En la Venezuela potencia, la sobrevivencia de los maestros y su grupo familiar es insostenible, compran dos o tres productos para comer y subsistir con su familia 72 horas, lo que demuestra a cielo abierto que el poder adquisitivo está absoluta y totalmente pulverizado por la hiperinflación bolivariana, revolucionaria y socialista del Siglo XXI.
Tales señalamientos fueron realizados por el presidente del Suma, José Miguel Briceño quien explicó que en el país “se viola sistemática y abiertamente el derecho constitucional que tienen todos los educadores de alimentarse dignamente con su familia, y lo más grave de esta revolución bolivariana que también viola el derecho que tienen los educadores de tener una alimentación adecuada, balanceada y nutritiva”.
Dijo que en estas condiciones “como enfrentan el éxito de una educación de calidad y una pedagogía educativa para el milenio donde la triste y oscura realidad social, económica, salarial, contractual, laboral y constitucionalmente, no le permite suficiente y eficazmente tener un nivel de vida adecuado y una preparación académica profesional, porque ha sido la propia revolución socialista que se ha dedicado sin escrúpulo alguno durante 18 años y más a desprofesionalizar y a desalarizar a todos los maestros, como profesionales de la educación”.
Aseguró que además de esa dramática realidad social, “los servicios de hospitalización, cirugía y maternidad, así como los funerarios, son una vergüenza nacional. Durante todos estos años han tenido todo el poder y el control político partidista nacional, estadal y municipal y no le han garantizado al magisterio activo, jubilados, pensionados, interinos y sobrevivientes, una protección social suficiente y eficiente”. Cerró afirmando que el tabulador salarial, “evidencia la dramática y espantosa situación económica y salarial de todos los maestros porque las asignaciones de los jubilados y los pensionados son de hambre, miseria y pobreza”.