“No tenemos ni donde caer muerto” es el dicho de los colonenses cuando se percatan el valor de un servicio funerario en el municipio Ayacucho.
Desde 35 a 44 millones de bolívares es el valor del servicio, la variación de estos precios se produce además por el tipo de ataúd si es “imperial” o de madera, a su vez incluye solo dos servicios de un litro de café y otro de té para las personas que acuden al lugar, aparte de la lagrima y el acompañamiento de dos carros fúnebres para el cementerio municipal.
Aquellas personas que desean velar a su familiar en sus casas podrán adquirir el ataúd que varía de 8 a 18 millones dependiendo del tamaño y modelo que elijan.
Ayacuchenses de bajos recursos han optado por la edificación de la urna en Mdf y en los últimos casos, un ataúd de cartón.
“Un familiar se le murió su hijito y no tenía para comprar la urna y mucho menos un servicio completo, la enterró en una urna de cartón fue pintada y bien hecha que parecía hasta de madera” contó el trabajador del cementerio municipal.