El Vaticano respaldó con el «mayor sigilo» una muy «reservada gestión ante Raúl Castro» para que su Gobierno le retirara «el apoyo político y la asistencia militar al régimen venezolano» y además «le concediera asilo a Nicolás Maduro y sus principales colaboradores», según dijeron fuentes diplomáticas a la edición digital de Clarín.
De acuerdo con un reporte aparecido este domingo en Diario de Cuba, que cita al periódico argentino, que no revela la identidad de sus fuentes, al general «se le ofrecía el compromiso de que un eventual nuevo gobierno venezolano seguiría proveyendo de petróleo a La Habana, entre otras concesiones».
Sin embargo, las gestiones hasta ahora «naufragaron por la falta de respuesta del líder cubano», informa Diario de Las Américas.
El medio no tiene claro quiénes le hicieron la propuesta a Castro: «si fueron diplomáticos de varios gobiernos o de organismos internacionales como la OEA, e incluso si intervino algún alto dignatario eclesiástico. O si fue una iniciativa directa del combativo episcopado venezolano, que tiene una fluida relación con sus pares de la Isla».
A pesar de que el hermetismo en el Vaticano es total, Clarín señala que las fuentes diplomáticas consultadas «insistieron en que las gestiones existieron, y precisaron que es una alternativa que sigue abierta».
Para el diario, «el papel eclesiástico de marras no es inverosímil». Dice que el papa Francisco «tiene una especial ascendencia sobre el máximo dirigente cubano luego de que, hace dos años, participara junto a Canadá en el deshielo y restablecimiento de relaciones entre (los gobiernos de) Cuba y Estados Unidos tras meses de secretísimas negociaciones».
Recuerda además que «ese hecho lo llevó a que, en su visita a los EEUU de septiembre de 2015 (el pontífice) incluyera a Cuba en la gira». También cita que Raúl Castro «le facilitó al papa el histórico encuentro con el patriarca ortodoxo ruso Kirill, el primero de un pontífice con un jefe de la Iglesia rusa, en La Habana, en febrero del año pasado».
En opinión del rotativo argentino, ese encuentro «tuvo un contexto facilitador más amplio: la buena relación que Francisco construyó con el presidente ruso, Vladimir Putin».
Menciona que Putin visitó al sumo pontífice en junio de 2015 y a partir de allí el vínculo -que incluyó llamadas telefónicas- fue fluido, «con eje sobre todo en Medio Oriente, donde Rusia es un jugador relevante y los cristianos sufren una cruel persecución. Y, además de la influencia que Rusia tiene sobre Cuba, también sostiene a Maduro».
«Por eso -añade-, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, cuando estuvo días pasados en Moscú, le pidió ayuda a Putin para una salida a la crisis venezolana».
Las fuentes consultadas por Clarín consideran que Raúl Castro sería partidario de acceder a la propuesta, pero que «tropieza con los sectores más duros de su partido y sobre todo de los asesores militares que envió a Venezuela».
El periódico considera que «las gestiones ante La Habana podrían cobrar renovada vigencia si la posición venezolana logra enhebrar un acuerdo de un gobierno de unidad nacional con los chavistas disidentes».
Sin embargo, las fuentes evalúan que «esa probabilidad es hoy baja ante lo que juzgan como cierta incapacidad de los opositores para negociar una salida».
El Papa recibió el año pasado a Maduro y la Santa Sede coordinó luego con tres expresidentes una mesa de diálogo. Con la participación del experimentado diplomático monseñor Claudio Celli como delegado de Roma, quien viajó varias veces a Caracas, las tratativas terminaron en fracaso luego de que el régimen se negara a cumplir los acuerdos.
Entre ellos, la convocatoria a elecciones y la liberación de los presos políticos. El propio Parolin -que fue Nuncio en Venezuela- le envió una dura carta a Maduro quejándose por el incumplimiento, señala Clarín.
A su vez, la Iglesia venezolana es muy crítica con el régimen de Maduro. En marzo, el Episcopado llegó a decir en una declaración que era «hora de preguntarse muy seria y responsablemente» si no eran «válidas y oportunas, por ejemplo, la desobediencia civil, las manifestaciones pacíficas, los justos reclamos a los poderes públicos y/o internacionales y las protestas».
A comienzos de agosto, en la víspera de la instalación de la oficialista Asamblea Constituyente, votada en elecciones fraudulentas, el Vaticano pidió su suspensión en un duro comunicado en el que afirmaba que iniciativas como esa «más que favorecer a la reconciliación y la paz, fomentaban un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecan el futuro».
Demandaba «a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno, que se asegurara el pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, como también de la Constitución» vigente entonces.
Ante la visita a Colombia, que iniciará este miércoles, el papa Francisco recibirá en Bogotá a un grupo de obispos venezolanos. Se espera que en algún momento del periplo, se refiera a la convulsionada situación en ese país.
FUENTE: Publicado originalmente en Diario de Cuba