La imagen de Rafael Cadenas recibiendo de manos de los reyes Felipe VI y Letizia el Premio Cervantes del año 2022 es, sin duda, el momento más importante en la historia de la literatura venezolana. Incluso de la cultura del país.
En el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, donde tradicionalmente se entrega el reconocimiento más relevante de las letras españolas, el poeta larense caminó a paso lento hasta el estrado donde estaban los monarcas. Primero miró a los ojos al jefe de Estado, que le esperaba sonriente para colocarle la medalla, bajó la cabeza para recibirla y luego el rey puso en su mano izquierda la estatuilla mientras lo felicitaba con la derecha. Acto seguido, la reina Letizia lo saludó con ambas manos. Cadenas tomó con firmeza el premio y comenzaron los aplausos.
El escritor, que en ese momento tenía 93 años de edad y hoy cumple 95, agradeció a los asistentes con una reverencia. En su discurso, como era de esperarse de un intelectual como él, comprometido con la sociedad, la educación, la cultura y el lenguaje, consideró que el Premio Cervantes era un honor que le sobrepasaba, pero subrayó también que es un hombre lleno de España, primero, por el idioma, y luego por su literatura que ha leído asiduamente, así como por los viajes que hizo con su fallecida esposa, Milena.
Cadenas también defendió la pluralidad de las universidades, citó al filósofo alemán Karl Jaspers para recordar los peligros que implican los totalitarismos y la energía nuclear, señaló la urgencia de defender la democracia de todo lo que la acecha y consideró que es necesario cuidar la lengua española, muy maltrecha por varias fallas que no podía enumerar, pero mencionó que algunas proceden de traducciones del inglés en la televisión y otros medios.
“Antes, a comienzos del siglo XX, los académicos se enfadaban con los galicismos; los que se deslizan hoy en nuestro vivir son los anglicismos”, dijo.

Rafael Cadenas es el primer venezolano en ganar el Premio Cervantes | AFP
Muchos de los escritores que han recibido el Premio Cervantes son hoy día figuras de relevancia universal: Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Octavio Paz, Carlos Fuentes, María Zambrano, Mario Vargas Llosa, Ida Vitale, entre otros. Cadenas, sin embargo, dijo hace tres años en una entrevista con El Nacional que sigue siendo el mismo. Hoy, en una entrevista por escrito, cuenta que vive dedicado a revisar lo que escribió hace años y que por descuido no publicó.
Su libro más reciente, A Rilke, variaciones, publicado bajo el sello Galaxia Gutenberg, lo estuvo escribiendo durante mucho tiempo y entra, ha explicado el mismo autor, en lo que los alemanes llaman lírica del pensamiento. En noviembre de 2024 también se reeditó en la editorial de la UCAB su ensayo En torno al lenguaje y en 2023 apareció, a propósito del Cervantes, la selección Florecemos en un abismo, que incluye, en la sección “Poemas de Trinidad”, poemas de su primera etapa jamás publicados, así como otros de los libros Una isla, Los cuadernos del destierro, Falsas maniobras, Intemperie, Memorial, Amante, Gestiones, Sobre abierto y En torno a Basho y otros asuntos.
—¿Cómo se siente Rafael Cadenas a los 95 años?
—Uno no sabe la edad que tiene.
—¿Se imaginó cumpliendo 95 años?
—No pensaba en nada de eso, simplemente vivía.
—¿Qué lee actualmente? ¿Autores que le han acompañado toda su vida u otros más contemporáneos?
—Esta es una pregunta casi incontestable; poca literatura, más bien autores que han despertado. De los antiguos leo a los epicúreos y a los estoicos; a Cervantes, Goethe, Whitman, Unamuno, Rilke, los españoles Machado Salinas, Paniker, Savater y otros. Es que son muchos. También leo a Teresa de Ávila, pues soy un gustador de la prosa y la suya me encanta. Leo sobre física cuántica.
—¿Qué le motivó a dedicarle un libro a Rilke?
—Tal vez por escribir en su juventud lo que los alemanes llaman lírica del pensamiento.
—¿La construcción de estos poemas surgieron de un diálogo con la obra del autor? En Contestaciones, también, sostiene diálogos pero con varios autores.
—Esas son dos preguntas; más bien los poemas se refieren a su personalidad, que siempre me impresionó. Las contestaciones no dialogan, comentan, es un juego en el que expreso con humor mi parecer.

