Además de indicar cómo la situación en Venezuela nos está transformando y que hay que saber escoger en qué queremos transformarnos, resaltó que hay muchas personas que pudiendo irse del país decidieron quedarse para aprovechar el despegue, “quieren estar en la cresta y aprovecharla desde el principio”
Yoerli Viloria
@yoerli2017
Conferencista de alto impacto reconocido a nivel nacional e internacional, empresario exitoso, coach de equipos directivos, liderazgo y emprendimiento, formador profundo y dinámico y autor de varios libros y artículos, Eduardo Martí accedió a responder a algunas preguntas vía telefónica para el Semanario de Los Andes.
- ¿Es la venezolana una sociedad desmotivada?
“Obviamente hay de todo, sí creo que hay mucha gente que ha estado desesperanzada porque ha perdido motivos. Pero más bien yo me encuentro con mucha gente que ha podido irse y se han quedado por decisión propia. Muchos de los que se han podido ir se quedaron con la decisión de hacer cosas distintas, primero no entregar el país. Pero sobre todo mucha gente se quedó porque quiere aprovechar el despegue, quieren ser parte del cambio que va a ser histórico. Quieren estar en la cresta y aprovecharla desde el principio”.
- ¿Es de los que cree entonces que se aproxima el cambio en Venezuela?
“Sí creo que algo va a pasar y muy pronto, aunque todavía hay que tocar un poco más de fondo. Pero aunque yo tengo una lógica como analista que casi nunca la pego, también es verdad que conozco muchos empresarios que están empezando a hacer inversiones, otros ya tienen un tiempo, porque manejan alguna información que les dice que esto es pasajero, y parece ser que los lapsos que están previstos es lo que queda de año, hay un optimismo en relación a eso”.
- ¿Qué pasa con esa otra parte de los venezolanos a los que no los toca ese optimismo del cambio en Venezuela y pareciera que andan en automático en las calles?
“Si analizamos lo que llamamos las curvas motivacionales del ser humano, caemos en que la política del país ha sido intencional para ocupar a los venezolanos en la búsqueda de comida, de resolver el día. Nadie está pensando en desarrollo, sino en lo más primario. ¿Por qué no hay protestas ni marchas ante la situación tan grave? La gente ha cambiado motivos y ahora están centrados en conseguir qué comer”.
- ¿Entonces el cambio no está en las manos de los venezolanos?
“Yo no le pediría a esas personas que están pendiente de resolver el día que fuesen protagonistas del cambio, a lo mejor va a llegar un momento cuando ya no encuentren qué comer que sus motivaciones van a girar hacia las protestas. Eso forma parte de mi imaginario, no quiere decir que va a ser así”.
- Hay estudios que aseguran que Venezuela es uno de los países con mayores niveles de tristeza social ¿Cuál es la recomendación para salir de esos estados de depresión?
“No soy especialista en el comportamiento social como un todo, pero si te puedo hablar del comportamiento individual, cada uno de nosotros tiene que encontrar algo que lo conecte, constituirse en el ciudadano que este país necesita. Mucha gente está esperando que el país cambie para ellos cambiar, y la cosa no funciona así. No es un tema de Gobierno, cambiamos de gobierno y sigue pasando lo mismo porque los venezolanos no hemos asumido nuestras responsabilidades y así será mientras siga existiendo la viveza criolla”.
La piñata
El especialista resaltó que lo que se vive en Venezuela representa las consecuencias de un perverso modelo que se ha acrecentado, “tipo bola de nieve desde hace 60 años”, representado por las piñatas de las fiestas infantiles, “esa piñata es Venezuela, le caemos a palo, la exprimimos al máximo, soy capaz de tirarme al piso a agarrar todo lo que yo pueda para mi, reforzado desde la infancia en los venezolanos porque si agarrabas poquitos juguetes los papás les decían al niño que era un pendejo”.
- ¿La viveza criolla es un problema cultural?
“La tenemos muy arraigada y va estar con este o con cualquier gobierno. Hasta que nosotros no hagamos un trabajo como individuos y como sociedad de empezar a respetarnos Venezuela no va a cambiar. Entender que hay unos valores que tenemos que retomar, sencillamente pautas para la convivencia. Los hemos perdido y nos han llevado a una especie de canibalismo”.
Sacar lo bueno
Martí indicó que la crisis que atraviesa la nación también ha motivado el nacimiento de muchas organizaciones que buscan despertar la solidaridad. “En Valera hay varias organizaciones haciendo los sopazos, si bien es cierto que la crisis saca lo peor de la sociedad, también está sacando lo bueno. Esta crisis está disparando mucha solidaridad”.
- ¿Carece la oposición nacional de liderazgo?
“Todo el mundo ahorita está en duda, expectativa, frustración. El liderazgo de la oposición ha generado mucho malestar por prestarse a legitimar algunas acciones del Gobierno, por eso creo que están bajo perfil. Te lo digo como ciudadano, no como analista, yo no sé dónde están, en Trujillo están demasiado callados. Para mí eso tiene dos lecturas: se están alejando un poco para que sea la colectividad la que reaccione o están tan rallados que nadie quiere dar la cara”.
- ¿Qué le recomienda a los trujillanos para sobrellevar el tiempo de crisis?
“Todo en donde pongamos el foco se fortalece, si yo veo todo lo malo que hay eso va a coger un tamaño más grande. Entonces nos toca escoger dónde vamos a poner el foco. Esta situación en Venezuela nos está transformando, pero yo tengo que escoger en qué nos está transformando, muchos países han tenido que pasar por catástrofes para poder llegar a lo que son hoy”.
Compartió que hay una gran cantidad de factores y ayudas internacionales esperando para contribuir con la reconstrucción de país proyectada para un lapso de años, “a mí me emociona saber lo que va a pasar en los próximos años, viene un gran progreso. Sin decirte nombres hay unos inversionistas que tienen proyectado levantar 70 hoteles cinco estrellas porque saben que viene un cambio este año. Hay gente que sabe que vienen cosas muy buenas y yo prefiero conectarme con eso”.