Luis A. Villarreal P.
Aunque históricamente ha estado claro el justo rescate de la Guayana Esequiba —porque es parte integral de nuestro territorio desde 1777 al crearse la Capitanía General de Venezuela, y según todo el orden constitucional de la República— el Referendo Consultivo convocado para el 3D ofrece mucha incertidumbre, al percibirse una doble intención:
Por un lado, se pretende mostrar la excesiva preocupación del oficialismo chavista, hasta hace poco casi inexistente; en cuanto estuvo dando alas al gobierno guyanés con el cuento de no obstruir las aspiraciones de Guyana tendientes a la explotación de la zona en reclamación, bajo la premisa de ‘ser víctimas comunes del colonialismo’ o de la ‘injerencia imperial del Reino Unido y de Estados Unidos’.
Por otro lado, se sospecha e interpreta en este ‘inusitado esfuerzo oficialista pro Esequibo’ la obstinada búsqueda de su permanencia en el poder. De esta suposición matriz se alerta sobre la intención de crear condiciones para la necesaria disuasión militar —sin escandalizarse, porque debió hacerse siempre— de las aspiraciones del gobierno guyanés incurso en violaciones al Tratado de Ginebra, ignorándolo; disponiendo del territorio en reclamación y sus derechos marítimos en la fachada atlántica, sin anuencia de Venezuela.
También se desprende de la campaña oficialista pro Esequibo, la intención extrema de una supuesta ocupación [respaldada por la pregunta N° 5 de la consulta, relativa a la creación del estado Esequibo] sobre el área en reclamación, lo cual sería la apertura de un conflicto; o sea, la posibilidad de una excusa para posponer las Elecciones Libres Presidenciales del 2024.
Esos escenarios están allí, aunque no se hiciera el Referendo, porque es un mandato constitucional resguardar la soberanía territorial y hacer valer los derechos de Venezuela, sin peros; también contaría con toda legitimidad porque todos, todos, vociferamos a vox populi: «El Esequibo es Nuestro».
Así las tantas razones, el largo tiempo transcurrido, indican claramente llevar a la práctica los deseos muy responsables del pueblo venezolano, trasmontando el eslogan «El sol de Venezuela nace en El Esequibo». Eso habrían hecho los próceres de Venezuela. Los llamados ‘bolivarianos’ han hecho todo lo contrario.
La Corte Internacional de Justicia [CIJ] también ha excedido en sus limitaciones y particularidades como organismo global de justicia, por cuanto los preceptos e indicaciones del Tratado de Ginebra están referidos a la obligación de ambas partes a llegar a un acuerdo bilateralmente.
Cierto, las circunstancias actuales no son las más propicias al deseo del venezolano de inmiscuirse en una materia ineludible de su genuino patriotismo
Pese al estancamiento experimentado en la búsqueda de una solución siempre favorable a Venezuela porque el Territorio Esequibo históricamente es nuestro, de los venezolanos; y de Guyana sólo las pretensiones de apropiárselo, de quedarse con él, para ampliar su pequeño territorio —acto aparentemente condolido y también sumamente incorrecto y cuestionable— pero sin importarle el origen y la procedencia.
La legítima propiedad, enteramente venezolana, fue arrebatada por inescrupulosas y viles intenciones de quienes se confabularon para llevar a cabo el Laudo Arbitral de París en 1899, bajo amenaza e impudor de ampliar la tropelía sobre más territorio venezolano si no se aceptaba el chantaje a favor del Imperio Británico. Honorablemente Venezuela por intermedio de sus leales y preocupados representantes no aceptó ser desplumada por las aves de rapiña de aquel nefasto Laudo.
Hasta ahora esa posición patriótica asumida antes y en los primeros años del arrebato nos ha mantenido en la esperanza de recuperar los casi 160 mil Km², superficie equivalente a más del 17% del actual territorio; aproximadamente la séptima parte de la extensión territorial al momento de la mutilación del cuerpo integral de Venezuela; o sea un aproximado del casi 15% de la totalidad, sin adicionar la extensión correspondiente a los recientes derechos del mar en su fachada atlántica.
En realidad, no está prohibido ni todo es malo en la ‘novedosa’ actitud oficialista, ni debe ser excusa para sacarle el cuerpo al deber de hacer valer los derechos de Venezuela y rescatar de necesario modo la Guayana Esequiba; tampoco es un exceso reclamar y advertir cualquier aspecto relacionado con la CIJ, entendiéndose también falibles los buenos oficios del citado tribunal, tal ha sucedido con otras instancias de justicia, de las cuales Venezuela y otros países han sido víctimas y perjudicados. He allí la razón del porqué muchos y viejos litigios no son sometidos a determinadas cortes; aunque algunos países lo han hecho se han arrepentido.
No obstante se esté utilizando una vez más al pueblo para fines continuistas, y tratando de rectificar la no menos visible postura entreguista en el primer cuarto del siglo XXI, el Territorio Esequibo espera por la acción de los venezolanos para reafirmar ante el mundo su irrenunciable deseo de recuperar la tierra arrebatada por determinaciones británicas.
