Sin lugar a dudas que el Hospital central “Pedro Emilio Carrillo” de Valera se ha convertido en referencia especial y motivo de orgullo en cuanto a la atención de preservación de la salud en el estado Trujillo a lo largo de más de 60 años de ininterrumpida labor, gracias al denodado trabajo desarrollado por su personal en un lapso de tiempo en el cual ha fortalecido su innegable presencia en cuanto a la alta calidad de la medicina preventiva y curativa.
Sin embargo, pese al esfuerzo y ejemplo de profesionales como los siempre recordados Pedro Emilio Carrillo, Rafael Isidro Briceño, Luis Omar Rojas, Evencio León Tang, José Vasallo Cortés, Romer Rubio, Zacarías Suárez, Rixio Chacín Parra, Hernán Castellanos, Nelson Mujica, Remigio Romero, Rafael Vielma, Gomer Chiquito Gómez, Alí Terán, Sebastián Simancas, Ignacio León, Gustavo Nava, Antonio José Pérez Quintero, Jorge Mandl, Francisco Marval, Raúl Díaz Castañeda y otros tantos hombres y mujeres que han aportado su grano de arena en favor de la sanidad y la vida de los trujillanos, en los últimos años esta insignia de nuestro sistema de salud se ha visto perjudicada por una serie de factores negativos, los cuales han amenazado incluso con colapsar al PEC de manera definitiva, ya que no existen políticas de ningún tipo para su necesaria preservación.
De la gloria al oscurantismo
Después de tres décadas de fructífera trayectoria y brillo laboral, el central valerano ha venido sufriendo una consecuente serie de calamidades, comenzando por la contaminación de áreas como quirófanos, sala de maternidad, áreas de hospitalización, sótanos y pabellones, todo derivado de la falta efectiva de mantenimiento y de la nula inversión en cuanto al cuidado de sus instalaciones físicas, vale decir unidades como sala de urgencias, emergencia adultos, medicina de mujeres, hombres, neonatología, pediatría, sala de trauma shock, Unidad de Cuidados Intensivos, baños, comedor, cocina, talleres, zonas exteriores y paremos de contar.
Este abandono es más que evidente y de inmediato lo podemos notar cuando acudimos al hospital central en busca de alguna información; al visitar algún amigo o pariente allí recluido, e incluso al momento de buscar remedio para nuestra propia salud.
Sinceramente que da vergüenza observar los promontorios de basura en sus áreas exteriores, otrora hermosos jardines, el deterioro progresivo de paredes, la falta de pintura, los basureros improvisados, las áreas verdes ya no tan “verdes”, la ausencia casi total de alumbrado, la nula refacción de pabellones y para colmo el colapso de las calderas y la zona de talleres, los cuales parecen más bien viejas catacumbas sumidas en lo tétrico que los agrestes salones de intenso trabajo para la limpieza, lavado de lencería y reparaciones en general que resaltaron en otro tiempos.
Nuestro principal centro asistencial fue incluso elegido como “punto de referencia” en cuanto a la atención inmediata de los pacientes diagnosticados con la letal pandemia del Covid-19, de cuyo recinto emanan los boletines que alimentan el informe diario sobre las incidencias del letal mal en suelo trujillano; no obstante, eso parece no importar a quienes dirigen los destinos y gerencian el sistema de salud en la región.
Mejorar sin acosar a nadie
Al publicar este reportaje, posiblemente varias voces agoreras saldrán a defender lo indefendible y a decir que “todo anda perfecto”, tratando de desvirtuar y desacreditar lo que aquí decimos, y es por eso que emplazamos a estas mismas personas, para que realicen un recorrido general por toda la edificación, donde se darán cuenta de la real situación, incluso descubriendo y constatando nuevos elementos más perturbadores que los que aquí denunciamos y que hallarán con mucha seguridad.
El propio directivo de Sindi-salud, Yovanni Vielma expresó que : “Lejos de buscar solucionar el drama de falta de insumos, la contaminación de varias de sus áreas y la mejora salarial de todo el personal, más bien las actuales autoridades de la institución se han dado a la tarea de exigir al máximo, amenazar y perseguir a médicos, enfermeras y personal obrero, a quienes más bien debería levantárseles un monumento por su heroicidad, especialmente en este grave momento de vivimos todos en Trujillo, Venezuela y el mundo”.
No hay tratamiento contra el Coronavirus
Otro de los gravísimos problemas, así con la utilización del sufijo y todo, tiene que ver con la falta de insumos y medicinas, ya que mientras el presidente Maduro exhorta a quienes presentan signos o sintomatología similares al Covid-19, para que acudan a este “centro piloto” de la cruzada nacional por la salud, por otra parte los ingresados no cuentan con los medicamentos que se les está asegurando ser suministrados. Se estima que un paciente diagnosticado con el letal mal, tiene que desembolsillar 70 millones diarios para poder comprar su tratamiento, ya que en el PEC no hay ni yelcos, macrogoteros, adhesivo y mucho menos las medicinas para poder aspirar curarse de manera segura y tranquila.
No se trata tampoco de emprenderla de nuestra parte contra funcionario alguno o desprestigiar a alguien en particular, sino de reflexionar juntos sobre la grave situación, para tratar de buscar las soluciones más expeditas y devolverle al Hospital Central de Valera el brillo y prestigio perdidos, además de terminar con los abusos de la sustracción de medicinas con fines comerciales y del viejo vicio de la pedidera de medicinas a los familiares de los ingresados para hospitalización.
Con alto respeto e igual consideración, exhortamos a las autoridades sanitarias; a la doctora Jaqueline Peñaloza de Rangel y al gobierno regional, con la finalidad de tomar cartas urgentes en el asunto para comenzar la tarea de rescatar este gran logro de todos los trujillanos y de gente de otras regiones que ha encontrado alivio en el “Pedro Emilio Carrillo” en su importante transitar a lo largo de su tiempo productivo.
Por lo demás, apelamos a la buena intención y a la efectividad de nuestros funcionarios públicos, ya que la idea es mancomunar esfuerzos en favor de una institución donde todavía se guardan los más gratos recuerdos sobre lo positivo que han sido para el pueblo, las obras de carácter emblemático a lo largo de nuestra historia pueblerina, donde el “Pedro Emilio Carrillo” tiene sitial de primer orden…¡Sin lugar a dudas!
Gráficas Onésimo Caracas.