Estados Unidos cerró oficialmente su consulado en Jerusalén, disminuyendo la categoría de su principal misión diplomática para los palestinos al anexarla a la embajada en Israel, anunció el lunes el Departamento de Estado.
Durante décadas, el consulado funcionó prácticamente como una embajada para los palestinos. Ahora el enlace estará a cargo de la unidad de asuntos palestinos, bajo las órdenes de la embajada.
El cambio simbólico le da la autoridad de los canales diplomáticos de Estados Unidos respecto a Cisjordania y Gaza al embajador David Friedman, quien desde hace tiempo ha respaldado y recaudado fondos para el movimiento de asentamientos judíos en Cisjordania, además de ser un duro crítico del gobierno palestino.
El Departamento de Estado hizo el anuncio el lunes por la mañana en Jerusalén. La fusión es efectiva a partir de ese mismo día.
“Esta decisión fue impulsada por nuestros esfuerzos globales para incrementar la eficiencia y efectividad de nuestros compromisos y operaciones diplomáticas”, dijo Robert Palladino, portavoz del Departamento de Estado, en un comunicado. “No indica un cambio en las políticas estadounidenses respecto a Jerusalén, Cisjordania o la Franja de Gaza”.
Cuando el secretario de Estado Mike Pompeo hizo el anuncio en octubre pasado, la medida enfureció a los palestinos y avivó sospechas de que Estados Unidos reconocía el control israelí sobre Jerusalén Oriental y Cisjordania, territorios que los palestinos quieren para un estado futuro.
Saeb Erekat, un funcionario palestino, dijo que la medida es “el último clavo en el ataúd” en la participación de Estados Unidos como pacificador.
La reducción de categoría es el hecho más reciente en una serie de decisiones divisivas que ha tomado el gobierno del presidente Donald Trump y que han favorecido a Israel e indignado a los palestinos, quienes han dicho que han perdido la fe en el papel del gobierno estadounidense como árbitro neutral en el proceso de paz.
El año pasado Washington reconoció a Jerusalén como la capital de Israel y ordenó que su embajada se reubique en esa ciudad, dando un giro a las políticas estadounidenses respecto a uno de los temas más controversiales en el conflicto entre Israel y los palestinos. Por su parte, los palestinos rompieron la mayor parte de sus relaciones con el gobierno.
Los estadounidenses también han recortado cientos de millones de dólares en ayuda humanitaria para los palestinos, incluyendo asistencia hospitalaria y en programas para el fomento a la paz. También han reducido el presupuesto para la agencia de las Naciones Unidas que brinda ayuda a los palestinos considerados refugiados. A fines del año pasado cerró la misión diplomática palestina en Washington.