Ahora el inmenso y estratégico territorio está en mayor peligro por las irresponsables y felonas actitudes del gobierno guyanés, consideradas una flagrante provocación; apoyadas lamentablemente por el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quien hace tiempo sugirió también la cohabitación para llegar a la transición en Venezuela. Ideas descabelladas como esas, han puesto en creciente minusvalía la credibilidad de Almagro como persona equilibrada y responsable, principalmente por ocupar tan importante cargo.
La peor diligencia es la de inhibirse con excusas y peros, y es principal causa de la lamentable situación esequiba, hoy encrucijada del pueblo venezolano ante las opciones de votar o no en el referendo del 3D
La entumecida y parsimoniosa actitud de algunos de nuestros gobiernos, el coqueteo ideológico, la temeridad, el endiosamiento chavista por el dictador antillano Fidel Castro y su viveza al querer ganar indulgencias con escapulario ajeno; Acariciar los votos de la Caricom para posicionarse en organismos multilaterales —OEA y ONU—, y realizar gestiones ideológicas socialistoides y anti estadounidenses, han postergado en el tiempo, con tan lamentables resultados, la recuperación esequiba.
Al oficialismo este problema, por causa de su misma desidia, paradójicamente le cayó del cielo; y, según se ve, se aprovecha de esta situación para relanzarse en búsqueda de un apoyo popular ya perdido. Igualmente, la aparición de la pandemia Covid-19, la guerra en Ucrania, han servido para eclipsar la crisis venezolana, y desviar la atención hacia esos problemas emergentes de solución.
Asimismo, haber ganado apoyo en gobiernos extranjeros: Argentina, Brasil, Perú, Colombia, México, etcétera, antes coalicionados con las luchas democráticas de Venezuela; también la desaparición del gobierno interino y la declinación de la exigua AN 2015; pues han ayudado al régimen a mejorar su posición tal si fuera cuestión de suerte.
Por supuesto, tales acontecimientos han inclinado la cuesta en el mundo opositor interno y externo. Pero ahora la ciudadanía de la Tierra de Gracia ha colocado a través de las Primarias en un sitial preponderante a la Oposición, tan encumbrado y difícil de desmejorar como para temer de la ‘alharaca’ oficialista ante un problema de primer orden exigente de solución perentoria, tal es el rescate del Territorio Esequibo. Entendiéndose como un problema nunca comparable a los mencionados, porque se trata de un caso particularmente especial requiriendo de nuestra atención ciudadana y patriótica, aun si hay otros intereses disimulados y escondidos.
Si bien la soberanía no se consulta ni se delega, ni se debe hacer esperar, tampoco la ciudadanía se excusa ni se evade, porque debe estar allí. Su ausencia o silencio, su tranquilidad y manipulación oficial, han dado pie y contribuido, sin duda, a las frustrantes circunstancias sobre nuestro territorio
La Plataforma Unitaria Democrática, las fuerzas vivas, el nuevo liderazgo demócrata por el cambio, deben fijar posición institucional sobre el Referendo Consultivo, mas no callar o expresarse a medias con frases evasivas, retaliativas e individualistas. Mucho más, si luchar en conjunto [pero no revueltos] en defensa del Territorio del Esequibo, fue parte del acuerdo, sin las especificaciones del caso, en Barbados.
Ya hay, por parte de personalidades profesionales [no alineadas e incluso anti régimen], partidos alacranados y gobernantes estadales [colaboradores del oficialismo], una explicación de motivos y aclaratorias respecto a su determinación de participar en la consulta del 3D sobre el Territorio Esequibo.
Según se presiente, hay muchísima gente queriendo contribuir cuanto antes con la esperada solución esequiba, aunque sea haciendo la bulla necesaria; pero atenuada o reticente creyendo hacerle el juego gratis al oficialismo en su deseo de legitimación y propósito continuista; al CNE en particular, presto a aparecer como mecanismo confiable en las próximas Elecciones Libres Presidenciales.
Por tales razones no está demás saber la postura razonada de las fuerzas del cambio, antes de optar por un silencio favorecedor del oficialismo y de dudosa cualidad patriótica.
…
Ciudadanía, antes que nada…
Es la llave que guarda
en el seno la nación que ama y cela
a su tierra sin tacha,
siempre ávida y dispuesta
a abrir de su corazón las compuertas
en defensa legítima
de su país, maltrecho por terribles
desafueros y heridas
que a todos ya deprime.
Razones y derechos nos asisten
y reclaman de nuestra
conciencia y determinación un paso
al frente y más destreza
para superar cuanto
antes esta crisis y poder darnos
un futuro más digno
y promisor, sólo a través de nuestro
deber comprometido
en justo cumplimiento
¡de una ciudadanía sin pretexto!
L A V P
Continuamos a la espera del pronunciamiento institucional de la oposición democrática del cambio, sobre el Referendo del 3D, del nuevo liderazgo, sobre este tema prioritario e ineludible porque primero es Venezuela.