Victorino Araujo hombre arraigado en el afecto y cariño de los moradores de Campo Alegre y áreas circunvecinas, este célebre personaje popular en las décadas de los años 50,60.70… del pasado siglo XX, sigue siendo recordado por quienes le conocieron y algunos que hasta compartieron su andar en un quehacer político marcado por la convicción, la mística, el romanticismo de aquellos tiempos, donde la palabra aun tenía valor entre los hombres.
La Familia
Victorino Araujo formó núcleo familiar con su esposa Asunción Quintero, juntos concibieron 2 hijas Ramona –Aurita- y Eloísa –Licha- ambas cursaron Educación Primaria en el Grupo Escolar -Manuel María Carrasquero- del sector El Amparo, luego continuaron estudios de educación hasta graduarse de educadoras, profesión que ambas ejercieron con dignidad impartiendo clases a centenares de jóvenes en educación primaria, básica y diversificada hasta que por años de servicio les concedieron su merecida jubilación.
La Suerte
Tal cual como Victorino Araujo siempre decía: “Soy fiel creyente de la suerte y siempre ando presto a tentarla cada vez que la ocasión me lo permita” y estas fueron muchas… Como en aquel entonces en el año de 1960 cuando asume alquilar en las adyacencias del sector El Limón una modesta casa a Pablo Valecillos para utilizarla como local comercial, la que una vez acordado su arrendamiento, instala allí, una modesta, pero bien surtida bodega donde sus asiduos y relacionados al momento de requerir la compra de algún producto, podían adquirir desde una pastilla de Cafenol para aliviar cualquier dolor o un pescado salao y hasta clavos cabezones para plantar el zinc sobre troncos y listones, desde la apertura del negocio este atractivo comercial le consintió atraer innumerables clientes… este particular negocio además poseía otras características que lo diferenciaban de sus similares, en su interior tenía un amplio espacio para uso de unos exclusivos y puntuales visitantes diarios entre los que destacan: Manuel Méndez, Raymundo Perdomo, Alfredo Azuaje, Ramón Contreras, Octavio González… dirigentes de Acción Democrática unos, de Copei los otros, todos sempiternos amigos y entusiastas jugadores de dominó quienes para iniciar la partida cumplían un itinerario con puntualidad militar de lunes a viernes empezaban a llegar a las 4:00 pm y se marchaban a las 9:00 de la noche, los sábados se asomaban a las 2:00 de la tarde hasta despedirse a 8:00 pm y los domingos el turno empezaba más temprano a las 10:00 am hasta casi anocheciendo a las 6.00 de la tarde. A diario una hora antes de comenzar el juego en mención, Victorino para evitar la molestia de ser distraído por algún cliente traspasaba la operatividad y administración del negocio a su esposa la señora Asunción de la administración, tiempo que ella ayudada por sus hijas aprovechaba, y juntas elaboraban unas sabrosas arepas fritas unas rellenas con carne de res, carne de pollo, mortadela o queso blanco frito aderezadas con cebollín, lechuga, tomate, salsa, mayonesa, mostaza y un exquisito ají casero al gusto del paladar de cada comensal las que vendía al costo de un real cada una, un vaso de guarapo de panela, cola, tamarindo, cebada o avena tenía como precio una locha, una bebida gaseosa a medio.
Todo marchaba aparentemente viento en popa, hasta el negocio no podía sostenerse y como en intentos anteriores, pudo más el vicio del azar que la intención por triunfar y Victorino volvió a fallar.
Obrero
Después de esta improductiva experiencia personal Victorino Araujo hubo de aceptar la propuesta de Ramón Contreras, incondicional e inseparable amigo, además de ser su acompañante en el juego de dominó, compañero político por ser militantes y activistas del partido social cristiano Copei los dos, y volver a ser nuevamente trabajador asalariado haciendo las veces de administrador y dependiente de la bodega -La Corona- localizada frente a la cabecera del Aeropuerto de Valera, propiedad del antes mencionado hombre de negocios.
