Los Ángeles (EEUU), 3 mar (EFE).- La democracia mundial está «bajo asedio» por el aumento de líderes autoritarios a nivel global, lo que ha ido cambiando el equilibrio internacional a favor de la tiranía, según el informe anual de la organización independiente Freedom House, publicado este miércoles.
El año 2020 fue el decimoquinto consecutivo en el que la libertad cayó a nivel global y los países que experimentaron deterioro en sus democracias superaron a aquellos con mejoras «por el mayor margen registrado desde que comenzó la tendencia negativa en 2006», asegura el informe.
«Durante el año pasado, fuerzas autoritarias opresivas y a menudo violentas inclinaron el orden internacional a su favor una y otra vez, explotando tanto las ventajas de los sistemas no democráticos como las debilidades de las democracias en crisis», denunció en su análisis «Freedom in the World 2021», que analiza la situación de los derechos políticos y las libertades civiles en el mundo.
De acuerdo a sus expertos, la nueva realidad pandémica ha contribuido al nacimiento de un nuevo status quo global, en el que «los actos de represión quedaron impunes y los defensores de la democracia fueron cada vez más aislados».
«Mientras una pandemia letal, la inseguridad económica y física y el conflicto violento devastaron el mundo en 2020, los defensores de la democracia sufrieron nuevas pérdidas importantes en su lucha contra enemigos autoritarios, lo que cambió el equilibrio internacional a favor de la tiranía», señaló Freedom House, una reconocida organización especializada en libertad y democracia con sede en Washington.
El informe señala que la influencia «maligna» de China, «la dictadura más poblada del mundo», según este grupo, fue especialmente profunda en 2020, ya que Pekín «intensificó su campaña global de desinformación y censura para contrarrestar las consecuencias de su encubrimiento del brote inicial de coronavirus, que obstaculizó gravemente una rápida respuesta global en los primeros días de la pandemia».
«A medida que la covid-19 se extendió durante el año, los gobiernos de todo el espectro democrático recurrieron repetidamente a una vigilancia excesiva, restricciones discriminatorias a las libertades como el movimiento y la reunión, y la aplicación arbitraria o violenta de tales restricciones por parte de la policía y actores no estatales», subrayaron los expertos.
Además, Freedom House defendió que la expansión del régimen autoritario, combinada con la presencia «cada vez más débil e inconsistente» de las principales democracias en el escenario internacional, ha tenido efectos tangibles en la vida y la seguridad humanas, incluyendo el recurso frecuente a la fuerza militar para resolver disputas políticas.
De hecho, a medida que se desarrollaban conflictos en lugares como Libia y Yemen, los líderes de Etiopía y Azerbaiyán lanzaron guerras el año pasado en las regiones de Tigray y Nagorno-Karabaj, respectivamente, gracias al apoyo de los vecinos autoritarios Eritrea y Turquía y desestabilizando las áreas circundantes.
«Las repercusiones de los combates hicieron añicos las esperanzas de movimientos tentativos de reforma tanto en Armenia, que chocó con el régimen azerbaiyano por Nagorno-Karabaj, como en Etiopía», agregaron.