Por Ramón Rivasáez
Nació en Barquisimeto, Estado Lara, el 25 de marzo de 1911 y falleció en Caracas el 4 de junio de 2003; hizo de la poesía y el periodismo cultural una de las más ardientes pasiones de su vida.
La defensa de la civilidad, la vida democrática y el respeto de las instituciones, son otros de sus aportes culturales a la Venezuela contemporánea; tras sus primeros estudios en la capital larense, Venegas Filardo marchó a Caracas donde cursó economía en la UCV; de allí egresaría para dedicarse a la actividad docente y al periodismo.
Entonces, ingresó al diario El Universal, donde fundó las páginas culturales que dirigió por largos años en las que, con generosidad, difundió a las nuevas generaciones de escritores venezolanos.
Venegas Filardo no se limitó a sus labores docentes en la UCV, sino que fue más allá y dejó huella, pues, fundó con otros ilustres académicos la facultad de Filosofía y Letras, después denominada de Humanidades y Educación.
Miembro del grupo literario » Viernes «, asumió la dirección de la revista del grupo, y publicó en 1939 su primer libro » Cráter de voces», mientras en 1941 entregó su segundo título » Música y eco de tu ausencia».
Entretanto, seguía en su cátedra universitaria que compartía con la dirección del suplemento cultural del diario de la avenida Urdaneta, al tiempo que, en 1957 editó su poemario «Canto al río de mi infancia», también de éste año es el libro » Círculos de tu nombre».
Caída la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el poeta es invitado a Japón y de ese viaje es su libro » La niña del Japón», que circuló en 1961 que luego sería traducido y editado en 1968 en la capital asiática.
En 1962 apareció su libro «Los cantos fluviales», el mismo año entró en circulación » Paralelo norte»; en 1967 le publicaron su texto » Elegía de la sombra de tu paso», en 1970 es presentado su volumen Cinco poemas en inglés. Finalmente, en 1983, el gobierno nacional le otorgó el premio nacional de literatura.
El poeta y crítico literario Juan Liscano sobre la poesía de Pascual Venegas Filardo, sostuvo que «En sus libros iniciales,conjuga un dejo de romanticismo con el despliegue de imágenes un tanto irracionales, surreales».
Mientras, el escritor Hermann Garmendia dijo que «Sus cantos escapan del ámbito y del tema de la angustia»
Por su parte, el ensayista, poeta y periodista Antonio Pérez Carmona, le describió así » es un poeta que rezuma un fresco lirismo, amor y calor humano, en todos los órdenes de su creación literaria »
Uno de sus poemas, «Llovía sobre la vida un polen de silencio/ altos como la noche más oscura del mundo/ amarga soledad de subterráneo templo/
Donde lo negro es signo para todos los rumbos».
El poeta antes de su postrero viaje infinito, visitó su lar nativo y donó su rica biblioteca para incentivar la lectura entre sus paisanos; una plausible iniciativa digna de un ser sensible y amoroso con la cultura de su país
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