Entre los papeles que guardo y las cosas del internet encontré lo siguiente, hay un depredador que anda suelto… Su ataque es personal y no descansa hasta dejar miserable a su víctima, penetra en la mente hasta dividirla en pedazos, quita la paz y la sonrisa del rostro. Su meta es terminar estrangulando y asfixiando a cada una de sus víctimas.
Se dice que en la actualidad un 20.5 % de la población mundial ha caído en sus garras. Por causa de su ataque hay muchas enfermedades, porque en realidad descontrola cada aspecto de la vida. ¿Sabe Ud. el nombre del depredador? Es la ANSIEDAD. ¿La conoce? ¿La identifica en su vida o en la vida de los que le rodean?
El Centro Nacional de Ansiedad de Estados Unidos da a conocer las diez ansiedades más importantes de cada año, sin embargo tiene que ir cambiando esa lista porque siguen ocurriendo acontecimientos de impacto mundial. Hoy la lista incluye: pandemia, terrorismo, amenazas nucleares, desastres naturales, desempleo, inseguridad en las calles, depravación moral extrema, ataques psicológicos, entre otros.
Ciertamente mi lista de ansiedades es diferente a la suya, pero ambas tiene un efecto similar: terminan robándose la paz y dejándonos en bancarrota emocional.
Hombres notables se han referido a ella: El comienzo de la ansiedad es el final de la fe. (George Muller)
-La ansiedad es el interés alto que pagamos por adelantado por problemas que nunca llegan. (Vance Havner)
-La ansiedad es ese estado de agitación, inquietud o perturbación de ánimo que se produce ante la posibilidad de que algún asunto salga mal. (Anónimo).
En el origen castellano de “ansiedad”, encontramos las palabras: afán, distracción y división de la mente. Su origen en latín añade la idea de ahorcar o estrangular; y realmente, cuando hay ansiedad, la persona se siente así: estrangulada y asfixiada.
Pero veamos que nos dice la Biblia acerca de la ansiedad:
La ansiedad roba la paz e inquieta el corazón. Esto se debe a que cotidianamente se quiere tener el control de cosas que están bajo el control de Dios. El Señor Jesucristo, enfatizó un mandato a sus discípulos en el capítulo 6 del evangelio de Mateo:
-V. 25. No os afanéis por vuestra vida,
-V. 28. ¿Por qué se afanan?
-V. 31. No se afanen.
-V. 34. Así que, no se afanen por el día de mañana. La razón del mandato está en el versículo 32. “vuestro Padre sabe que necesitan estas cosas”
La ansiedad hace vano todo esfuerzo por velar por uno mismo. Salmo 127:1-4
-V. 1. Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan… Si Jehová no guarda la ciudad, en vano vela la guardia…
-V. 2. Por demás es que se levanten de madrugada…
- Entonces: ¿Cómo obtener victoria sobre la ansiedad?
Dejar nuestra ansiedad sobre Él. 1 Pedro 5:7… «echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.» Enfocar nuestro corazón y mente en Dios. Mateo 6:33… «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.»
Encontrar contentamiento y descanso en sus promesas: Hebreos 13:5… «contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;» Filipenses 4:7… «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús».
El depredador inhumano de la ansiedad está siempre al acecho, sin embargo, el incomparable Consolador está dentro de nosotros, listo para inundarnos con su paz en medio de las más grandes tormentas. El trono de la gracia está abierto para llegar a él confiadamente; así que dejemos que nuestro Señor maneje nuestras angustias como solo Él sabe hacerlo.
Fuente: Estudios Bíblicos
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