El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, reiteró que su gobierno “no se quedará de brazos cruzados mientras Venezuela se derrumba en dictadura y opresión”
Un millón de personas entraron a Colombia desde Venezuela en el último año, en coincidencia con el empeoramiento de la crisis del gobierno del presidente Nicolás Maduro, dijo el director de Salud de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Emanuele Capobianco.
Subrayó que no todos se quedaron en Colombia, pues algunos se fueron a otros países de la región. “Hasta la fecha sabemos que aproximadamente un millón de personas entraron a Colombia por los puntos migratorios oficiales, y no sabemos cuántos lo hicieron por puntos no oficiales”, declaró desde Ginebra, y especificó que el flujo de migrantes se ha profundizando desde mediados de 2017.
Con la intensificación de la crisis económica en Venezuela, 37.000 personas cruzan diariamente la frontera con Colombia, añadió. En un viaje reciente a la región, Capobianco observó un constante flujo de personas que abandonan Venezuela, algunos cargando en la espalda sus pertenencias.
El grupo migratorio es diverso, pues algunos buscan trabajar un corto período de tiempo en Colombia y luego regresar, y otros se trasladan porque no pueden cubrir sus necesidades básicas en Venezuela.
Describió la situación como “una crisis humanitaria que requiere ser mejor tratada”, incluso con una política de salud pública para afrontar el aumento de la malaria, la difteria y otras graves dolencias que afectan a los migrantes.
Compromiso. El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, reiteró que su gobierno “no se quedará de brazos cruzados mientras Venezuela se derrumba en dictadura y opresión”.
Pence, sin embargo, evitó concretar sobre las posibles opciones, incluidas sanciones sobre petróleo. “Como dije en la OEA, hacemos un llamado al régimen de Maduro para que restaure las instituciones democráticas, deje de lado esta elección simulada que se avecina en los próximos días, restablezca la democracia en su país y lo abra a la ayuda humanitaria”, dijo el vicepresidente antes de iniciar un almuerzo de trabajo con representantes del Centro de Estudios Consejo de las Américas.
“El presidente Trump está absolutamente comprometido a hacer lo necesario, trabajando con nuestros aliados en la región, para restaurar la democracia en Venezuela”, insistió.
Pence solicitó el lunes que Venezuela sea suspendida de la Organización de Estados Americanos. Ese día el Departamento del Tesoro emitió más sanciones contra funcionarios venezolanos.
Luis Florido, presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, se mostró en desacuerdo con la petición de Pence. “No queremos que nos aíslen como ocurrió con Cuba. Por el contrario, que se obligue al gobierno a cumplir la Carta de la OEA, que firmó este país. Los convenios suscritos son ley. Nosotros apelamos a la presión internacional no a la suspensión de Venezuela”, aseguró.
Alertó que los principales perjudicados serían los venezolanos si se concreta la suspensión, que también fue solicitada por el gobierno de Maduro en 2017.
La comisión tiene previsto reunirse con el nuncio apostólico con el fin de agradecer el gesto de solidaridad que ha tenidola Iglesia Católica al destinar 800.00 dólares para socorrer a la migración venezolana en Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Argentina.
La presidente de la asamblea nacional constituyente, Delcy Rodríguez, opinó que Estados Unidos viola el derecho internacional al imponer sanciones, y aseveró que estas serán desconocidas por el gobierno venezolano. “Nosotros no reconocemos más sanciones que aquellas que imponga debidamente el Consejo de Seguridad conforme a la Carta de las Naciones Unidas, lo demás son medidas unilaterales”, dijo.
Una solución pacífica
La responsable de la Secretaría General Iberoamericana, la costarricense Rebeca Grynspan, abogó por una solución pacífica e institucional en Venezuela, en la que “el papel que pueda desempeñar la Unión Europea será muy importante”.
“Todos los latinoamericanos queremos que sea así”, afirmó Grynspan luego de tomar posesión como miembro de la Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, España, en la ceremonia de entrega del Premio Europeo Carlos V al presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani.
“Es un gran honor ser la primera latinoamericana que forma parte de la Academia”, entidad que impulsa la cooperación y la paz, y que refleja la unión de los continentes, expresó.
Grynspan fue elegida el 24 de febrero de 2014. Su mandato fue renovado por cuatro años más por consenso de los 22 países de Iberoamérica.
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