Valera: cultura e identidad urbana

1820 -Valera, un sueño posible- 2019: 199 Años

 

Hoy, la Valera de 199 años es una ciudad que implica una cultura urbana, una ciudadanía, una identidad con ciertas formas y actividades que le son propias de la sociedad civil

 

Es día festivo, la ciudad está encendida por el “júbilo”. Para decirle al tiempo, con buena cara, que los muros de los enfrentamientos y la problemática cotidiana, también tienen espacios para la alegría donde todos podamos compartir un brindis en homenaje a aquel cojo, pero pleno de sabiduría y optimismo.
Nadie predijo que una pobre aldea de no más de treinta casas esmirriadas, de palma, bahareque y lodo en torno a haciendas de caña y trapiches, hoy constituye uno de los centros económicos más importantes del occidente venezolano, donde la sociedad cuenta con instituciones de primer orden en todos sus aspectos.
Valera es una ciudad con reciedumbre, muy a pesar de todas las calamidades y desidia a las cuales ha tenido que sobreponerse.
Hoy, 15 de febrero de 2019, cumple la ciudad de Valera 199 años de erigida como parroquia eclesiástica, después de haber sido encomienda de Marcos Valera, desde septiembre de 1595, cuando arranca el caserío donde se establecen haciendas de caña, cacao, añil y trapiches. Estuvo poblada por los indios timoto – cuicas. De la hacienda Santa Rita de doña Mercedes Díaz de Terán salieron las dos parcelas, por donación, donde se centra la cuadrícula histórica de la que surge la urbe: la Plaza Mayor, la capilla de San Juan Bautista, las calles y avenidas inmediatas, el cementerio, el edificio del gobierno municipal, la cárcel, los teatros, la Casa de Corredores para la educación y el hotel de doña Ana Rueda.

 

Ya la ciudad caminaba

 

Por lo expuesto anteriormente y según lo contado por los grandes historiadores regionales, ya Valera había empezado a caminar cuando el Obispo Lasso de La Vega, ese mismo que un jueves 10 de marzo, se abrazaría con Bolívar a las puertas de la Catedral de Trujillo, resuelve erigir a Valera, que era en ese entonces una comarca de tres o cuatro calles y una plazoleta que hacía de mercado, donde confluían hombres y bestias, en parroquia eclesiástica. Era el 15 de febrero de 1820, y por ese hecho significativo en lo religioso, y por carecer la ciudad de un auténtico registro de fundación, fue por lo que el ayuntamiento, casi siglo y medio después, tomó esa fecha para estatuir la celebración de Valera.

 

POR QUÉ SE LLAMA VALERA

Se ha dicho que es producto del apellido del primer propietario de la hacienda «Santa Rita», don Marcos Valera, donde hoy tiene su asiento-geográfico la ciudad. Y como el paso de los años se tornó en referencia colectiva, así quedó la meseta bañada por los costados por el río Motatán y la hoy quebrada de Escuque.

 

LA POLÉMICA

Algunos historiadores polemizan con la fundación, unos que fue el 25 de agosto de 1818 y otros en 1817. Agustín Codazzi, cita a Valera como una parroquia de Escuque.

 

SU EXTENSIÓN

La urbe moderna extendió sus brazos por los cañaverales de La Plata, San Luis y Morón, en la parte norte. Al sur se tragó los cactus y la vegetación, con la Urb. Las Acacias.

 

EL DATO

Valera cuenta con una privilegiada ubicación para el desarrollo económico

 

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Parroquias eclesiásticas conforman la urbe: San Juan Bautista, San Pedro, San José, Jesús Obrero, El Carmen, Santa Rosalía, María Auxiliadora, Santa Catalina de Siena y el Dulce Nombre de Jesús.

 

1853

La ciudad fue víctima de una terrible epidemia, la cual hizo que esta quedara prácticamente abandonada al huir sus habitantes a los pueblos vecinos. Renació y recobró su luz y auge comercial.

 

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