Como cada tercer domingo del mes de junio, hoy se celebra el rol de la paternidad responsable y con sentido de educar a los hijos. Aunque muchos se consideren analfabetas en tecnología, gran parte de los padres venezolanos se han insertado a la era digital para conmemorar su día comunicándose con sus hijos a través de WhatsApp o Skype
Llegó el Día del Padre y miles de figuras paternas en Venezuela celebrarán su día intentando establecer una vídeollamada con sus hijos en el extranjero. Con lágrimas en los ojos, preocupados y con impotencia dirán que están “bien” y elevarán por la bocina de un teléfono mensajes de motivación y fortaleza.
Intensificarán el duelo migratorio (sentimiento del nido vacío) pero no lo dirán “porque vivencian la ausencia de forma introvertida”. Ellos son héroes, ahora en su mayoría “salvados” por sus hijos.
La psicólogo clínico, Fransuá Quevedo, afirma que cuando el sustento de la familia (padre) ve que ya no puede cumplir con todos los gastos y que sus hijos deben ayudarlos, pueden generar sentimientos como intolerancia, frustración y muchas veces rabia. “Generan conductas agresivas, dominantes o pasivas por un lapso de seis a 12 meses, cuando ya se supera el duelo migratorio con la adaptación a lo nuevo y al comprender que el hijo se ha ido con la esperanza de volver”.
Para algunos es terrible que jóvenes entre 18 y 25 años de edad tengan trabajos forzados, se enfermen, tengan problemas legales o de otra índole y no cuenten con el apoyo familiar y, en muchos casos, sean migrantes sin grado de instrucción para luchar en contra de la discriminación a la que son sometidos.
No obstante, cuatro de cada cinco papás sobreviven en Venezuela gracias al apoyo económico de sus hijos en el exterior. Cinco de cinco aspiran que la situación del país mejore y puedan retornar y tres de cinco no tienen intenciones de abandonar el país; como en efecto lo piensan aquellos padres de familia con hijos menores de 10 años. De cualquier forma y en cualquier circunstancia, ¡Felicidades papá!
Frases de padres trujillanos
“Los hijos en el exterior tienen ocasión ahora de mandar regalos a la familia y da motivo de orgullo que demuestren responsabilidad en sus trabajos”.
“Muchos jóvenes se dejan llevar por las redes sociales o amistades y deciden irse, pero Venezuela tiene potencialidades. Esto lo vamos a superar”.
“A uno como padre se le comprime el corazón el saber que su hijo no está cerca. Por eso es importante que sepan: su casa sigue aquí, en Venezuela”.
“Debemos tener fortaleza y mantenernos en pie de lucha. Basta con la fuerza de voluntad que tuvieron nuestros hijos para asumir el reto de irse a otro país”.
“Les digo a los padres como yo que al mundo lo salvan las familias unidas y en presencia de Dios, no los falsos líderes. Pronto veremos a nuestros hijos”.
Testimonios
Alejandro Montilla, tiene de sus tres hijos a Ariana de 21 años y Alejandra de 19 fuera del país. Ambas están en Chile y el proceso de separación lo describe como traumático. “Me plantee la posibilidad de mantenerlas en el país, pero la situación cada vez era más complicada y en consenso decidimos apoyarlas. Es triste ver las camas y sillas de la mesa vacías. Aunque nos comunicamos por WhatsApp, me preocupa el cambio de cultura a la que se enfrentan, que la desprecien e impongan trabajos forzados o se enfermen. Me reconforta que sean jóvenes de Iglesia y Dios las ampara. Este día les transmito fortaleza y motivación aunque tendré a mi familia incompleta”.
Carlos Hidalgo. De cinco hijos, dos, Ana Karina y Andrés están en Ecuador. “Ambos se fueron por la situación, Ana ya me dio un nieto ecuatoriano y va a obtener más fácil su residencia. Andrés incursionó distintos oficios pero allá está mejor. Con la ida de él sufrí más porque mi esposa también se fue en diciembre pasado. Es fuerte pensar que nos quitan el derecho de que nuestros hijos no pueden progresar cerca de su familia. ¡Caramba! recibir de mis hijos el pago del alquiler o para el mercado, pega porque como educador y productor no me alcanza el sueldo. Los extraño, amo y deseo poder compartir con ellos”.
Ramón Durán, con su hija Leidy Durán en Perú, dice sentirse “sorprendido por esta realidad porque como padre nunca quiere que sus hijos abandonen el terruño y más bien desea que aprendan a enfrentar cualquier crisis. No solo Venezuela vive esta situación, EE.UU. tiene 140 millones de habitantes en pobreza extrema. Considero cruel que un padre diga “mis hijos se fueron para mandarme dinero”, porque pobremente uno puede hacer sacrificios. Me preocupa se enferme, se le presente una dificultad y no pueda ayudarla. Este día del padre, el primero sin ella, me entristece pero le digo tenga fortaleza, invierta y retorne pronto”.
Osvelio Fernández, tiene a su única hija hembra, Osvelys, fuera del país. “Su ida al exterior se gestó hace un año, en principio no quise que se fuera porque estaba estudiando bioanálisis, pero la crisis agudizó y se fue a Perú. Lo que me preocupa es la realidad de ese país, que es una joven sin profesión. Lo más fuerte es que ella ya nos ayuda económicamente, cuando yo pensaba darle todo. Lo he superado con ayuda de Dios y María Santísima. Este día del padre y los demás deseo tenga salud, Dios la proteja y tome buenas decisiones. Estaré conectado al teléfono todo el día y aguantaré el chaparrón hasta que vuelva”.
Juan Barazarte, tiene a su único hijo, Alham Rodolfo en Perú. “Desde los 17 años comenzó con las aspiraciones de irse, pero yo le pedía primero título universitario, así comenzó la carrera de Comunicación Social hasta diciembre de 2017 cuando dijo que no iba a seguir. El impacto fue fuerte, pero vi conveniente su viaje porque con 25 años de servicio como educador y la jubilación (Bs. 20 millones) no me alcanzaba ni para cauchos del carro. Lo llevé a Cúcuta y lloró un buen trayecto por la despedida. Ahora me preocupa que con 19 años él esté en otro país sin un grado de instrucción, sin protección. Espero retome sus estudios”.
Psicólogo Quevedo: “El duelo significa pérdida, muerte, ausencia o cambio, y a nivel psicológico ahorita se habla de duelo migratorio. Se decide perder, dejar o cambiar familias, amigos, costumbres”.