La situación se agrava ante la escasez de vehículos operativos del transporte público y el dinero en efectivo. Ciudadanos piden a gritos que el Gobierno atienda la contingencia
Ante la contingencia que atraviesa la ciudad de Valera por la escasez de transporte público y dinero en efectivo, desde hace algunos meses en la urde desde tempranas horas se observan ríos de personas caminando desde las comunidades hasta el corazón comercial, el Terminal de Valera o sus lugares de trabajo.
Los primeros rayos del sol son propicios para que los habitantes de La Beatriz crucen el viaducto a pie, habitantes de la zona sur de la ciudad se aventuren a bajar hasta el centro y los residentes de los sectores populares como barrio El Milagro, La Floresta, Santa Cruz, San Luis, Morón, La Marchantica y demás inicien su peregrinar por las calles de la ciudad.
Cada día son menos las unidades operativas del transporte público ante la falta de cauchos e insumos en el estado, mientras que las autoridades del gremio amenazan con un paro indefinido tras varios años fallidos de lucha e intento de conseguir mejoras ante los funcionarios del Estado para mantener la subsistencia del sector.
“Prácticamente ya nos dejaron a pie a los valeranos, sabemos que no es culpa de los choferes, casi no hay transporte, pero aparte que no estamos comiendo bien, hay hambre ahora tenemos que pasar todo el día caminando para poder trasladarnos. Imploramos que alguien nos ayude”, manifestó Mª Rosa Rodríguez, una ciudadana de cerca de sesenta años.
Escenario dramático
El presidente del Sindicato de Transporte en el estado Trujillo, Douglas Vielma, advirtió que el problema actualmente es preocupante y en un mes será peor, “los conductores ya no tienen cómo trabajar y el Gobierno sigue oídos sordos sin satisfacer las necesidades en insumos”.
Los de a pie