Pbro Juan de Dios Andrade, el demócrata | Por: Ramón Rivas Sáez 

Valera bicentenaria. protagonistas -15-

 

 Nativo del estado Mérida, Juan de Dios Andrade, ordenado sacerdote en Roma a finales de la

década de los cincuenta, arribó a Valera, luego de ejercer el sacerdocio en diferentes regiones del país, donde se distinguió por sus dones cristianos y ciudadanos que le hizo gozar del respeto absoluto de su grey.

En su estancia en Valera, fue asignado a la Catedral San Juan Bautista, donde al poco tiempo se encargó de la vicaría general; allí cimentó una labor ardua, de trabajo eclesiástico de gran aliento en momentos en que la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, apretaba sus tentáculos contra la población, cercenaba aún más las libertades públicas.

Fue así como en el segundo domingo del mes de enero de 1958, el padre Andrade subió al púlpito y en valiente homilía, que recibió el apoyo unánime de la feligresía, convocó a una rogativa para pedir por la libertad de Venezuela. Minutos después los fieles que estaban presenciando la ceremonia religiosa, salieron y recorrieron algunas calles alrededor de la catedral en respaldo al pronunciamiento del prelado.

El acontecimiento dominical fue el primer aldabonazo que se dio en Valera para dar al traste contra el oprobioso régimen; el protagonista, un sacerdote dotado del espíritu democrático que siempre fue su norte, defender la libertad, ser justo, amparar y proteger el estado de derecho, estar al lado del imperio de la ley.

La rogativa tuvo sus consecuencias, el 23 de enero de ese año, el pueblo de Venezuela echó al dictador, evento que se concatenó a otros en diferentes entidades del territorio nacional que se sumaron   a la salida del tirano. El presbítero emeritense se quedó en Valera, pequeña ciudad que le adoptó como uno de sus grandes hijos, siempre fiel a su fe cristiana.

El ejemplo del padre Andrade sirvió para que el pueblo trujillano perdiera el miedo, hiciera a un lado al déspota y se iniciara el camino por la restitución del hilo democrático e institucional, fracturado con el derrocamiento del presidente Rómulo Gallegos.

El ciudadano. Posteriormente, el padre Andrade fue designado por las autoridades locales cronista oficial de Valera, posición que desempeñó con acierto y amor por la ciudad, cuyos problemas afrontó a través de las columnas periodísticas en las que exponía soluciones. Fue miembro de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP)-Trujillo y del CNP. Hizo labor gremial. Fue traductor de textos del francés para revistas que dirigía el artista   chileno Dámaso Ogaz, quien fue su amigo. Andrade fue un humanista, adusto, con un solo objetivo servir al prójimo.

 

 

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