Este ilustre venezolano nació en La Asunción, estado Nueva Esparta, el 14 de marzo de 1902, y fallece en Caracas el 22 de abril de 1993, tras una intensa trayectoria política e intelectual que marcó el siglo XX, sobre todo en el área educativa que constituyó su preocupación vital.
El doctor Luis Beltrán Prieto Figueroa, fue considerado un filósofo de la educación, además de abogado (UCV), fue poeta, crítico literario, humorista y de admirable rectitud administrativa; fue ministro de educación en el gobierno del presidente Gallegos, y presidente del Congreso de la República. Uno de los redactores de la ley de educación (1980), aún vigente y autor de investigaciones sobre el tema educativo.
Fundó las organizaciones políticas Orve, Partido Democrático Nacional, AD y el MEP, que le postuló en 1968 a la presidencia de la República. Prieto Figueroa pudo haber ganado esos comicios, pero dentro de su entonces formación política -AD-, la hegemonía betancuriana pesaba en demasía, y el ala conservadora optó por el otro candidato, Gonzalo Barrios, quien resultó derrotado por el sociacristiano Rafael Caldera.
Empero, Prieto Figueroa siguió en su lucha política, pero su prédica por un mejor país continúo sin pausa hasta su muerte. Su dignidad política, su identificación con los valores de la cultura democrática acrecentaron su estatura intelectual; fue un referente de la educación sin exclusión, un abnegado educador sin fronteras; la educación era su prioridad, sus últimos años se los dedicó a otras de sus pasiones, la poesía. Publicó varios títulos y fue invitado a numerosos congresos y encuentros literarios.
En uno de ellos celebrado en la ULA-Merida, se le invitó y al arribar a la mesa redonda de los poetas que estaban distribuidos por generaciones literarias, el doctor Prieto no se sentó con los aedas de su edad, se ubicó entre los más jóvenes, los de treinta años; su explicación, «me siento tan joven como ellos». La anécdota la contó el poeta Eddy Rafael Pérez, presente en el congreso literario.
El poeta Prieto Figueroa, fue un educador que no solo se dedicó a la enseñanza en Venezuela, sino que, durante su exilio en la década de los cincuenta del siglo XX, se preocupó por el atraso cultural de América Central, por lo que la Unesco le envía en misión especial a Costa Rica y Honduras, y finalmente a La Habana, donde imparte clases en la Universidad de la capital antillana.
Considerado el maestro de maestros, Prieto Figueroa, fundó en la década de los sesenta el INCE (Instituto Nacional de Cooperación Educativa), que formó a millares de jóvenes venezolanos en oficios para la vida cotidiana; desafortunadamente, el proyecto original fue desvirtuado por el populismo y la baratura ideológica del presente.
Prieto Figueroa, un hombre visionario que amó entrañablemente Venezuela, que vivió en función de su bienestar y salud democrática. Un valor democrático sin parangón.
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