Valores democráticos | Régulo Burelli Rivas | Por: Ramón Rivasaez

 

Este escritor y diplomático nació en la localidad trujillana de Monte Carmelo el 8 de enero de 1917 y falleció en Caracas el 21 de noviembre de 1984, luego de una extensa labor dedicada al servicio exterior venezolano.

El poeta y ensayista vivió su infancia en la hermosa población de La Puerta, bajo el arrullo del pequeño río Momboy, y la niebla que mordía el amanecer de su villorio, envolviendo de encanto sus atardeceres.

Pronto sus padres le enviaron a Colombia, donde en Bogota cursó  bachillerato, trasladándose luego a Mérida y Caracas, ciudad en la que se graduó de doctor en ciencias políticas. Allí conoció al doctor Jovito Villalba, de quien se contagió del ingrediente político e ideas democráticas, que una vez maceradas en el naciente movimiento estudiantil de 1928, produjo la gran eclosión de la juventud venezolana contra la dictadura de Juan Vicente Gómez.

Hubo la inmediata reacción del régimen y los líderes fueron detenidos; el poeta Burelli Rivas, fiel seguidor de su amigo Jóvito Villalba, también le acompañó a las mazmorras gomecistas. Fueron conducidos con grillos a las diferentes prisiones; el poeta trujillano fue llevado engrillado a la cárcel de El Obispo en el barrio caraqueño de El Guarataro.

Antes de su experiencia política caraqueña, Régulo Burelli Rivas, había trabado amistad en Mérida con el humanista Mariano Picón  Salas   y los poetas Alberto Carnevalli y Spinetti Dini, éstos últimos  le nutrieron de cultura democrática, e incentivaron en él la defensa de los derechos humanos, conculcados por los regímenes de facto.

Con esta formación, el poeta enfrentó los vaivenes políticos; posteriormente, bajo la egida del maestro Villalba, ingresó a la docencia universitaria, es así como pasa a formar parte de la Universidad del Zulia.

Aprende idiomas, lee a los clásicos y a los románticos  y escribe, finalmente ingresa en el servicio exterior, y comienza su dilatada carrera diplomática que le llevará por diversos países de la tierra; unas veces en Santiago de Chile, otras en Varsovia, Pekín o Moscú, donde  por cierto conoce de cerca la represión de la URSS contra la disidencia política y los defensores de los derechos humanos.

Su estancia en Polonia, China y la URSS, son experiencias que el poeta maneja con suma sutileza y filigrana, dado que el stalinismo controla y vigila hasta a los embajadores acreditados en esas naciones, para evitar cualquier tipo de «contaminación ideológica», a sus respectivos pueblos. En consecuencia no fue nada fácil su labor diplomática en éstas repúblicas controladas por el pacto de Varsovia.

En fin, el doctor Régulo Burelli Rivas, puso a prueba su férrea condición de demócrata, incondicional defensor de los derechos humanos, durante su larga y digna carrera diplomática al servicio de los intereses de Venezuela.

Evoco su humildad, de hombre de profundos sentimientos cristianos cuando, llegaba a Valera para visitar a sus familiares en La Puerta, abordaba un carrito por puesto, como cualquier parroquiano, para ser trasladado   a su lar, siendo aún embajador en la todopoderosa URSS de Breznehev.  Era íntegro, honesto y caballeroso; un poeta que le cantó a sus pueblos andinos y a los de sus ancestros en la lejana Italia.

 

 

 

 

 

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