Los habitantes de la ciudad de Valera y las personas que diariamente transitan sus céntricas calles, avenidas y sectores populares adyacentes aplaudieron la medida de desalojo y reubicación de los trabajadores de la economía informal, lo que ha permitido el libre tránsito tanto de vehículos como transeúntes por el casco central de las Siete Colinas, pero también para que los planes de seguridad ciudadana sean más efectivos ya que la zona permanece totalmente despejada.
Lo que en el pasado reciente era difícil evitar que las personas fueran víctimas de la delincuencia resulta que en la actualidad lo es por algunos efectivos policiales –porque no son todos la mayoría son honestos- tal como lo han denunciado numerosas personas, sobre todo por los lados de La Ciénaga. No solo son los transeúntes que son víctimas de estas fechorías por parte de funcionarios policiales también los comerciantes, a quienes les exigen dinero.
Es vox pópuli en Valera de este modus operandi, inclusive las víctimas y transeúntes han identificado a dos de esos funcionarios que se apellidan Briceño y Caravallo, adscritos a las brigadas Ciclística y Motorizada, respectivamente. Los valeranos dudan que sobre estas irregularidades no tenga conocimiento el gobernador Rangel Silva. Qué tendrá que decir el mayor general Néstor Reverol, ministro de Interior Justicia y Paz, lo mínimo que pudiera hacer es abrir una averiguación al respecto.