Encuentro con el libro trujillano: El Milagroso Médico de los Pobres en Isnotú y Rafael Ramón Castellanos

Por: Pedro Frailán

 

 

A Lismar Salas la mirada idealista y de justicia en nuestro beato.  

 

Abril 2021 un tiempo de mucha incertidumbre a causa de una pandemia universal conocida  con el nombre del Corona Virus 19, año de su aparición. Justamente hace un siglo entre los años de 1918 a 1920 el mundo vivió una pandemia mundial que causó muchas muertes y enfermos. Justamente el Dr. José Gregorio cumplió una actividad importante como un  inminente médico y científico  del país.

Un siglo después mes de abril 2021, este médico de los pobres es elevado  a los altares venezolanos. Por cierto, en abril se celebra por declaración de la UNESCO, el Día Internacional del Libro, en homenaje a grandes hombres de las letras Como: Cervantes, Shakespeare, Inca Garcilaso de la Vega  y al patrón de los lectores San Jorge.

Buen tiempo  para realizar una mirada a la abundante literatura escrita a la vida y obra del Dr. José Gregorio Hernández que existe  en Venezuela. Pero la selección del escritor y la obra es primordial para conocer al personaje. El escritor en esta tarea laboriosa como lo es  “El Oficio de Escribir”, denominación que le pertenece a Eduardo Liendo en el libro de su autoría  con el título del “Oficio de Escribir”.

La biografía a estudiar es la de Rafael Ramón Castellanos, “El Milagroso Médico de los Pobres en Isnotú”. Es una mirada desde las letras, la filosofía y por supuesto desde la historia, el Dr. Castellanos fue un gran escritor trujillano, su catálogo es uno de los más amplios de nuestra  escritura: primero está Mario Briceño Iragorry, luego Mario Briceño Perozo y Rafael Ramón como se le conoció.

Fue el escritor de una diversidad de temas históricos autor de la “Historia de la Pulpería en Venezuela”, además trabajó en distintas facetas; Guzmán Blanco, crónicas de Caracas, Trujillo, biografías. En la capital fundó la “Pulpería del Libro”, un lugar para encontrarse  con el universo, el tiempo y la memoria. Hoy por el portal de Trujillo a través del Tiempo, hacemos un reconocimiento en este día del libro a escritores como: El Dr. José Gregorio Hernández  y al Dr. Rafael Ramón Castellanos que nos dejó esta hermosa obra del Siervo de Dios, en ello vamos a precisar los catorce años de vivencias del niño José Gregorio Hernández en su tierra nativa.

La década de los cincuenta del siglo XIX marcó una situación difícil  para el país que trajo un enfrentamiento político violento entre las partes.  La historiografía venezolana la conoce como la Guerra Federal desarrollada entre los años (1858 – 1863). Trujillo no fue  tan afectado con esta crisis, como es la región de los llanos. Es por ello que se hacen desplazamientos  a esta entidad, entre ellos: Benigno Hernández Manzaneda oriundo de Boconó y Josefa Antonia Cisneros, venida de Barinas.

Contrajeron matrimonio el 22 de octubre de 1862 en la Parroquia eclesiástica de San Juan Bautista del departamento de Betijoque. Ya establecidos en una parcialidad indígena que tiempo atrás había pertenecido a la tribu Escuqueye. Fundado el pueblo en el año de 1645 sobre este asiento indígena ya la comarca tenía un tiempo de 219 años con el nombre de Isnotú.

Para el año de 1864 la crisis del país había bajado por los acuerdos políticos del Tratado de  Coche. Iniciándose  un ciclo histórico conocido como la Federación. Para el día 26 de octubre de  ese mismo año, nace José Gregorio Hernández Cisneros siendo el segundo hijo del matrimonio Hernández Cisneros. Pero debido a muerte de su primera hermana María Isolina le corresponde ser el hijo mayor de la familia.

“El Milagroso Médico de los Pobres en Isnotú” este libro escrito por el Dr. Rafael Ramón interactúa con el tiempo histórico y nos describe hermosamente el espacio geográfico, es decir, nos pone en convivencia con todo el entorno de las vivencias del niño José Gregorio en Isnotú, Betijoque, Escuque, el bajo Trujillo como se conocía en la colonia hoy Zona Baja en donde estaban formadas densas selvas. Igual lo hace con el paisaje caraqueño, su contexto cultural y la formación evolución y desarrollo de ese pueblo grande.

A los tres meses y cuatro días, el 30 de enero de 1865  recibe el Santo Bautismo en la Iglesia Parroquial del  Santísimo Niño en Escuque, en donde se conserva la pila bautismal. Fuero sus padrinos Tomás Lobo y Perpetua Enríquez, bautizado por el Presbítero Victoriano Briceño. Para el 1868, en el mismo templo parroquial es confirmado por el Obispo de Mérida Monseñor Juan Hilario Boset, el padrino el Presbítero Francisco de Paula Moreno en esta ocasión se aprovechó una vista pastoral de su eminencia Boset.

Sus hermanos fuero: María Isolina del Carmen, María Sofía, César Benigno, José Benjamín Benigno y Josefa Antonia del primer matrimonio de su padre ya que enviudó y los niños quedaron huérfanos de madre. La educación recibida de José Gregorio en primer lugar fue familiar, especialmente impartida por su madre en el seno de una familia consagrada al catolicismo.

Un hecho relevante es que Isnotú para el año de 1864 no tenía iglesia, se debe a un esfuerzo de la comunidad y de Benigno Hernández la donación del terreno y construcción de una pequeña iglesia consagrada a la  Virgen del Rosario la cual quedaba al frente de la casa del niño José Gregorio, de ahí su devoción a la virgen. Justamente en el año de 1871 en esa iglesita hace la primera comunión y poder comulgar.

Momento doloroso la muerte de su madre el 28 de agosto de 1872, a partir de ese momento sus tías son fundamentales en su formación y educación familiar, entre ellas María Luisa Hernández lo instruía en las buenas costumbres y urbanidad, tía que siempre lo acompañó; la otra fue Sor Ana Josefa del Convento Regina Angelorum de Trujillo. También contó con la formación del maestro  del pueblo Pedro Celestino Sánchez hasta la edad de trece años.

Ha casi seis años de la muerte de su mamá,  un 6 de febrero de 1878, por la mañana temprano en compañía de los Generales Jesús Romeros, Francisco Vásquez y el Presbítero Jesús Manuel Jáuregui Moreno que habían pernotado esa noche en casa. Salen vía Betijoque para bajar a la planicie del Cenizo insertarse en su densa selva  bordeando la Quebrada de la Vichú hasta llegar a La Ceiba tomar la piragua y  avanzar sobre el Lago de Maracaibo. ¿Quién iba a pesar que aquel niño adolecente curioso, creyente, estudioso  y obediente recorría por los caminos de la santidad para convertirse en una imagen de la venezolanidad?

“El Milagroso Médico de los Pobres en Isnotú” de Rafael Ramón Castellanos, es un recurso de escritura preciosista para interactuar de manera amena con la vida  del Beato de los venezolanos…

http://trujilloatravesdeltiempo.blogspot.com/                                                                   

(*) p.frailán@gmail.com

 

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