En los bares. Faustino, empeñaba el ojo de vidrio / Por Alfredo Matheus

Sentido de Historia

 

 

El valerano así como es de trabajador, así lo ha sido para la parranda, “echar una canita al aire” como decían los abuelos… Hace 65 años “las parrandas pa´ amanecer” se realizaban donde hoy está ubicado el gimnasio “Mercedes Díaz”, en el sector El Bolo. Se escenificaban las populares verbenas con la participación de orquestas que ponían a bailar hasta el gato de la casa.

Los enamorados de la cañandonga bebían miche “burreado”, otros, se tomaban la cervecita Zulia que costaba 0,50 céntimos… El grupo Renacimiento ponía la nota alegre en las fiestas familiares… Juan Peña, Enrique Omaña y Juan Gutiérrez, eran los príncipes del guaguancó. las mesoneras se transformaban en extraordinarias bailarinas cuando escuchaban a Omaña y su orquesta de música cañonera.

La primera visita del mundialmente conocido tenor Alfredo Sadel a Valera, causó una gran algarabía, los hermanos Gutiérrez tuvieron la dicha de acompañarlo musicalmente. Alfredo, con su humildad de siempre, dijo al público: «Orgullosos deben sentirse los valeranos con tan excelente agrupación artística; nada que envidiarle a las mejores de Venezuela”.

Donde hoy está el Centro Comercial Montecarlo en el sector Las Acacias, se presentó por primera vez la Billo´s Caracas, aquello fue un lleno total, el baile duró hasta altas horas de la noche, el valerano gozaba a lo grande con tan distinguida orquesta, no pasaba un año sin que la Billo´s visitara Valera, nos parece extraño que el maestro Billo, jamás le compuso una canción a la ciudad, algo así, como:

“Mi alegre Valera,
Que tiene tu alma
Que allí me quiero quedar”

 

Besos traicioneros

 

Juan Domingo Perón, ex presidente de Argentina, luego de su derrocamiento viajó exilado a Venezuela. Un día apareció en Valera, era invitado especial para un famoso encuentro boxístico que se realizó en el estadio olímpico.

Se hospedó en el hotel Plaza, el de mayor lujo en aquella Venezuela donde un dólar costaba 4.50 bolívares. El “rey de los limpiabotas” “Pepino González”, le dejó los zapatos como nuevos, la propina del ex presidente fue como para meter los pies bajo de la mesa por un mes… Algo que llamó la atención de los presentes en el hotel Plaza: Juan Domingo Perón, no dejaba de meterle a la rockola uno que otro bolívar para que sonara la canción “Besos traicioneros”, que pasaba por la mente del ex presidente, metiéndose entre pecho y espalda sus buenos güisqui y escuchando la melodía más solicitada por los “despechados” de aquel momento.

 

Daniel Santos en Valera

 

Cuando los valeranos escuchaban la voz del inquieto anacobero, el internacional Daniel Santos, el tumulto era de señor mío, todos querían deleitarse con el canto del afamado puertorriqueño que se hizo más que famoso con la canción: «Hoy no he visto a Linda” acompañado con la Sonora Matancera.

El pero, es que Valera había parido su propio Daniel Santos, el trabajador Faustino, hijo de “Cristo e´ lata” dueño del burdel de los pobres ubicado en la Bajada del Río, vía Carvajal, donde cantaba Faustino, la cosa se ponía buena. Imitaba tan perfectamente bien a Daniel Santos, que una noche lo presentaron en Radio Caracas Televisión en el recordado programa de Amador Bendayán. Valera se encerró en sus casas para ver la televisión blanco y negro, y escuchar al orgullo musical de aquella comarca de encanto.

Fue tal el éxito artístico que, Amador Bendayán dijo a través de la televisión: “Me comprometo con la próxima visita de Daniel Santos a Venezuela a presentarle a Faustino, estoy seguro que no hay nadie en el mundo que lo imite mejor como lo hace este trujillano”.

Faustino no supo administrar la fama que le acompañaba, la adicción al alcohol jamás lo abandonó. Llegó al extremo su enfermedad alcohólica, que, al quedar limpio en esas noches de bohemia, sin un bolívar en el bolsillo para continuar la farra, se sacaba el ojo de vidrio que le acompañaba y lo dejaba empeñado, los dueños de bares solidarios con Faustino le recibían el ojo a cambio de fiarle unas cervecitas vestidas de novia.

 

Fuente consultada: La Valera de antier. “Pepino González”. Carlos Saavedra

 

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