Valores democráticos | Luis Herrera Campins | Por Ramón Rivasaez 

 

Fue periodista, abogado y político que, nacido en Acarigua, estado Portuguesa el 4 de mayo de 1925 y fallecido en Caracas el 9 de noviembre de 2007, ejerció la presidencia de la República, con respeto a los derechos humanos, a la libre alternancia, a la democracia.

En su adolescencia, Herrera Campins, ejerció el periodismo en Barquisimeto, en las páginas deportivas de El Impulso, donde dejó muchos amigos del Colegio La Salle, entre ellos, Rafael Montes de Oca, e infinidad de relaciones entre los sectores culturales y sociales que fueron posteriormente sus seguidores dentro de su formación política, Copei.

Luis Herrera Campins, sin embargo, tuvo su encontronazo con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, cuando cursaba derecho en la UCV, en 1952 quiso crear un sindicato para agrupar a sus compañeros, pero en respuesta el régimen le envió a prisión por cuatro penosos meses. Este carcelazo al joven lejos de desanimarle en sus iniciales luchas democráticas le hizo elevar la conciencia, a mantenerse firme en su oposición a la dictadura hasta que fue expulsado; entonces recorrió Alemania e Italia, donde estrechó sus vínculos con la democracia cristiana.

Finalmente, en la universidad de Santiago de Compostela, en España, se doctora en ciencias políticas y derecho.  Derrocada la dictadura retorna a Venezuela y participa en las elecciones que gana el presidente Rómulo Betancourt, de AD, siendo elegido diputado al congreso por el estado Lara; ejerce durante ocho años la jefatura parlamentaria de su partido Copei.

En su organización las aguas no eran tranquilas, los jóvenes se agruparon en torno a su nombre que comienza a ser tomado en consideración  para una probable nominación como abanderado de los llamados «Astronautas», donde destacaban Abdón Vivas Terán, Joaquín Marta Sosa, Gerad Cartay, Jesús Bernardoni  y Rafael Iribarren, pero nuevamente la cúpula decide y el fundador repite como candidato presidencial en los comicios que gana el socialdemócrata Raúl Leoni.

La historia se repite, y, por fin, el líder fundador de Copei Rafael Caldera, obtiene la presidencia de la República, ante Gonzalo Barrios que había sido impuesto por decisión cupular de AD, en detrimento del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, líder de los educadores venezolanos.

Herrera Campins no se arredra, sigue su lucha interna hasta que el 3 de diciembre de 1978, logra su elección de presidente de la República, ante Luis Piñerua Ordaz, de AD, no sin antes derrotar la fuerte oposición interna que libró en Copei, donde su fundador, era su principal detractor.

En su gobierno hubo respeto a los derechos humanos; a la libertad de expresión, nadie fue preso por los llamados delitos de opinión; pero la corrupción floreció y la crisis financiera de 1982 dejó una deuda pública de 25 millardos de dólares; «el viernes negro», hizo temblar a más de uno de los veinte millones de venezolanos. Empero, el presidente Herrera Campins, fue un hombre honesto, decoroso, al morir no amasó bienes de fortuna; eso, precisamente, lo constituyó en un valor de la democracia, fue ejemplo de rectitud, de defensor de la familia y sus principios cristianos los honró con su ejemplar comportamiento cívico; un civilista a pie juntillas.

 

 

 

 

 

 

 

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