Vida universal/ Más cerca de Dios en ti

 

La palabra del Cristo de Dios, dada a la humanidad en agosto del 2.005, a través de su profetisa y mensajera Gabriele, para todos los seres humanos que tienen añoranza de Dios y de una vida plena, feliz y en libertad. Cristo siguió diciendo: “Soportar el sufrimiento, sin hacer al otro responsable de ello. En las enfermedades y sufrimientos, confiar en silencio y entregado a Dios”, lo que -por otro lado- significa que para ello se necesitan fe y confianza. O bien: llevar la carga con sumisión silenciosa, en la esperanza de que Dios conoce un camino.
No soportar con paciencia significaría que permito algo, que protesto contra algo, que no lo acepto; por ejemplo: ‘No tolero que mi prójimo me robe; por eso lo ataco, lo golpeo y me defiendo’. De esto, algunas cosas son correctas, pero al mismo tiempo deberíamos cuestionarnos a nosotros mismos: Tal vez ¿He privado a mi prójimo de cosas importantes y las he utilizado para mí, para que me vaya bien?’ Esto no quiere decir que deberíamos dejar que se nos robe intencionadamente. Deberíamos tener cuidado y también tomar medidas de precaución, pero sin aplicar la violencia.
Recordemos el comportamiento de Jesús de Nazaret. Cuando Jesús estaba ante Poncio Pilatos, fue golpeado. Él soportó los golpes, pero puso las cosas en claro, preguntando al que lo había golpeado: “¿Por qué me golpeas? Si he hecho algo injusto, dímelo”. Este es un buen ejemplo que muestra que no se tiene que aceptar todo, pero que en una situación semejante no se debe devolver el golpe.
Una persona intransigente y sabihonda naturalmente que se hará la pregunta: ‘¿Por qué Dios no me alivia de mi destino o el del prójimo, de hoy a mañana? ¿Por qué hay que llevar el peso o la carga física, muchas veces con dolores, tanto tiempo o incluso toda una vida terrenal?’ Esto nos indica que toda la vida es un aprendizaje, que dice: Aprende a vivir según las reglas espirituales básicas. De ello se desarrolla la fe en Cristo, el Espíritu del amor en nosotros, y la confianza en Él.
Naturalmente que es difícil, sobre todo para la gente joven, doblegarse a un destino semejante sin rebelarse. ¿Qué es lo que se le podría dar a una persona joven que tiene que cargar con el peso de dolores, sufrimientos, de otro tipo de malestares o incluso deficiencias físicas?
Sin que tenga conocimiento sobre la reencarnación, para una persona joven en tal estado es verdaderamente muy difícil soportar su destino; sin embargo, gracias a que sabe de la reencarnación, la persona joven también puede entender que ese sufrimiento no le llega sin motivo y que en ese sufrimiento se vuelve a encontrar la tarea de tener que aprender. No se trata de que siempre tenga que seguir siendo así. Existe la perspectiva de que, al haber aprendido de ello, todo pueda ser mejor. Justamente al hacer una experiencia así, en la persona joven crece la esperanza y la confianza de que, siguiendo el camino de la comprensión y del dar la vuelta, muchas cosas pueden mejorar en la vida.

Salir de la versión móvil