Canta para que la gente se llene de alegría y regocijo ante las cosas bellas de la vida. Siempre ha creído y ha sido defensora de la liberación total de los pueblos
Sin caer en subterfugios de ninguna índole, es meritorio el reconocimiento público a un gran ser humano, de acciones compatibles en lo individual y colectivo.
Morelia Valero ha sido a través de sus acciones, sus cantos y mensajes alentadores para las inmensas mayorías, una guía deseosa de enrumbarse en el sendero de la cultura y del bien común.
Ella ha sido constancia y dedicación en las distintas actividades que le ha ocupado durante toda su vida. Ha puesto en práctica todo ese fragor de lucha diaria que persiste en el corazón y cerebros de los que de una manera u otra quieren ver su territorio sin problemas, Morelia es de esas personas que siempre ha bregado por ayudar al otro, a el de al lado, al prójimo muchas veces sumergido en problemas, o de luchar para que el colectivo de su barrios o ciudad logren alcanzar un mejor bienestar, todo a través de sus llamados y mensajes llenos de reflexiones.
En su adolescencia y juventud era de un carácter fuerte y rebelde, no le fue fácil aceptar algunos conceptos y mucho menos imposiciones sin sus respectivas explicaciones. Contó con una madre muy receptiva, que siempre trató de comprenderla. Un padre que a pesar de su férreo carácter, también le brindó su cariño. Sus humanos han sido especiales y maravillosos para con ella.
La guitarra, el canto y la Biblia
En su vida ha tenido objetivos de primer orden – a parte de su familia-, el cuatro, la guitarra, el canto y la Biblia, los cuales se convirtieron en sus principales conocimientos.
Cursando estudios primarios en la Escuela Pascual Ignacio Villasmil en Bella Vista, dio vuelo a aquellas inquietudes culturales, las cuales hacía en cada evento cultural programado con total naturalidad.
El acercamiento de Morelia con la Iglesia, se da gracias a su afán de ir aprendiendo nuevas cosas y poder ir consiguiendo respuesta a muchas preguntas a medida que iba creciendo. Entra al grupo carismático. Con ellos aprendió muchas cosas útiles, que luego implementaría en el transcurrir de su vida.
Con el paso de los años fue entendiendo que una de las formas que tiene Dios de hacer justicia es a través de sus hijos. El comprender eso la llevó a fortalecer su compromiso con los más necesitados de justicia. Con los carismáticos aprendió a tocar guitarra. Tenía once años.
Al tiempo se integró a unos grupos de acción popular, en Bella Vista, los cuales contaban con la asesoría del Cesap. Lamentablemente, esos grupos de Bella Vista no pudieron madurar. La gente allí estaba muy indefinida ideológicamente.
Liderazgo estudiantil
Al entrar al Liceo Antonio José Pacheco se le hizo fácil ocupar un papel relevante en las luchas estudiantiles, ahí empezó su llamado liderazgo estudiantil.
Le encantaba hablar en público y expresas sus inquietudes, y muchas veces tomaba la palabra en manifestaciones para decir cosas muy sentidas, aunque algunas veces estuvieran mal argumentadas.
Tanto en el Antonio José Pacheco, como en el Rafael Rangel, formó parte de varias organizaciones estudiantiles.
Canto de vida
Morelia Valero, desde muy joven se destacó como compositora y cantante muy conocida en nuestra ciudad de Valera. En los actos culturales celebrados en las diversas barriadas, en los actos de graduación del Ateneo o en las misas de los templos de los barrios, allí siempre se veía a Morelia deleitando a los paisanos con su amplio repertorio de melodías. Y es que sus actuaciones no se quedan en la repetición automática de una canción. Morelia iba al diálogo con los espectadores y siempre las funciones culminan con el mensaje concientizado de esta joven preocupada por romper la alienación latente. Para esa época, ella estudia cuarto año de Ciencias en el Liceo Rafael Rangel y para su edad, se le consideraba una muchacha «clara» en una gran cantidad de cosas que para la mayoría de los muchachos de su generación pasaban casi desapercibidas. Morelia era y siguió siendo una joven cristiana, contestataria, estudiosa y con una profunda sensibilidad social.
Pero ella no se conforma únicamente con cantar o tocar sus instrumentos. Aspiraba que los demás también lo hicieran. Y así le veía a diario impartiendo clases de música a un grupo de niños del módulo de la Plata I. En las ferias de la «Chinita» en Bella Vista organizaba los actos que involucraba a los niños y jóvenes.
Su inclinación por el canto era para tratar de llegar al corazón del pueblo y enviarle un mensaje que llegara a las personas con una seria reflexión sobre las condiciones del sistema socio-cultural que se vivía. También cantaba y sigue cantando para que la gente se llene de regocijo y alegría ante las cosas bellas de la vida.
“Ayúdame a volver otra vez”
En una oportunidad y con motivo de una promoción celebrada en el Ateneo, cantó una canción llamada “Ayúdame a volver otra vez”, una composición que diseñó pensando entre otras cosas, algo que le preocupaba, y era que aquellos graduandos al irse para la Universidad no se olvidaran de Valera, esa es una canción de estímulo para que esos muchachos estudiaran mucho y lucharan posteriormente por el progreso de Venezuela y de su tierra natal, Valera.
Ha compuesto canciones como «Hiroshima» sobre la bomba atómica, canciones de protesta como «Combatiendo pueblo a pueblo», también canciones para los niños y otras de contenido
cristiano.
Sus inicios en estos menesteres del canto y la composición le seducen desde que era niña, desde sus días escolares. En la escuela participaba en los diferentes actos culturales como el Día del Arbol, de la Madre, de la Bandera. La primera obra que se aprendió para esos actos fue el Himno Nacional.
Servirle a Dios y a las personas
En una oportunidad, un periodista le preguntó el por qué no busca figurar en los festivales de música y canto, si ellos daban fama, a esa interrogante, Morelia respondió: “En realidad la fama no me han llamado mucho la atención. En esos festivales nuestro pueblo no tiene ninguna representación en los jurados; casi siempre Influyen los »padrinos” y prevalece un espíritu de competencia y no de cooperación. A mí no me emociona eso de la fama, yo me conformo con servirle a Dios y a las personas con mis cantos y mensajes. Así estoy bien”.
Logró encontrar en el canto un instrumento de lucha muy válido. Es una convencida que, en muchas ocasiones es más fácil despertar la sensibilidad de la gente a través del canto que de cualquier otro medio… Sus capacidades musicales son un don que Dios le ha dado y que ha puesto a lo largo de su existencia al servicio de todos.
Cristiana auténtica
Para Morelia Valero, ser un cristiano auténtico ha sido un proceso muy largo. Es ir descubriendo la presencia de Dios en cada uno de nosotros, llenarse de un profundo amor hacia el prójimo. Para ella, un cristiano auténtico es el que se compromete con su pueblo y que a pesar de todos los malos olores de la sociedad, no se deja intoxicar por ella…
Para Morelia asumir el cristianismo implicó una actitud de vida: la solidaridad, la honestidad y, en una sociedad tan individualista, no es fácil.
Transformación social
La concepción amplia que tiene Morelia Valero sobre el cristianismo, le ha valido para su aporte y lucha por la transformación social en la requerida labor de concientizar para elevar las mentalidades del devenir, sumada en el trabajo y organización, criterio dialéctico, sin lo cual no se puede avanzar.
Morelia Valero se ha aferrado a su espíritu de libertad y en diversos campos, al señalar el derrotero y fructífero a seguir. Con la transcendencia de configurar la semilla bajo el riego de su palabra y su inquebrantable accionar.