En el marco de su 47° aniversario, el Diario de Los Andes, fundado el 24 de agosto de 1978, se ha consolidado como un medio de comunicación profundamente arraigado en la sociedad trujillana. En una entrevista especial, José Rojas, conversó con Roberth Ramírez, dirigente comunitario y politólogo, para reflexionar sobre la historia y el impacto del diario en la región.
Ramírez, un veterano en el ámbito comunitario desde los 12 o 13 años, destacó la estrecha relación entre su familia y el fundador del periódico, el Dr. Eladio Muchacho Unda. La amistad personal y familiar entre el padre de Ramírez, Ángel Ramírez Plaza, y el Dr. Muchacho se remonta a los años 70. En esa época, el Dr. Muchacho, recién graduado de economista, solía visitar la comunidad y la casa de los Ramírez junto al Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas, con quien tenía lazos familiares y a quien acompañaba en sus propuestas políticas. Según Ramírez, el Dr. Muchacho siempre tuvo la visión de crear un medio que fuera «una ventana abierta a la comunicación transformadora junto con las comunidades».
Desde su infancia, Robert Ramírez estuvo vinculado al diario. Cuando el periódico fue fundado en 1978, con solo 13 años, él era el encargado de llevar los artículos de opinión de su padre, Ángel Ramírez Plaza, para su publicación. En ese trayecto, leía los artículos, lo que marcó el inicio de su interés por el trabajo comunitario y la escritura.
Un medio para y con la gente
Ramírez enfatizó que la llegada del Diario de Los Andes rompió con el modelo periodístico predominante de la época, que estaba centrado en las élites dominantes y el control social. Antes del diario, era poco común que una persona de la comunidad tuviera la oportunidad de emitir opiniones o análisis políticos en un medio de comunicación.
El Diario de Los Andes abrió sus páginas a la gente, fomentando la participación y la organización de grupos comunitarios. Personas como el propio Robert Ramírez, Alfredo Mateus y Armando Ramírez comenzaron a escribir artículos y notas de prensa sobre el trabajo y las experiencias de sus comunidades. Este proceso dio lugar a una nueva etapa en el periodismo trujillano, conectada con el desarrollo de la comunicación popular a nivel nacional y continental.
El reto de recuperar el norte en la era digital
A pesar de los logros históricos, Ramírez considera que el diario debe replantearse su rumbo en la actualidad. Señaló que «hoy tenemos el norte perdido» y propuso un debate con la Escuela de Comunicación Social del Núcleo Universitario Rafael Rangel (ULA) para recuperar la dirección del medio.
Ramírez argumenta que, con los cambios políticos y tecnológicos a nivel global, la gente se ha convertido en un «actor infohumano comunicacional como sujeto digital». Esto significa que las comunidades ahora son fuentes de información que producen contenido de manera constante, sin necesidad de la presencia de un periodista. Por ello, hizo un llamado al Diario de Los Andes a reflexionar sobre «cuál es el Diario de Los Andes que quiero ser y que quiero tener con miras al 50 aniversario en el 2028».
José Rojas reconoció los desafíos y aseguró que el diario ya está en un proceso de reinvención y aprendizaje con miras a su 50° aniversario. Destacó la importancia de las comunidades, afirmando que los medios no deben olvidar su rol como «portavoz de Buenas Nuevas» y «actor social» frente a la globalización.
La conversación concluyó con una invitación abierta de Robert Ramírez para que el Diario de Los Andes y la Escuela de Comunicación inicien un debate en Trujillo y lo extiendan a toda Venezuela, reafirmando que las comunidades son hoy una «fuente de mayor Buena Nueva que hace 47 años». El diario, en su aniversario, celebra su trayectoria «al lado de la gente y para la gente».
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