- Homenaje para aquello pioneros, hombres con mística y fe que no araron en el mar
- En honor al maestro Manuel Isidro Molina. Sus palabras siempre fueron oídas con respeto y admiración por ser un ejemplo de compromiso popular por una ciudad, un estado, una Venezuela distinta
Elvins Humberto González
En 1865, siete años después de ser instalada la primera imprenta en Trujillo por ese gran pionero que se llamó Don Juan Bautista Carrillo Guerra, se inicia la historia del periodismo local.
Como lo señala el maestro Manuel Isidro Molina, entre 1872 y 1900, aparecieron en Valera más de veinte órganos periodísticos, entre ellos El Regenerador, Viva Andueza, La Golondrina, El Observador, Artículos Semanales, Revista Valerana, El Constitucional, El Crisol, El Renacimiento, Gaceta Municipal, Cosmo, el Correo de Valera, El Sol de Mayo y el Diario de Valera.
Si bien, Carrillo Guerra utilizó su imprenta para fines comerciales, representó con su empresa en el orden intelectual un pionero que incidió hondamente para tirar por la borda todas las fórmulas teorizantes del caprichoso agrarismo pastoril que por azar geográfico nos endilgaron los filósofos adversarios de los páramos y serranías.
En 1900 el doctor José María Colina fundó con el Diario de Valera el primer vocero en este orden en los Andes venezolanos. Después seguirían numerosas publicaciones que enriquecieron el noble, fogoso y combativo periodismo trujillano y con mucho arraigo e identidad en Valera como el “Correo de Valera”, primer quincenario ilustrado de la urbe; ilustrado, editado y redactado por Pompeyo Olivar, quien un año más tarde editó “Cosmo” como revista ilustrada.
Ya con la salida de Diario El Tiempo y Diario de Los Andes, han sido más de 200 los órganos informativos en formato impreso que se registran en la historia periodística en Valera solamente.
Periodismo sólido y profundo
Hoy hemos querido ser un poco localista y reflejar mucho más nuestra vena valerana, la fecha lo amerita, hoy se festeja el nacimiento del Patrono de Valera, San Juan Bautista, entrelazamos esta histórica fecha con la del Día del Periodista, 27 de junio. Por eso este espacio es dedicado a Valera y su periodismo. Pero igual va nuestro abrazo fraterno a todos los que conforman la familia periodística trujillana.
El periodismo valerano es, sin la menor duda, uno de los más sólidos y profundos del país en los lapsos del riesgo, cuando la democracia da sus primeros pasos y una mentalidad colectiva, nueva, se enrumba para desentumecer el hecho político, esclerosado por prolongadas etapas de dictadura.
Uno de los ejemplos más auténticos del periodismo del coraje es Amado Guerrero Matheus, director del semanario «El Correo del Interior», fundado en 1932 cuando el gomecismo es cita obligada en el mundo como parangón de sociedad al margen de los derechos humanos.
En el curso de 1938 aparece en Valera el semanario «Marcha» bajo la tutela intelectual de Manuel Isidro Molina y Miguel Rodríguez Rivas. «Marcha» honra su nombre. Va adelante. Con todos los hierros. Dispuesto a ejercer un periodismo distinto, de masas, pedagógico, cívico con ese cauterio peligroso en la mano: la verdad.
Han circulado 80 años y una retrospectiva de este periodismo valerano nos lleva a sopesar un balance extraordinariamente significativo en la construcción de la democracia venezolana.
A esos periodistas trujillanos les rendimos, desde esta tribuna, un homenaje porque no araron en el mar.
La vieja guardia nunca muere
Dentro de la crónica de nuestro periodismo, no se puede dejar de mencionar a los grandes hombres que con mística, fe y decisión lucharon, combatieron tenazmente todos los obstáculos para llevar la verdad al pueblo; esos que sufrieron el embate de las pasiones mezquinas; esos que hoy tenemos que revaluarlos y que merecen los mayores elogios; esos que fueron símbolos de una época, que sin tener conocimientos técnicos fueron pasión y amor a una profesión dura, harta de escollos, pero bella en pro de la solidaridad humana. Allí siempre estarán vigentes: Rafael Gallegos Celis, Colina Montilla, Hernán Rosales, Armenio Núñez y Alberto La Riva Vale. Ellos como afables fantasmas, se convidan y se unen para entregarnos sus crónicas del ayer, las nostalgias del pasado, en un mensaje de futuro.
