Washington, 9 jul (EFE).- El presidente estadounidense, Joe Biden, asestó este viernes un golpe a oligopolios de diferentes sectores, como las farmacéuticas o las tecnológicas, mediante un decreto que busca limitar su poder con el fin de favorecer la movilidad laboral, mejorar los salarios y bajar los precios de muchos productos.
La decisión la adoptó Biden mediante una orden ejecutiva, cuyo objetivo principal es potenciar una mayor competitividad en la economía estadounidense.
Lograr en definitiva, dijo el propio presidente en un discurso antes de firmar el decreto, «precios más bajos y aumento de salarios» para dar otro paso importante hacia una economía «que funcione para todos».
PROMOVER LA COMPETITIVIDAD
Biden, quien insistió en varias ocasiones en asegurar que es un «capitalista orgulloso», una posición lejana a la que los sectores conservadores pretenden encasillarle, argumentó que este tipo de sistema económico debe promocionar una competencia «abierta y justa» para el desarrollo de EE.UU.
En su discurso en la Casa Blanca, Biden explicó que una economía competitiva «significa que las empresas deben hacer todo lo posible para competir por los trabajadores», ofreciendo salarios más altos, horarios más flexibles y mejores beneficios.
Sin embargo, criticó a los sectores tecnológico, farmacéutico y agrícola por «consumir a sus competidores, en vez de competir por sus trabajadores».
«Y, con demasiada frecuencia, el Gobierno ha hecho más difícil que las nuevas empresas entren y compitan», reconoció.
De hecho, según datos de la Casa Blanca, el ritmo de formación de nuevas compañías en EE.UU. ha caído casi un 50 % desde la década de 1970, ya que «las grandes empresas dificultan que los estadounidenses con buenas ideas entren en los mercados».
REBAJAR LOS ACUERDOS DE NO COMPETENCIA
El decreto limitará por otro lado las denominadas cláusulas de no competencia que rigen muchos contratos laborales. Biden reconoció en su discurso haberse sorprendido al descubrir el «increíble» número de este tipo de cláusulas que existen en empresas de EE.UU. para la «gente común».
Como ejemplo, dijo que un trabajador de la multinacional Burger King no puede dejar su trabajo para ir a McDonald’s, otra gran cadena de comida rápida, por este tipo de condiciones contractuales.
«¿Hay algún secreto comercial sobre lo que hay dentro de esas hamburguesas?», bromeó el mandatario, quien recalcó que los trabajadores «deberían ser libres» para aceptar un trabajo mejor si alguien se lo ofrece.
Es por eso que entre las 72 medidas incluidas en la orden ejecutiva está la de pedir a la Comisión Federal de Comercio (FTC, en sus siglas en inglés) que prohíba o limite los acuerdos de este tipo, lo que facilitará la movilidad laboral y la subida de salarios.
DIFICULTADES PARA LAS FAMILIAS
La Casa Blanca espera además que la norma sirva para mejorar la competitividad en numerosos precios de productos y servicios que los estadounidense consumen cada día, entre los que Biden citó internet y los medicamentos.
Habló así de las dificultades que viven los estadounidenses para ajustar sus presupuestos familiares al precio, por ejemplo, de los medicamentos, en manos del oligopolio farmacéutico, que suben de manera exponencial con el paso de los años.
«Solo un puñado de empresas controlan el mercado de muchos medicamentos vitales» y por esta razón los estadounidenses «pagan dos veces y media» más por los recetados que en cualquier otro país desarrollado, advirtió.
El decreto también pone el objetivo en muchas otras cuestiones del día a día en las que hay precios abusivos o es difícil encontrar alternativas.
Facilitar las devoluciones de dinero por parte de las aerolíneas o mayor claridad en los precios de los vuelos; abaratar los servicios de reparación acabando con la exclusividad que impone el fabricante o hacer más fácil el cambio de banco están entre las medidas que recoge la norma.
También apuesta por acabar con las prácticas abusivas que las grandes compañías procesadoras tienen hacia las granjas que les proveen.