Redacción deportes, 31 mar (EFE).- El neerlandés Mathieu Van der Poel (Alpecin Deceuninck) hizo los honores a su condición de favorito y al maillot arcoíris de campeón mundial con una portentosa exhibición en la 108 edición del Tour de Flandes disputado entre Amberes y Oudenaarde, con un recorrido de 270.8 kilómetros, un triplete para su quinto monumento.
Van der Poel (Kepellen, 29 años), fiel a su estilo, y tirando de un poderío al alcance de muy pocos, levantó los brazos por tercera vez como un autentico «León de Flandes». Exhibición en solitario en los últimos 40 km, intratable y genial, reduciendo a sus rivales a la lucha por la segunda plaza.
La cabalgada le permitió al rey del ciclocross lograr su quinto monumento, ya que además tiene en su vitrina los trofeos de la Milán San Remo y París Roubaix. Se presentó en meta con tiempo para el deleite personal, con un tiempo de 6h.05.23, a una media de 44,5 km/hora.
Los perseguidores llegaron finalmente en un nutrido grupo de 9 hombres, cediendo Alberto Bettiol y Dylan Teuns en los últimos metros. Entró segundo el italiano Luca Mozzato (Arkéa – B&B Hotels) y en principio tercero el australiano Michael Matthews (Jayco AlUla), a 1.07 minutos del ganador, pero el ciclista «aussie» fue relegado al puesto 11 por maniobra irregular. Su plaza la ocupó el alemán del UAE Nils Politt.
ESCAPADAS Y CAÍDAS EN ESPERA DEL KWAREMONT
El monumento flamenco comenzó con una escapada de 8 corredores sin los favoritos en la escena, pero controlada por el pelotón, a pesar de que la diferencia llegó a los 4 minutos. Esta fuga se vio sorprendida por un parón causado por un paso a nivel. Una vez que pasó el tren, el furgón ciclista siguió la marcha recobrando la diferencia que tenía antes de que los rebeldes pusieran pie a tierra.
Este proyecto claudicó para dar paso a otra fuga con 13 hombres, donde ya estaban corredores peligrosos, como Merlier, Mads Pedersen o Van Baarle. No se mostró inquieto Van der Poel con esta iniciativa, pero los hombres del Alpecin controlaron en el pelotón para no perder los papeles.
LAZKANO Y CORTINA AL ATAQUE, VAN DER POEL SELECCIONA
Los próximos aventureros fueron el danés Pedersen y el belga Gianni Vermeersch, un hombre del Alpecin de Van der Poel. La cercanía del Viejo Kwaremont empezó a alterar al personal. Movistar movió ficha a 56 de meta con Oier Lazkano, lo que despertó el ímpetu voraz del campeón neerlandés, quien puso una marcha que anuló la fuga y abrió la fase clave de la carrera.
Van der Poel hizo las primeras pruebas saliendo del Kwaremont y luego en el Paterberg. Seleccionó un grupo de 9, con Lazkano y Cortina entre ellos, y ya con nombres destacados, como Wellens, Politt y Mohoric entre otros.
Cortina atacó hasta abrir hueco, pero una caída en el adoquinado mojado del Peterberg le obligó a poner pie a tierra, como la mayoría de los corredores, circunstancia que salvó Van der Poel por la pericia de un séxtuple campeón mundial de ciclocrós.
Muchos caminaban sobre las piedras, Van der Poel ya volaba. Coronó la cota en solitario e inició su particular aventura. Solo le siguió el estadounidense Matteo Jorgenson a un puñado de segundos. Por detrás un grupo de 6 con Cortina, Pedersen y Bettiol. Un diseño de carrera ya definitivo.
ENORME RECITAL DE VAN DER POEL, INTRATABLE
Con 40 kilómetros por delante y lluvia abundante, Van der Poel se lanzó en una particular contrarreloj hacia la gloria, directo a su tercer Tour de Flandes consecutivo y quinto podio, cifra por nadie igualada. Una máquina que cuando se conecta es imparable.
La escabechina fue en aumentó. Un fuera de serie contra 7 perseguidores, y todos ellos de alto nivel, con Cortina, Wellens, Teuns, Bettiol, Jorgenson, quien fue alcanzado, rodos incapaces de echar el lazo a Van der Poel, a 1.33 minutos a 33 km de meta.
Las diferencias fueron en aumento. Voló Van der Poel en el último encadenado del Viejo Kwaremont y Paterberg. En el primer adoquinado ya tenía 2 minutos. Ahora perseguían Bettiol Y Teuns, y Cortina se descolgaba con Wellens. La gloria viajaba en solitario, el sufrimiento la veía de lejos.
En el Paterberg, a 13 de meta, la renta era de 1.47 minutos. Era la última dificultad y la suerte estaba echada. Había ganador y la emoción se centraba en conocer los segundos premios. El «gordo» tenía dueño, aunque prácticamente desde antes de darse la salida en Amberes, la ciudad de los diamantes.
Inolvidable exhibición de Van der Poel, quien nada más cruzar la línea de meta se bajó de la bicicleta, la levantó y la mostró al cielo, como un trofeo especial. No en vano era su quinto monumento y el quinto podio consecutivo en Flandes, un récord histórico. Y la victoria número 48 en su palmarés. Un corredor que corre por la historia a pasos de gigante.
Van der Poel sucedió en el palmarés al esloveno Tadej Pogacar, vencedor en 2023 y ausente este año.