Rafael Cadenas en una entrevista en su residencia| Abraham Tovar
—Su paso por España para recibir el Premio Cervantes es uno de los momentos más importantes para la literatura venezolana. ¿Usted cómo lo vivió?
—Contento, pero con sencillez, por la que siempre abogo, aunque se trate de un momento regio.
—¿Cómo recuerda ese momento en el que los reyes de España le entregaron el reconocimiento?
—Ya en la anterior te la contesté, pero agrego que los admiro mucho, con afecto. El rey estuvo aquí cuando era príncipe.
—Varios puntos tocó en el discurso, como la defensa de la democracia y la cultura o su amor por España. Hoy parece que las democracias corren un mayor peligro. ¿Siente temor o preocupación?
—Siempre lo hago, defender la democracia, cada vez que hablo públicamente. Sin democracia no hay cultura, ni libertad de expresión, ni partidos; pero prefiero no adentrarme en este tema. Estoy dedicado a revisar lo que he escribí hace años y por descuido no se publicó. En cuanto a España, mi esposa y yo estuvimos muchas veces allá por invitaciones, sobre todo para leer poesía.
—¿Cree que haber ganado el Premio Cervantes podría abrirles aún más las puertas a los escritores venezolanos internacionalmente?
—Sí, eso ya ocurre con escritores y poetas excelentes, pero poco conocidos internacionalmente. Aquí hay mucha actividad cultural pese al desastroso estado del mundo. Los migrantes venezolanos están sufriendo mucho sin la ayuda de las fútiles organizaciones, que deben actuar.

Rafael Cadenas cuando recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2018 | Premio Reina Sofía
—Durante su paso por Europa también le legó sus gafas, máquina de escribir y el borrador de su discurso en el Premio Cervantes a la Caja de las Letras. ¿Por qué particularmente estos objetos?
—En cuanto a los objetos, no los usaba, fue en parte sugerencia de los hijos, y lo del discurso es una obligación.
—El año pasado se publicó en la UCAB una reedición de En torno al lenguaje, en el que advertía hace más de cuatro décadas sobre los problemas que nos traería el descuido del lenguaje. No se equivocó. Los jóvenes cada vez tienen más problemas de comprensión lectora y cada vez se crítica más al intelectual hoy día. ¿Podría reflexionar sobre este problema?
—El hecho que se hayan publicado 10 ediciones de En torno al lenguaje revela lo que tú dices, y es algo que se debe enfrentar antes de que esta situación empeore. Sorprende que esto ocurra en un país de grandes maestros del idioma, el país de Andrés Bello, el de Rafael María Baralt, el de Lisandro Alvarado. Da pena.
—El año pasado la Alcaldía de Baruta develó una estatua suya en el Parque de Los Escritores. ¿Vio la escultura? ¿Le gustó? ¿Tuvo participación de ella?
—Estuve en absoluto desacuerdo con eso, pero no me hicieron caso y no la he visto.
—En 2023, cuando le iban a entregar el Cervantes, Diego Arroyo Gil, y Elías Pino Iturrieta lo secundó, dijo que usted era el hombre más importante de Venezuela en este momento. ¿Qué es lo primero que piensa cuando lee o escucha tamaños elogios?
—Los perdono, porque son grandes amigos, los elogios desazonan, a ellos les pasaría lo mismo que a mí.

Rafael Cadenas recoge en 2016 el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca | EFE
—Entiendo que es un tema del que muchos prefieren no hablar, pero le pregunto de todos modos viendo el momento histórico que vivimos: ¿qué piensa cuando le preguntan por Venezuela?
—Prefiero no opinar, carezco de suficiente información, vivo retirado.
—¿Cuál es la mejor lección de vida que ha aprendido en estos 95 años?
—En este campo no puedo aleccionar. Pienso que los seres humanos deben observarse por dentro y por fuera. Siento que he cometido muchos yerros, tal vez esto puede compensarse mediante la atención que recomiendan los sabios que en el mundo han sido.
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