Carabobo (Venezuela), 29 abr (EFE).- Los desfiles, las nuevas colecciones, las pasarelas, el color y miles de hilos entrecruzados volvieron a Venezuela, tras varios años en escala de grises. Destacados diseñadores, modelos y empresarios, alentados por el resurgir económico, encendieron los focos de nuevo y se dieron cita en Valencia, estado Carabobo, donde se celebra la Semana de la Moda.
Después de tres días de reuniones, conversatorios y conferencias, que comenzaron el lunes, llegó el momento más esperado la noche del jueves, de la mano del venezolano Giovanni Scutaro, uno de los diseñadores más reconocidos y laureados de la alta costura latinoamericana, quien se mostró «feliz» por compartir pasarela con colegas ya consagrados en el panorama de la moda y con nuevos talentos.
«Hoy me siento súper feliz porque esto es lo que he aspirado que ocurra en algún momento en Venezuela, donde hay una gama de diseñadores talentosísimos, contemporáneos conmigo, de 20 o 30 años de carrera profesional. Creo que es la oportunidad para los nuevos talentos que no tienen chance de montarse en un escenario si no tienen patrocinantes detrás», aseguró minutos antes de inaugurar la pasarela.
Y se abrió el telón. Los encajes, bordados, tules y tejidos nobles de Scutaro dieron paso a los verdes y fucsia de Olga Bolaños y al siempre elegante negro mezclado con dorados y cobres de Franco Montoro, en una sesión cuyo broche de oro puso Alejandro Fajardo con una innovadora colección que recibió la aprobación unánime del público.
El éxito de la primera jornada de desfiles se debe, según Scutaro, a que la moda venezolana está a la altura de las grandes firmas internacionales y el evento realizado en Valencia es comparable a las ya tradicionales presentaciones que se llevan a cabo en las más conocidas capitales de la moda, como Milán, París, Nueva York o Madrid.
«Aquí no hay nada que envidiar a las presentaciones a nivel internacional, las cuales yo estoy acostumbrado a hacer. Estoy convencido que nos vienen años muy buenos de trabajo, siempre y cuando nuestro esfuerzo sea dedicado a ese amor de lo que hacemos», señaló.
DE VENEZUELA PARA EL MUNDO, DEL MUNDO PARA VENEZUELA
Para diseñadores y la propia organización, la Hesperia Valencia Fashion Week (HVFW), que concluirá la noche del sábado, es el germen de algo grande, un primer paso para poner a Venezuela en el mapa de la más reconocida moda internacional.
La idea es que el color y el prestigio de la alta costura se impongan en la nación caribeña dos semanas al año, como ocurre en los países acostumbrados a presentar colecciones de primavera-verano y de otoño-invierno con diseñadores y modelos llegados de diversos lugares del mundo.
Con el respaldo del hotel Hesperia Valencia, que acoge esta primera semana de la moda en la capital del estado Carabobo, los organizadores están dispuestos a apostar fuerte para llegar a la meta que se han fijado y a no parar hasta alcanzarla.
La promotora y organizadora de la HVFW, Romina Palmisano, confía en el potencial de su país, de los diseñadores consagrados y de los nuevos talentos para soñar y convertir el sueño en realidad.
«La apuesta, el sueño, por así decirlo, es lograr hacer dos semanas de moda al año para pegarle un poco al concepto internacional, y que no solo podamos impulsar el talento venezolano, sino que podamos contar con la presencia, en algún momento de todo este camino, con diseñadores a nivel internacional», dijo Palmisano a la prensa antes de que Scutaro diera el pistoletazo de salida en pasarela.
La crisis que sufrió el país caribeño en los últimos años impidió, entre otras cosas, hacer realidad el colorido sueño de la moda. Pero el resurgir económico que se va percibiendo en Venezuela y que se palpa en los diferentes sectores ha inyectado de optimismo a las grandes firmas, que ahora, más que nunca, están dispuestas a comerse el mundo.
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