En realidad no sé qué decirte, la felicidad te llegó y está a tu alcance. Juancito, soñabas en graduarte de abogado y tienes tu título. Superaste las notas y seguramente te darán diploma de honor por ese esfuerzo. Con toda seguridad que el bufete viene, te asociarás con Juanito y entre los dos culminarán lo que dijimos, antes la felicidad te llegó y ahora recoge lo que sembraste.
Abuelo, no creas que todo es felicidad, mis padres se casaron muy jóvenes y ahora quieren disolver ese vínculo que los ata espiritualmente. Ellos necesitan un consejero que le valorice su matrimonio pero cuando se apagó la llama es muy posible que no se encienda jamás. Que es muy cursi o son muy cursi esas palabras, ello obliga con más razón un consejero. El padre de Juanito es muy bueno, pero siempre tenemos un pero en esta ligazón de familias. El padre de Juanito se lo empina de vez en cuando; ojalá que logremos conseguirlo normal que es la mayoría de veces.
Cambiaremos de tema
Mira chino por qué tienes esa bola colgando o es que tu sistema es para la que la cargues así. O será que estás preparando para un cambio de sexo. Mili compa’ Alberto, ni lo uno ni lo otro, mi opelalme polque elan cuatro bolas y entonces dejalme esa así.
Un suceso de verdad: “El tipo con un metro noventa, se consigue dos viejecitas en su camino, a la primera le larga un puñetazo, a la segunda la misma medicina. Todas estas acciones sin motivo ninguno. El tipo es perseguido, capturado y entregado a la policía.
De un colegio llaman a la policía porque hay una riña interna. Viene un policía con el resultado que la que riñe es su hija. Sin causal la agarra por los cabellos y la bate contra el piso. Estas acciones están filmadas. El policía está suspendido de sus labores cotidianas.
A la hija le dan de alta en el hospital. Carta de la madre de la niña al padre. “Gracias por tus buenos modales, gracias nuevamente por la manera en que tratas a tu hija. Creo yo que jamás la recuperarás”.
A los dos golpeadores y al policía los llaman para detenerlos en forma preventiva. Se ignora este procedimiento. Los llevan a los tres y los invitan con mucho aprecio para que visiten el gimnasio de la policía. El entrenador hombre de 1.90 de estatura y buenas condiciones físicas. Lo llaman “Moco e’ pavo”. Suban al ring, amigos míos, les tengo una sorpresa y después de esta más nunca golpearán a una mujer.
Apenas suben al ring y el entrenador descarga parte de su fortaleza en los tres invitados. Esto es parte para que más nunca le vuelvan a pegar a una mujer.