Como falta muy poco para que se materialicen las elecciones del 21N, ya es hora de ir abordando el tema que ha quedado en suspenso pese al sufrimiento del pueblo de Venezuela: la crisis que no nos ha dejado de golpear ni por un momento. La misma que pese a todo el vocinglerío electoralístico —de utópicas o falsas corazonadas, de entusiasmos huecos y dudosas alegrías—, no cesa de afectar al venezolano de a pie, porque inhumanamente lo sigue apretando en sus necesidades insatisfechas, alejándolo de su ansiado y justo bienestar.
Vagas elecciones —jamás megaelecciones— de ‘raras’ coaliciones y alianzas que no interpretan la urgencia del país ni el perfil de la oposición partidista que quisiéramos; y que no podrán hacer nada, absolutamente nada, para sacarnos del atolladero. Simplemente, servirán de ‘escudo democrático’ a quienes urden seguir al frente del estado de dominación y sufrimiento en el que padecen las mayorías venezolanas: las masas. Mas no los privilegiados que les hacen la segunda, porque estos se aprontan a ser enchufados municipales, estadales o ‘nacionales’, bien del oficialismo o de la dudosa oposición que ocupa espacios ‘oficiales’.
¿Qué cambios para el país nos han traído las gobernaciones y municipios «opositores»: de Táchira (Laidy Gómez); Mérida (Ramón Guevara); Nueva Esparta (Alfredo Díaz); y Anzoátegui (Antonio Barreto Sira); y el puñado de alcaldías y concejos municipales?
Las circunstancias para el 21N siguen siendo las mismas: en la campaña; en la observación internacional ‘estrictamente canalizada’ y angosta; en parcializados procedimientos, complacientes con algunos partidos; en ‘logística’ y seguridad.
Se ven esfuerzos por descalificar a priori la misión de ‘observación internacional’, y este cometido podría estar intentando un blindaje de posibles situaciones en medio de las votaciones y el tratamiento que se dará a dichos resultados en la totalización. Una forma de intimidar o ‘advertir’, ha sido la declaratoria de Diosdado Cabello: “Pretenden torpedear el proceso”. Durante una actividad de campaña, había acusado a los miembros de la Misión de Observación Electoral de intentar inmiscuirse en asuntos internos del país, llamándolos «entrometidos».
“Ellos [los expertos europeos] tienen un informe preparado. Inclusive, el discurso que vaya a usar Juanito Alimaña [Guaidó] de aquí en adelante tiene que ver con eso. Ellos creen que somos colonia, pero están equivocados”, arguyó.
Tres expertos electorales de la ONU llegaron este martes a Venezuela para evaluar, de manera «independiente y técnica», el proceso de los comicios locales y regionales del 21N, y permanecerán en el país hasta «unos días después» de las votaciones, lo hizo ver el organismo internacional en un comunicado.
Por otro lado, el aspirante a la Alcaldía de Caracas del partido Alianza Lápiz, Antonio Ecarri, censuró a los partidos opositores del G4 (VP, PJ, AD y UNT) de transformarse en «cochinada», para beneficiarse de acuerdos logrados a última hora con el CNE para permitirles hacer cambios tardíos sobre los postulados a los diferentes cargos en las elecciones del 21N. Al respecto, se expresó : «No nos sumaremos a la cochinada en la que se convirtieron los 4 partidos de oposición que en nombre de la ‘Unidad’ obligan a callar frente a sus actos de corrupción», señaló en su cuenta Twitter el jueves 11/11.
El senador republicano Marco Rubio, del congreso de EUA, pidió este miércoles en Miami que “ninguna organización” se preste como “observador” del proceso electoral en Venezuela, para cerrar la posibilidad de darle “legitimidad” a los comicios regionales y locales del próximo 21 de noviembre, que promueve el régimen de Nicolás Maduro. “Ojalá que ningún centro [en clara alusión al Centro Carter] se preste para ese tipo de cosas, y que expresen la realidad y es que estas elecciones son un fraude total y completo”, afirmó el legislador estadounidense durante un acto para honrar a los veteranos de la Guerra de Vietnam, celebrado en la Universidad Internacional de la Florida (FIU) en Miami-Dade.
Como se ve no hay nada, absolutamente nada, que pueda convencernos de estar en vísperas de elecciones diferentes, de un proceso electoral ‘circunspecto’ que en sus procedimientos y apariencia pueda evitar la desconfianza. Por ello, ya la Oposición debe prepararse para resurgir con más conciencia unitaria, y finiquitar cuanto antes el diálogo mexicano que consume la maltrecha esperanza de los venezolanos; y por qué no, trocar la representación interina por una Junta de Emergencia Nacional, representada por los diversos sectores que deben asumir responsabilidades, y con ello eliminar el individualismo antipatriota por la carrera presidencial a ultranza.
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