San José, 4 abr (EFE).- El presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, celebró este lunes lo que considera una «revolución» tras ganar los comicios de segunda ronda el domingo y prometió acercarse a la oposición, con la que deberá trabajar para alcanzar acuerdos en un Congreso fragmentado.
«Hubo una revolución en Costa Rica el 3 de abril y no es una exageración. Es algo que no ha pasado antes y cambia fundamentalmente la naturaleza de lo que va a ser el Poder Ejecutivo», expresó Chaves en su primera conferencia de prensa tras la victoria electoral.
Chaves, del joven Partido Progreso Social Democrático (centro derecha), insistió en que hubo «una revolución pacífica en el marco de la democracia» que responde a «un clamor popular» por un cambio en la manera de gobernar Costa Rica.
El presidente electo también comparó su triunfo con la historia de David y Goliat, pues su partido nuevo y pequeño, derrotó al histórico Partido Liberación Nacional (PLN), el más longevo del país y que tenía como candidato al expresidente José María Figueres.
A pesar de su victoria, Chaves deberá gobernar con apenas 10 diputados de los 57 que integran el Poder Legislativo, lo que le obligará a negociar con las restantes cinco fuerzas representadas, entre ellas la bancada del PLN que será la más grande con 19 diputados.
Los diputados en Costa Rica resultaron elegidos en la primera ronda del pasado 6 de febrero.
Chaves dijo este lunes que es hora de «guardar las banderas partidarias» y comenzar a pensar en el bien general del país, para lo cual se mostró dispuesto a conversar con los partidos de la oposición.
«Mi confianza es que el pueblo de Costa Rica se va a unir para sacar adelante los desafíos», expresó.
El presidente electo atribuyó su triunfo electoral al apoyo «del pueblo más necesitado de esta patria», especialmente los habitantes de las provincias costeras Limón (Caribe), Puntarenas y Guanacaste (Pacífico), así como las comunidades más pobres del centro del país.
La pobreza en Costa Rica se encuentra en el 23 % y el desempleo en el 13 %, dos indicadores que se deterioraron durante la pandemia de la covid-19.
Este será otro de los grandes retos de Chaves: satisfacer a una población dividida y descontenta con los políticos, lo que ha quedado demostrado con el abstencionismo de casi el 43 % y con el resultado de los comicios que lo declararon ganador con un 52,9 % de los votos.
El presidente electo, que asumirá el poder el próximo 8 de mayo, anunció que como primeras medidas para ayudar a la gente más necesitada elaborará un decreto para reducir el precio del arroz, lo que forma parte de una estrategia que ha planteado para bajar el costo de la vida mediante decretos.
«Vamos a bajar el costo de la vida y dar un alivio a la situación tan dura que están viviendo las personas», aseveró.
Chaves también anunció que «no vamos a aflojar en el compromiso de mantener finanzas públicas sanas» y que «mejorará» el acuerdo financiero por 1778 millones de dólares que el país tiene con el Fondo Monetario Internacional.
Ese acuerdo incluye compromisos del país para bajar gastos y aumentar ingresos, entre los cuales se encuentra una reforma a la Ley de Empleo Público ya aprobada por el Congreso y que Chaves ha prometido revisar para aplicarle ajustes.
«El actual convenio es poco ambicioso», comentó.
En cuanto a política exterior, el presidente electo dijo que desea mantener relaciones respetuosos con todos los países, incluido el vecino Nicaragua, en donde pretende nombrar un embajador.
«Mi inclinación es nombrar un embajador en Nicaragua, (porque) tenemos relaciones diplomáticas y no estamos en guerra», declaró, aunque matizó que primero lo debe conversar con la persona a quien designe como canciller.
El actual Gobierno del presidente Carlos Alvarado no envió embajador a Nicaragua y en diversos foros internacionales ha denunciado las violaciones a los derechos humanos en ese país y ha abogado por el retorno a la democracia tras las elecciones del pasado 7 de noviembre en las que resultó reelegido Daniel Ortega en un contexto de encarcelamiento de opositores, periodistas y activistas.
«Tenemos que mantener relaciones diplomáticas con todos nuestros vecinos. Esas posiciones de verse bonito no son la manera en que queremos operar. Queremos operar de acuerdo al derecho internacional. No me gustan las tintas medias», expresó Chaves.
Chaves aseguró que mantendrá los valores democráticos y de libertad que caracterizan la política exterior costarricense y que «si hay que romper relaciones diplomáticas por razones de mérito, las rompemos».