Víctor Álvarez R. / @victoralvarezr
Quien está leyendo este artículo seguramente aún no tiene claro en cuál Centro Electoral ejercerá su derecho al voto en la Primaria presidencial de la Plataforma Unitaria (PU). Intente usted ahora mismo entrar al buscador oficial de la Elección Primaria Buscar Persona (buscadorprimaria2023.com) y compruebe si puede lograr la conexión y tener acceso al sitio web para saber dónde le toca votar.
Ya se cuentan por centenares las casas de familias y locales de empresas que han retirado su oferta de funcionar como centros electorales por temor a terminar asediados, saqueados, fiscalizados y cerrados. La inseguridad y el temor a posibles retaliaciones los han forzado a retirarse.
Todas estas dudas, confusiones e incertidumbre son un obstáculo para la participación masiva de los electores que se pronuncian a favor de un cambio en el mando político por la vía electoral y pacífica y, por lo tanto, amenazan el éxito de la Primaria.
Si bien es cierto que la tardía oferta de asistencia técnica del Consejo Nacional Electoral (CNE) a la Comisión Nacional de Primaria (CNP) puede significar la salvación de la Primaria presidencial de la PU, no deja de ser menos cierto que se recrudecerán las tensiones entre quienes insisten en que la primaria debe ser auto-gestionada y manual, sin las máquinas captahuellas que pongan en riesgo la identidad del elector, y han convertido en un punto de honor la fecha del 22 de octubre para la celebración de los comicios.
En caso de que la primaria cuente con la asistencia técnica del CNE, habría que empezar por la reinscripción de los precandidatos, lo cual plantea el riesgo de que los inhabilitados no puedan inscribirse. El sistema del CNE, al registrar la cédula de identidad, impide que las personas inhabilitadas puedan inscribirse para optar por cargos de elección popular.
Debido a los problemas que arrastra, la Primaria de la PU se puede caer por su propio peso. Pero si se despejaran todas las dudas planteadas y su éxito fuese inminente, no se descarta que a última hora se active el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para suspenderla (remember RR-2016) con el argumento de evitar que se cometa un fraude al elector, al permitir competir a candidatos inhabilitados que -en caso de ganar la Primaria- no podrían inscribirse en la carrera por la Presidencia de la República.
El gran problema de la PU y de la oposición en general es que, con esta nueva maniobra, el gobierno logra que sus rivales se sigan desgastando en una agenda que solo le interesa a los partidos, pero que no se conecta con el clamor de una población que diariamente lucha por su sobrevivencia, y no recibe de los precandidatos una oferta electoral que la aliente y le devuelva la esperanza.
Para entender lo que gana el gobierno al facilitar la asistencia técnica del CNE a la Primaria presidencial de su rival, es necesario tener en cuenta que Vente Venezuela, el movimiento de María Corina Machado (MCM), no forma parte de la Plataforma Unitaria. Sin embargo, en su momento la CNP decidió convocar una Primaria abierta en la que podían participar todos los ciudadanos y precandidatos, independientemente de su militancia o no en las organizaciones políticas que conforman la PU.
A la larga, esta apertura se reveló en una grave amenaza para el liderazgo tradicional de la oposición. Ninguno de los principales partidos de la PU -ni Acción Democrática (AD), ni Un Nuevo Tiempo (UNT), ni Primero Justicia (PJ), ni Voluntad Popular (VP)- quieren tener como líder a quien los ha tratado de falsa y fracasada oposición, de incapaces de sustituir al régimen a pesar de todo el apoyo internacional que recibieron. Por su parte, el gobierno no dejará correr en la carrera presidencial a nadie que lo amenace con convertirse en su verdugo.
Por lo tanto, hay un interés común entre el gobierno y estos partidos de la PU para sacar del juego a MCM, quien cataloga al gobierno de Maduro de narco-régimen y banda de criminales, y no pareciera ser la figura que pudiera conducir una transición política sin persecuciones y en paz. Tengamos en cuenta que, si la pérdida de las elecciones se convierte en una tragedia para el oficialismo, en Venezuela no habrá elecciones limpias ni alternancia en el poder.
El comunicado oficial dice: “El Consejo Nacional Electoral, por unanimidad de todos los rectores electorales, resolvió dar servicio técnico integral constitucional y legal a la solicitud hecha por la organización con fines políticos agrupada en la Plataforma Unitaria”. En consecuencia, una prueba de la colusión en marcha la encontramos en la votación favorable de todos los rectores del CNE en los que figuran -además de los tres rectores pro-gobierno-, los dos rectores pro oposición (UNT-PJ y AD). Recordemos que Manuel Rosales y UNT decidieron respaldar la candidatura de Henrique Capriles, lo que indica que también el partido PJ estuvo al tanto y a favor de las condiciones pactadas, las cuales han sido rechazadas por MCM y su partido Vente Venezuela.
En esencia, es un acuerdo entre AD, UNT y PJ para sacar del juego a quien ha dicho una y otra vez que en la Primaria, más que un candidato presidencial, se escogerá al líder de la oposición. Y ninguno de esos partidos se resigna a aceptar como líder de la oposición a quien los ha tratado de falsarios, fracasados, colaboracionistas y cómplices del régimen. Como se ve, los factores que compiten en la Primaria siguen hundidos en sus contradicciones y disputas internas y no terminan de conectarse con las necesidades de un electorado que no se siente animado a votar, ni en la Primaria, ni en la elección Presidencial.
El “gesto” de asistir técnicamente a la CNP para “salvar” de su inminente fracasado la Primaria presidencial de la PU tiene como objetivo encubierto exacerbar las contradicciones y divisiones de la oposición. Solo si sus rivales se presentan divididos y sin opción es que el gobierno aceptará mejorar las condiciones electorales y este gesto de “buena voluntad” es funcional a ese propósito. Ciertamente, al oficialismo le interesa celebrar unas elecciones que sean reconocidas nacional e internacionalmente, pero sin poner en peligro el triunfo en las Presidenciales de 2024. Tienen claro que, de perder el poder, al día siguiente se desataría la persecución de los caza recompensas contra Nicolás Maduro y sus principales colaboradores.
En definitiva, la asistencia técnica del CNE a la Primaria de la PU no es un acto de generosidad democrática del gobierno para unir y potenciar a un rival que lo puede derrotar en las Presidenciales de 2024. Es una nueva maniobra para dividir y provocar la apatía electoral y la abstención del electorado descontento, a fin de convertir en mayoría el decreciente caudal electoral del oficialismo.
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