Aunque las brumas del tiempo sentenciosamente hayan empañado los recuerdos y la memoria se muestre esquiva a todos retenerlos, en nuestra mente afloran vivencias de aquellos momentos: una mezcla de alegre curiosidad, expectativa y satisfacción nos invadía allá, en la Avenida 19 de abril frente al Parque Murachí en San Cristóbal por esos días en noviembre de 1992.
El acontecimiento ..?…la llegada al Estado de la primera edición de Diario de Los Andes-Táchira, el naciente medio de comunicación impreso que portador de las nuevas tecnologías, ideas renovadoras y un espíritu de surgir y progresar ya probado, venía desde el estado hermano andino Trujillo con la determinación de transitar la senda de periodismo que marcara en San Cristóbal Domingo Guzmán Escandón en septiembre de 1845.
Era Diario de Los Andes, edición Táchira, que se posicionaba como impreso de circulación diaria por los caminos que trazara en 1903 “Horizontes “ el primer periódico de circulación diaria en esta entidad.
Mucha agua ha corrido bajo los puentes hasta nuestros días; interminables cuartillas se han escrito y miles de acontecimientos llenan los volúmenes que repletan las hemerotecas : en todos ha hecho presencia ya como observador, ya como analista , como crítico o como imparcial informante Diario de Los Andes.
Elogiado muchas veces, admirado otras, galardonado , cuestionado y porqué no amenazado pero siempre cumpliendo, son situaciones que conforman ese gran bloque de orgullosa historia que hoy constituye Diario de Los Andes.
Aquellos fueron años en que un puñado de bisoños egresados de las escuelas de comunicación social pusieron su empeño, acuciosidad , esperanzas y deseo de surgir en el también joven medio que generoso
les ofrecía a mano abierta sus espacios para comenzar a proyectarse.
De su propuesta inicial como diario, luego de buenos años desempeñando la cotidiana tarea, salvando obstáculos , luchando con brazo decidido y corazón comprometido, Diario de Los Andes debió pasar a semanario.
Tan dura transición no sería castigo exclusivo para Diario de Los Andes. Era simplemente el resultado de un doloroso proceso que para la prensa y específicamente contra la libertad de expresión arrancara sorpresivamente en mayo de 2007 cuando de un zarpazo se le privó al país de la emblemática señal de Radio Caracas Televisión, pionera de la pantalla chica en Venezuela.
Como todos los impresos de pensamiento libre, Diario de Los Andes no habría de escapar a las borrascas que se cernían sobre los medios de Venezuela .Las consecuencias se comenzarían a ver casi inmediatamente en lamentable proceso lento y sostenido : en poco tiempo presenciaríamos la merma obligada de páginas, supresión de productos especiales , disminución de publicaciones , restricción de la cotidianidad, todo resultado del alarmante encarecimiento de insumos amén de las dificultades para adquirirlos y una política nada amigable del poder hacia quienes le negaban una espontánea sonrisa o eran poco proclives a venias laudatorias o a lisonjas zalameras.
Lo escabroso de la vía se puede medir si consideramos y valoramos lo que significa que para mediados del año en curso hayan sido cerrados en Venezuela 110 medios impresos, uno de ellos El Nacional que luego de setenta y siete años desaparece físicamente para seguir en la web y de haber tenido mil empleados, su plantilla haya quedado reducida a veinte. Pero las cosas nos quedan más claras si vemos que para la fecha sólo circulan en la extensión del país veinte periódicos impresos algunos de ellos con apariciones sólo tres veces por semana. Además, en diez estados no hay medios impresos.
En lo tocante a Diario de Los Andes, hoy , se ubica en la línea de salida hacia la recta de las tres décadas y siempre dando la pelea con el deber cumplido, exhibe orgulloso un pasado glorioso que ha quedado para la crónicas, esa historia cuyo primer borrador escribieron las docenas de jóvenes que antes hallaron en sus columnas y ahora en la web tierra generosa para hacer germinar inquietudes y proyectos.
Pero el asomar la cabeza y ver en la distancia el tablón de los 29 años no ha sido fácil. Ese valor, empeño , decisión y responsabilidad que lo han traído hasta aquí, se han juntado bajo un nombre: Eladio Muchacho Unda, el empresario trujillano quien con su determinación de construir, su voluntad de servir, y pasión incansable por un ideal, fue desde siempre timonel de mano firme que por más embravecidas las aguas y peligros acechando, los enfrentó a costa de trabajo, privaciones y hasta tener que probar tras los barrotes la pérdida de su libertad, sin que ni unos ni otros lo hicieran arredrarse en sus propósitos.
Felicidades Diario de Los Andes!
Tiberio Martínez Jaimes