¿Y el agua en barrio Simón Bolívar pa´ cuando?

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Tras el último cronograma anunciado por Hidroandes, cierta tranquilidad se sintió en el barrio Simón Bolívar, que es parte del llamado sector La Floresta, parroquia Mercedes Díaz de Valera. No fue precisamente una solución al problema del vital líquido lo que se anunció, que este año se convirtió en el principal que padecen los habitantes de dicha comunidad, pero al menos servía para organizarse y tomar las necesarias previsiones.
La empresa responsable del servicio del agua en el estado Trujillo, aseguró a Diario de Los Andes que cada cuatro días se contaría con agua por un periodo de 48 horas (dos días). Lo que se temía, era algo muy organizado para ser una realidad valerana, al menos en el populoso barrio no se cumple de esa manera.
El anuncio fue algo esperanzador después de ocho fechas sin una gota en las tuberías, sin agregar que se totalizó apenas un par de días (no seguidos) con el servicio en los últimos 30. Pero todo fue falso, la mañana del miércoles 17 de octubre volvió el servicio, para durar solo hasta la noche del jueves 18. Ni siquiera se cumplieron los dos días.

 

Zona seca
Por alguna razón el barrio con el nombre del Libertador es ahora zona seca (sin agua), luego que en los últimos años lo normal era un día con agua y otro con la reserva en los tanques. En la parte alta, donde está ubicada la Unidad Educativa Simón Bolívar, el asunto es más grave, porque el agua de la tubería que ingresa por la calle principal llega sin fuerza, por lo tanto retarda por horas o días el suministro regular. Hay otra que viene por los predios del barrio Libertad, pero esa beneficia a esa y otras zonas bendecidas.
Hidrante salvador
Si no fuera porque en un lado de la conocida peña de la curva del barrio está una vieja toma de incendio o hidrante, el sufrimiento de esta comunidad sería mayor. Allí generalmente llega el agua, la cual aprovechan no solo las familias del Simón Bolívar, sino de otras comunidades vecinas o aledañas.
Ya es común una cola frente a la casa ubicada al lado de la peña, aunque a veces no es tan potente el chorro o simplemente es nulo. Igual los ciudadanos del barrio valerano pasan penurias cargando tobos, sobre todo ahora que cuando por fin encuentran un vendedor de agua o camión cisterna dispuesto a suministrarle, le sale con un precio que oscila entre 700 a 1000 soberanos.
Y ni hablar de lo que cobran por los fletes otros camioneros, a los que se acude para llevar a llenar los tanques a otros sectores de la ciudad. La mayoría de los habitantes cuenta con sus tanques, algunos hasta dos, pero de igual forma no son suficientes.
Sin mesa del agua
Este 2018 el “Simón Bolívar” no cuenta con la comisión de las mesas del agua. Desde que se les terminó su periodo de funciones, aún no se hace la elección de un nuevo grupo que se encargue de velar por un buen desarrollo de este servicio esencial. Aparte se trata de una comunidad pasiva, que poco protesta a diferencia de otras. Hay que decirlo.
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