Nuevo Intento
Aquí se mantuvo varios años, hasta que después de cierto tiempo alcanzo unos ahorros y haciendo gala de sus buenas relaciones con algunos comerciantes de Valera, volvió por sus fueros y probo de nuevo sus capacidades, arrendando una vivienda situada en la misma área del sector El Limón frente al hogar de Hortensio Ojeda, ahí instalo otra pulpería más amplia y surtida, aquí además de la atención que debía prestar al nuevo negocio, compartía su tiempo con la pasión por los juegos de envite y azar, más el activismo político partidista dentro de las filas del Partido Copei, estos últimos factores en mención incidieron notablemente en su infructuosa búsqueda del éxito en el comercio, En este lapso Asunción Quintero su compañera de vida enferma y fallece. Posterior a este lamentable acontecimiento Victorino Araujo constituye nueva familia al lado de Cristina Rivas con quien procrea seis hijos: cinco hembras y un varón.
Activista de Copei
Victorino Araujo fue uno de esos protagonistas anónimos durante el proceso de establecimiento de la democracia representativa modelo político instituido en el país por Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jovito Villalba a finales de la década de 1950 como una continuación al derrocamiento del régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez. A partir del inicio de la aparición en público y desarrollo de actividades proselitistas del Partido socialcristiano COPEI en la geografía trujillana cuando en el Municipio Foráneo San Rafael de Carvajal aparecen como activistas de primera línea Ramón Contreras, Octavio González y los hermanos Ali, Ramón y Moisés León, Hortensio y Jesús Ojeda, Dionisio “Nicho” Olmos, Pablo Emigdio García, Rafael Barrios, Luis Núñez, Pompilio Arellano, Manuel Herrera, Carlos Torres, Luisa Perdomo de Núñez siendo entre todos Victorino Araujo el que por su controvertida presencia en el accionar político público más destaca, abrazo la doctrina demócrata cristiana con tanto entusiasmo y pasión que conocía por nombres, apellidos la dirección de todos y cada uno de amigos, simpatizantes, militantes y activistas de la tolda verde a nivel de toda la geografía del municipio. El era el encargado de convocar a directivos y demás a reuniones ordinarias y extraordinarias casa por casa teniendo como medio de transporte para ello, su bicicleta de reparto que además usaba al momento que informaba al colectivo perifoneando con un megáfono, dirigía la pega de afiches, recogía las finanzas, abría y cerraba la casa de Copei, su entrega a la causa lo convirtió en una especie del hombre orquesta de esta organización política.
Rafael Caldera en Carvajal
A comienzo del mes de julio del año de 1966 en ocasión una gira política programada al estado Trujillo, Rafael Caldera aprovecho la corta estadía en la entidad para contactar personalmente a una acaudalada familia carvajalense, una vez cumplida esta misión, continua su permanencia en esta sabana bendecida por los dioses con una visita a la casa municipal de su partido situada en el sector El Limón donde luego de terminada la acostumbrada reunión comparte un rato con sus dirigencia y militantes, siendo invitado a echar una partida de dominó, reto que acepto gustosamente formando pareja con Raymundo Perdomo para confrontar a Ramón Contreras y Victorino Araujo, el juego se inicia con normalidad, pero cuál sería su sorpresa cuando a la tercera mano a raíz de una jugada de Victorino se vio obligado a ahorcarse la cochina. Esta anécdota de Victorino Araujo todavía es comidilla entre los jugadores de dominó de la vieja guardia en todo Carvajal.
Caldera Presidente
Una vez que Copei gana las elecciones de 1968 y Rafael Caldera resulta electo Presidente de la República, Victorino al igual que todos los copeyanos no cabía de contento… Tantos esfuerzos y sacrificios se veían coronados con Copei en el poder. Pero como en otras circunstancias vividas, el poder tampoco le sonrió como debió ser. Solo se le consintió laborar por breve tiempo como agente del orden público en la policía del estado, asumiendo este trabajo con la sencillez y humildad que siempre le caracterizaron, nunca fue capaz de llevar a nadie detenido, continuo siendo el mismo Victorino, tanto que aun vestido con el uniforme de policía, cuando le provocaba jugar dominó lo hacía con su habitual sencillez, algunos que compartieron su amistad sinceran señalan que también jugaba baraja, daos, truco, todo tipo de juego, hasta “merolico”, todo un personaje. Después de su retiro en la policía ocupó la administración de oficina de la Lotería de Animalitos de Valera en la localidad. Su solidaridad con el prójimo y su bonhomía eran tan evidentes que años después de fallecido todavía se le recuerda con afecto y cariño en Campo Alegre.
* Cronista del Municipio San Rafael de Carvajal