A ese selecto grupo le han seguido otros hombres de mucho peso e historia en el quehacer del periodismos regional, por allí podemos mencionar a quienes se organizaron para crear la AVP Trujillo encabezada por Manuel Isidro Molina y que contó con valientes guerreros como: Mary Hernández (primera mujer periodista trujillana), Adelso Reyes Navarro, Jorge Enrique Bolívar, José Armenio Núñez y Alejandro Azuaje Rincón quienes conformaron la Primera Junta Directiva AVP en la entidad, la cual fue juramentada en el auditorio del Liceo Rafael Rangel el seis de junio de 1952 por el entonces presidente de la AVP a nivel nacional, Luis Felipe Bellorín.
Hoy de aquella vieja guardia que se asentó en plena dictadura podemos refrescar los nombres de Joaquín Delgado, Rafael Burgos del Moral, Carlos J. Paredes, J. Azarías Rivas, Guillermo Montilla, Luis Gonzaga Matheus, Andrés Atilio Miliani, Ramón Cruz Galíndez, Rafael Ángel Lujano, Julio Urdaneta Acosta, Alfonso Toledo, padre Juan De Dios Andrade, Pedro Malavé Coll, Luis Mazarri, Antonio Pérez Carmona, Ramón Azuaje, Honore Solarte, Lourdes Dubuc de Isea, Régulo Jiménez, Rodolfo Zambrano, Manuel Acevedo Rivas, Germán González, Francisco Graterol Vargas, Ramón Rivas Sáez, Pedro Matheus, Cornelio Viloria, Guillermo Torres, Guillermo Bracamonte; más adelante figuraron entre las mujeres, Teresa Sosa, Mireya Cadenas, Gloria Livat, Thamar Montero, Elvia Uzcátegui, Paula Rivero, Yayi Jiménez, Teresita Jiménez, Belkis Torres, Rina Rulo, Layisse Cuenca, y dejamos la larga lista hasta aquí, pero han sido muchísimos los que han aportado y aún aportan a esta causa social como lo es el ejercicio periodístico.
La prensa, factor de lucha y progreso
Valera, la dinámica “Ciudad de las Siete Colinas”, bordeada por su río Motatán y la quebrada de Escuque, se presenta a conmemorar el Día de su Patrono, San Juan Bautista. Más que una fecha, los valeranos evocamos hitos de la historia local.
Para la época de 1870 cuando es elevada a ciudad, nuestra Valera apenas si se acercaba a los tres mil habitantes, le faltaban ocho años para disponer de alumbrado público mediante faroles de gas y tres años más para disfrutar de servicio telegráfico; pero ya, para el segundo año de su holgado título de ciudad, Valera tenía una imprenta comercial —la de José Domingo Durán— y un periódico liberal —»El Regenerador», de Vicente Briceño y Francisco Matheus Roth—. Podría decirse que Valera recibió su bautismo civilizador de prensa en su primera infancia. Desde entonces parece no haber faltado en la ciudad quienes crean en la prensa como factor de lucha y de progreso.
Acontecer socio-cultural
El periodismo ha jugado su papel primordial en el proceso socio-cultural valerano desde el lejano año de 1872, y culmina su jornada en el siglo XIX con la aparición del primer diario que se edita en todos los Andes venezolanos -«El Diario de Valera»-. Por eso consideramos como intensa la labor periodística valerana, si tomamos en cuenta su grado de desarrollo, además de la capacidad técnica y económica de la época.
Proceso de desarrollo en Valera
En su libro sobre el periodismo valerano, el maestro Manuel Isidro Molina señala que el principal factor del proceso de desarrollo en Valera no es otro que el de la ciudad fortalecida con el desarrollo simultáneo de toda el área que le rodea: “se requieren esfuerzos más bien planificados que espontáneos y anárquicos, en los cuales participen diversos factores y se empleen diversos mecanismos e instrumentos de progreso de una manera concertada. Uno de esos instrumentos de progreso lo es, indudablemente, la prensa; pero lo será en su grado óptimo cuando por encima de los fines de lucro, de escándalo, de estímulo al sectarismo político, de consolidación de ventajas egoístas de cualquier orden, coloque el fin supremo del bienestar social, cooperando con los factores de progreso, educación, ciencia, economía, técnica, arte, cultura, salubridad, libertad ciudadana, etc, y así contribuir al desarrollo integral de la región”. (Manuel Isidro Molina, 1970).
Referencias: Testimonio del Periodismo Trujillano, Luis González, Tomos del 1 al 37. Valera Ciudad Misterio y Periodismo Valerano, Manuel Isidro Molina. Anales de Valera, Alberto La Riva Vale y Valera de Antaño, Pbro. Juan de Dios Andrade. Antonio Pérez Carmona, Historia del Periodismo Trujillano.