Unidas Podemos, entre ellos la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, cuando habitualmente no suele acudir ni el responsable de este ministerio.
La manifestación en la capital de España coincidió con la campaña para las elecciones regionales en Madrid del próximo martes 4 de mayo y también asistieron los candidatos de las formaciones de izquierda.
Los mensajes de este Primero de Mayo en España estuvieron centrados en la recuperación del empleo perdido durante de la crisis derivada de la pandemia de covid-19 y en demandas sindicales como la derogación de reformas del mercado laboral y del sistema público de pensiones.
El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, dijo en redes sociales que «no habrá recuperación» económica si no llega a los trabajadores «con empleos dignos, estables y transformadores».
El líder del conservador Partido Popular, Pablo Casado, principal fuerza de oposición, denunció en cambio la presencia de ministros en la manifestación al considerar al Gobierno culpable del aumento del desempleo en España por su gestión de la crisis.
Los sindicatos mayoritarios en el país, Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, coincidieron en exigir al Gobierno que cumpla compromisos aplazados cuando estalló la pandemia.
La mejor «vacuna» contra esta crisis, defendieron, pasa por recuperar el empleo perdido y acabar con la precariedad, debido a la temporalidad y a los bajos salarios, con medidas como el aumento del salario mínimo, ahora en 950 euros al mes (casi 1.142 dólares), y la derogación de reformas aprobadas por anteriores gobiernos que consideran lesivas para los trabajadores.
Los últimos datos oficiales muestran un desempleo cercano al 16 por ciento de la población activa en España, con más de un millón de hogares donde ninguno de sus miembros tiene trabajo, cerca del 40 por ciento de los jóvenes sin empleo, el mayor porcentaje de la Unión Europea, y más de medio millón de puestos de trabajo perdidos el año pasado, cuando comenzó la pandemia.