Venezuela, sus dilemas y los BRICS | Por: María Eloina Conde

 

Hasta hace unos días el venezolano promedio no tenía ni idea de qué son los BRICS, ese grupo de países emergentes con grandes economías que tomaron las iniciales de sus países fundadores: Brasil, Rusia, India, China,  posteriormente Sudáfrica; y formaron el acrónimo por el que son conocidos en la actualidad. Por años hemos escuchado el término “mundo multipolar” o “pluripolar” que se convirtió en bandera, sobre todo, de los liderazgos emergentes de la izquierda latinoamericana de principios de este siglo. Decir pluripolar era relativizar el poder de los Estados Unidos y amenazar con alianzas que no tuvieran dependencia alguna del dólar.

Durante la cumbre XVI de los BRICS que se desarrolló la semana pasada en Rusia, se generaba una ampliación histórica del grupo con la adhesión de Egipto, Etiopia, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, se confirmaba el creciente interés global en el bloque y su capacidad de influir en el orden mundial y darle por fin sustancia a la multipolaridad.

Venezuela, cuya posición internacional ha sido preocupación permanente de los gobiernos del ciclo chavista tras su separación de la Comunidad Andina de Naciones  para ingresar a Mercosur, la creación de la llamada (y aparentemente fallida) Alternativa Bolivariana para las Américas o ALBA y sus alianzas poco convencionales con países como Cuba, Rusia, China e Irán, se hizo presente en la cumbre de los BRICS con el propio Nicolás Maduro como emisario. Pero ni esta visita logró el objetivo.

Muchos quizás no terminan de comprender el alcance e importancia de ese grupo de países en el mundo y lo que significa que no se haya permitido el ingreso de Venezuela al mismo. Más allá de las ventajas de crear un contrapeso al poder norteamericano, todo indica que las pretensiones del gobierno nacional para ingresar al BRICS eran crear una ruta alterna para resolver la crisisde legitimidad interna en Venezuela generada tras la elección presidencial pasada, camino que no les ha dejado un buen sabor de boca y a su paso han generado una lluvia de comunicados que parecen agravar las tensiones crecientes entre los aliados naturales e históricos en la Latinoamérica del proyecto chavista, especialmente Brasil y su presidente Luis Ignacio Lula Da Silva.

Al compartir características importantes como gran población, extensión territorial, recursos naturales, crecimiento económico e importancia global, los países miembros del grupo BRICS tienen gran influencia en la dinámica global, punto crucial en un clima político mundial tan inestable y efervescente, que a su vez loshace una alternativa a las potencias occidentales y los países desarrollados debido en gran medida a su colaboraciónmutua en asuntos políticos y económicos.

El camino que los llevó a esa cumbre no estuvo exento de obstáculos. Como todo grupo diverso y heterogéneo en cuanto a sistemas políticos, niveles de desarrollo y prioridades económicas, sus integrantes tienen grandes desafíos para la coordinación política y la toma de decisiones consensuadas. Por ejemplo, en esta ocasión Rusia insistía en la integración de Venezuela al grupo mientras que el gobierno de Brasil se negó al considerar lo que denominó posteriormente en un comunicado un «abuso de confianza», tras el incumplimiento de la promesa de presentar las actas de la elección presidencial del 28 de julio pasado que ratificarían al actual presidente en su cargo.

Es posible que no se quieran generar aún más conflictos internos que dificultenla consolidación del bloque, ya que no se pueden obviar las rivalidades históricas entre algunos de los miembros como China e India cuyas disputas en temas geopolíticos limita la cooperación en algunos asuntos. No arrojarmás leña al fuego parece ser la indicación que siguieron en el caso Venezuela.

Mientras tanto en nuestro país, en paralelo a esos acontecimientos, los pronósticos de todos los economistas serios que noeran alentadores desde mediados de año y se acentuaron pasado el 28 de julio, se comenzaban a confirmar una vez máscon la nueva alza en la tasa de cambio oficial que suma a las distorsiones económicas que vivimos a diario.

Porque a veces parece que se olvida que en el diario devenir la confianza es una pieza fundamental en el desarrollo de las actividades económicas y políticas, tanto en las relacionesinternas de cada país como en las alianzas, relaciones e interacciones internacionales y esta semana que recién termina fue sólo una prueba más de eso.

Mientras haya dudas, sombras, promesas no cumplidas y desconfianza, ni puertas adentro ni de cara a alianzas internacionales se puede construir ningún vínculo porque la verdad, por definición, no puede ser una imposición ni en Venezuela ni en los BRICS.

Bien lo dice Mario Alonso Puig: «Nunca hay verdadera fuerza en la violencia. Puede que haya poder, pero no autoridad. El poder se impone; la autoridad se reconoce.»

Octubre 27, 2024

@MariaEloinaPorTrujillo

 

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