En cualquier tipo de organización, ya sea ésta empresarial, comunitaria o deportiva, es común la situación en la cual se nos asigna la dirección de un proyecto y debemos conformar el equipo de trabajo que lo planifique y ejecute. Al asumir la responsabilidad, lo primero que se recomienda es hacerles un test de personalidad a los potenciales integrantes del equipo de trabajo de alto desempeño (ETAD) que quisiéramos conformar. Supóngase que para estos fines contamos con la posibilidad de aplicar el test Myers-Briggs. Así podremos identificar sus perfiles psicológicos, con relación a uno solo de los dieciséis tipos que existen, según este conocido indicador de tipo.
El Indicador, MBTI, clasifica a la persona como extrovertida o introvertida, siendo éste el proceso dominante. Además, nos permite conocer el proceso auxiliar (modificador). De tal manera que podemos identificar, en nuestro ETAD, quiénes son de pensamiento extrovertido (ESTJ o ENTJ) y quiénes de pensamiento introvertido (ISTP o INTP). De manera similar ocurre con los tipos de sentimiento extrovertido (ESFJ o ENFJ) e introvertido (ISFP o INFP); con los tipos de sensación extrovertida (ESTP o ESFP) e introvertida (ISTJ o ISFJ); y, con los tipos intuitivos extrovertidos (ENTP o ENFP) e introvertidos (INTJ o INFJ). No es tan difícil, como parece serlo a simple vista.
Una característica importante de los ETAD es la creatividad de sus integrantes, entendida ésta “como la capacidad que tenemos de crear algo a partir de otras ideas que nos permitan resolver problemas y satisfacer necesidades del mercado” (Machado, 2024). Por supuesto, los procesos de creatividad deben estar “alineados con los objetivos y metas de la organización” (ibid.). Sin un ETAD óptimamente estructurado de la manera antes sugerida (con el apoyo de un psicólogo industrial, preferiblemente) la definición de problemas y el diseño de soluciones potenciales será deficiente. Como podemos ver, la conformación de los ETAD requiere de ciencia y tecnología.
Las redes de relaciones interpersonales construidas por los ETAD, dentro y fuera de su propio equipo, en la práctica resultarán siendo de varios niveles, dado el interés en formar capital social tipo bridging. Un caso que recuerdo de manera especial fue cuando me correspondió asumir la gerencia de sistemas de una refinería de alúmina (INTERALUMINA, planta ubicada en la Zona Industrial Matanzas, en Puerto Ordaz). Cargo que desempeñé durante varios años: 1983-1990. Fueron esos, a nivel global, años marcados por el interés en el análisis de redes sociales (ARS), como método formal de investigación, en consolidación en las ciencias sociales (Korom, 2015).
Los ETAD que se llegaron a conformar en esos años trabajaban en armonía con la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), el ente de desarrollo regional, y también con el nivel nacional. Una coordinación eficiente entre los diferentes niveles (local, regional y nacional) permitía a los ETAD resolver problemas de envergadura, como el que hoy ha resurgido lamentablemente con los desechos provenientes de las lagunas de oxidación de INTERALUMINA (hoy BAUXILUM). Existía en Venezuela un sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación (Rincón, 2009).
Referencias:
Korom, P. (2015). Network analysis, history of. In: International Encyclopedia of the Social & Behavioral Sciences (Second Edition), Volume 16.
Machado, G. (2024). Organización e innovación. Saint Latinoamérica. Webinar: https://youtu.be/3NCqD6Bi3JM?si=rWlFO4hStDFt40xa.
Rincón, E. (2009). Sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación en Venezuela. Opción: Revista de Ciencias Humanas y Sociales. Nro. 60.
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