Voces / Trapiches

Pedro José Fuentes Villegas
morrocoynosubepalo@hotmail.com

 

Mi amigo e historiador en reposo, Felipe Colménter, sostiene en un valioso trabajo -Trujillo en tiempos de Guzmán Blanco- que la importancia económica de nuestro estado de otrora descansaba sobre la explotación de la caña de azúcar, quedando velada la importancia del trapiche como unidad productiva. En Trujillo, el trapiche tiene mucho que ver.

Más que una relación de motores, mecanismos, altas chimeneas humeantes, pailas hirvientes y un ambiente de grato olor y tiempo bullicioso, el trapiche -o ingenio- es una compleja relación cultural y económica. La remembranza del corte de caña, su acarreo y molienda, el procesamiento del dulce guarapo; el temple necesario de la melcocha, su vaciado y empacamiento de panelas y papelones, encierra un abigarrado mundo de pasiones y acciones. Desde el siglo XVIII se registran los primeros 36 trapiches, no obstante, en poco o casi nada ha cambiado las relaciones de trabajo. Si bien el capitalismo afectó la plusvalía, las condiciones de explotación de la mano de obra permanecen casi inalteradas. El desarrollo del trapiche es una actividad poderosa para el desarrollo agroindustrial, sí y sólo sí, humanizan las relaciones laborales e incorporan cambios tecnológicos. Hoy, la práctica laboral es atrasada y explotadora, el trapiche no sólo muele la caña, también a sus trabajadores y a sus familias, con las excepciones, si existen.

Ciertas instituciones privadas trujillanas, suelen actuar dentro de esta lógica. Sin importar lealtades y honorabilidad de sus miembros, son “molidos” valiéndose de leguleyismos y zancadillas. Rasgos de caudillismo, linajes y nepotismo -lacras de nuestra identidad- se imponen dando al traste con leyes, derechos y afectos esenciales. En tiempos turbulentos de crisis del bloque capitalista y su impacto brutal en nuestra sociedad, se hace imperativo como equilibrio para avanzar la brújula ética, el sustrato ideológico bolivariano y la fuerza moral de la sociedad más allá de las ansias de poder y de apetitos crematísticos.

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