La falla del dinero circulante en el estado y en el país, ha generado que el poder adquisitivo se vea afectado y golpee duramente la economía del venezolano; esto está motivado, según explicó el especialista en Economía, Aldo Contreras, a un déficit en el efectivo que sobrepasa los 6 mil millones de bolívares.
Explicó Contreras que solo hay 2 mil millones de bolívares en circulación, lo que equivale a un total de 173 mil bolívares para cada uno de los 14 millones de ciudadanos económicamente activos, lo que no representa sino aproximadamente el 50% de un salario base en la actualidad, en una economía que es hiperinflacionaria y debería aumentarse la cantidad de monedas y billetes en circulación.
“Venezuela no tiene efectivo porque la realidad es que el nuevo cono monetario no ha llegado en su totalidad, si evaluamos el total de piezas, tenemos que para el mes de julio, 45% del total de millones de piezas corresponde a los billetes de Bs. 100; 25% a los de 50; y tan solo el 3.7% corresponde a la nueva familia de billetes y monedas (…) El Gobierno nacional ataca las consecuencias del problema y lo que hace es restricciones para que las personas saquen dinero de los bancos; pero la realidad es que solo hay 2 mil millones de bolívares de circulación”, detalló.
Indicó que ante esta situación, las entidades bancarias no tienen otra opción más que restringir el acceso a la cantidad de dinero que pueden sacar los ciudadanos desde las mismas, pues no hay cómo cubrir la demanda.
Además, el dinero no estaría cumpliendo con su labor natural que es ir del banco al comercio, y luego al agente económico; los ciudadanos, quienes al ver que hay tantas limitaciones, prefieren no retornar la moneda a las entidades bancarias por temor a que no puedan volver a acceder a él.
El panorama, según el economis
“Se va a agravar la escasez de efectivo por la inflación, el dinero va a comprar cada vez menos y es necesario que empecemos a usar el dinero plástico en todo (…) los taxis van a tener que poner un punto o aceptar las transferencias, como pasa en distintos países del mundo, los kioscos que venden periódicos… lo que pasa es que en las economías inflacionarias los precios suben por hora y el efectivo es prácticamente imposible”.
Destacó que al menos un 30% de la población aún no está bancarizada, por lo que también hizo un llamado para que comiencen a hacerlo, refiriéndose más que todo a la población de los municipios de montaña del Táchira, en donde por ejemplo, los productores no tienen tanto acceso.
En cuanto al dinero que sale hacia el hermano país, Colombia, para compras de medicamentos, alimentos o simplemente para cambio de moneda, explicó que se trata de un intercambio comercial que normalmente se da en las fronteras y es por eso que no debería afectarnos; pero al estar tan escaso el efectivo, pues hace que sea cotizado a un precio mayor.
“El 80% de lo que se consume es importado, pues tenemos un 65% de escasez; entonces Cúcuta se convierte en el supermercado de San Cristóbal y prácticamente de Venezuela. Los bolívares que se quedan en Cúcuta son porque son parte de intercambios comerciales y pareciera un mito que ese dinero se queda allá porque hay intercambio todos los días, bolívares por peso; pero se convierte en un negocio porque es un bien escaso y cuando los bienes son escasos, tienen un valor mayor en la economía”.
Sistema de pago móvil interbancario
Manifestó que ante esta realidad, el Gobierno no ha tenido más opción que buscar alternativas que ayuden a sobrellevar la situación y una de estas fue la creación del sistema de pago móvil interbancario, que entró en periodo de prueba el pasado 3 de octubre, el cual pese a que podría agilizar las transacciones, excluiría a una buena parte de los habitantes del país.
Recordó que para acceder a la tecnología se debe tener un teléfono inteligente y en la actualidad no toda la población tiene acceso a los mismos, se estima que solo un 30%; además de que los adultos mayores tampoco manejan este tipo de innovaciones.
“Si lo hacen por una telefonía básica, el 60% de la población podría acceder a este sistema, pues cuentan con un sistema de mensajería móvil, esto agilizará; pero claramente es complicado para las personas de la tercera edad o pensionados que no están familiarizados con este tipo de tecnologías”.
Sin embargo, el economista considera que el Gobierno debe atacar las causas del problema y no las consecuencias como viene haciéndolo.